Severus Snape x tú// Happiness is a butterfly

III

-Quería pedirle ayuda sobre la poción de la semana pasada. Desconozco su elaboración y me perdí esa clase.

No sabía cómo reaccionaría ante mi petición. Cabía la posibilidad de que me mandara a la mierda porque me quedé dormida y estoy perdiendo su tiempo. Pero si lo que dice Layla es verdad, no tendrá problema en ayudar a su alumna favorita. Cuando me pareció que tardaba mucho en contestar me empecé a preocupar. Seguramente había sido una idea estúpida y-

-Está bien. Yo prepararé los ingredientes y usted los materiales necesarios para cualquier poción.

Sonreí ante su respuesta y me puse manos a la obra. Tras diez minutos rebuscando un poco por los armarios, lo tenía todo listo sobre la mesa. Snape comenzó a darme instrucciones sobre cómo elaborar esta poción mientras yo las iba ejecutando, y de vez en cuando me ayudaba.

-Ahora debes cortar las raíces, que no sean muy pequeñas.

Tomé el cuchillo y comencé a cortar como me había indicado mientras el añadía algo al caldero. De repente sentí que se había colocado detrás de mí. Quedé inmóvil por la sorpresa, y fue en ese momento que posó sus manos sobre las mías y comenzó a cortar de forma diferente las raíces de la mesa, aún con mis manos entre las suyas. El tacto me sorprendió gratamente. Eran muy cálidas, y su forma de tomarme las manos muy amable.

-Debes cortarlos de esta forma para que se mezclen correctamente.

Su forma de hablar era pausada, pero ciertamente gentil. Llegó a resultarme agradable la cercanía entre ambos. Él parecía concentrado, muy tranquilo. Pensé que simplemente no se dio cuenta de la situación, hasta que paró en seco y se separó rápidamente de mi.

-Ya sabes hacerlo. Continúa tú. -hablaba nervioso. Igualmente, a pesar de que no pudiera ver mi propia cara, ya sabía que debía estar más roja que nunca.
Acabé la poción y él revisó el resultado.

-Excelente trabajo T/n, como siempre. Espero que no tenga que volver a castigarla, y esta vez de verdad.

-No volverá a suceder. -dije para irme, pero antes de cruzar la puerta di media vuelta y añadí.

-Y profesor, gracias por ayudarme hoy. Espero no haber sido una molestia.

-No hay de qué, no se preocupe.

Me fui a la biblioteca para terminar la tarea pendiente y hablar con Layla un rato, ya que había quedado con ella allí. Mientras caminaba por el pasillo no pude evitar recordar la sensación de las manos de Snape sobre las mías. Fue agradable, aunque confuso. Sin darme cuenta llegué hasta la biblioteca con un ligero sonrojo. ¿En qué demonios estoy pensando?

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Al fin llegó la hora de la cena. Había pasado la tarde estudiando y al final no pude hablar con Layla, así que ya hablaríamos mañana. Me senté con algunas chicas de mi casa con las que me llevo bien y comenzamos a hablar de cualquier tema trivial mientras comíamos. A pesar de todo, yo estaba un tanto distraída. La verdad es que Snape había sido bastante amable aquella tarde. Me perdí en mis pensamientos cuando una extraña sensación me devolvió al mundo terrenal. Una mirada fija en mi. Levanté la cabeza y busqué en la dirección de la que provenía, y le vi. Severus Snape me estaba mirando desde hacía rato. Nuestras miradas se conectaron por unos instantes y ambos desviamos nuestro ojos al mismo tiempo. Por mi parte, yo estaba algo sonrojada por la vergüenza que me daba de pensarlo. Una de mis amigas lo notó y no pudo evitar preguntar si me encontraba bien.

-No, no es nada, de verdad. Estoy bien. Solo que a veces me pasa. - Reí nerviosa. No tardé en convencerlas, y continuaron normalmente con la conversación de forma animada. Discretamente, eché un vistazo hacia la mesa de Snape, pero ya se había ido. ¿Sería por lo que acababa de pasar? ¿No es eso un poco cobarde? A lo mejor tenía cosas que hacer o quería evitar malentendidos, y se fue. Decidí dejar esos pensamientos y unirme de nuevo a la conversación. A veces era mejor no darle demasiadas vueltas a ciertas cosas, y esta me pareció una de ellas.

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Chao chao~