VI

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-T/n, es la quinta vez que bostezas en diez minutos. ¿Has vuelto a quedarte despierta? Sabes que si estás preocupada puedes contármelo. -Layla realmente era la mejor amiga del mundo. Me conocía de maravilla, era un don que tenía, y siempre lo usaba para cuidarme. Además podía contarle cualquier cosa, que ella siempre sabía que decirme.

-Salí a pasear por los pasillos de noche, y me encontré con Snape. -Ella se sorprendió mucho por la tranquilidad con la que lo había dicho.

-¿Te castigó?

-No. De hecho, creo que estaba preocupado.

-Bueno, salir de noche es peligroso, ¿no?- hizo una pausa y me miró seria- ¿Hay algo más que quieras contarme?

-¿Qué? No, yo... Bueno, si. -me acerqué a ella y le susurré - Le conté lo de mi padre.

Sus ojos se abrieron como platos, y de la impresión casi se cae hacia atrás con la silla.

-¡¿Se lo contaste a Snape?!- Hacía con que gritaba en susurros, ya que estábamos en la biblioteca y había más gente. -¿Por qué?

-Es que me acompañó a mi sala común, y yo tenía mucho sueño, simplemente me puse a hablar y... Y él parecía tan preocupado. Incluso me dio un abrazo para consolarme.

-Definitivamente eres la alumna favorita de Snape, no hay forma de no verlo. Pero... Ahora pensándolo con más claridad ¿Te parece bien que lo sepa?

-No lo sé... No me parece mal. Pero es raro que él lo sepa... -Quedé pensativa. Layla dio un golpe en la mesa.

-Pues como te haga algo le maldigo para toda su vida- varias personas la mandaron callar por hacer tanto ruido en la biblioteca. Ambas nos reímos por lo bajo.

-No creo que Snape haga nada malo... ¿Verdad?- Layla solo se encogió de hombros. Snape se había preocupado por mí. Me escuchó y me consoló. No tiene sentido que ahora quisiera dañarme.

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Habían pasado varios días hasta llegar el viernes. Ya se habían acabado las clases por esa semana y yo, tenía una cita. Henry y yo quedamos a las puertas de Hogwarts. Ya que no tenía que seguir usando el uniforme ese día, tomé la ocasión para ponerme mi mejor conjunto (lo dejo a la imaginación). Cuando llegué él ya estaba allí, y en cuanto me vio me abrazó amistosamente.

-Hey, ¿Qué tal? Wow, te ves muy bien.

-Gracias, tú también te ves bien. -Le devolví el cumplido. Me incomodaba un poco que no dejara de mirarme mientras sonreía.
Después salimos del castillo y comenzamos a caminar. La verdad no sabía a dónde me llevaba, así que solo le seguía.  Por el camino íbamos hablando de cualquier cosa, pero pude notar que él estaba nervioso. Había empezado a oscurecer cuando llegamos cerca del lago.

-Bien, ahora necesito que cierres los ojos.

-Está bien...

Escuché que se alejaba unos pasos, oí algo removerse y hojas secas del suelo crujir. Después caminó de vuelta hasta mi lado.

-No abras los ojos todavía. Ven, yo te guío.- Tomó mi mano mientras yo permanecía sin ver. Su mano era muy fría, y la forma de agarrarme no era especialmente gentil. Todo lo contrario a Snape.

-Vale, ya puedes abrirlos.

Miré a mi alrededor y vi una manta de cuadros en el suelo, con una cesta llena de dulces y velas flotando al rededor, dándole un aire más acogedor.

-Es muy bonito por tu parte, Henry. -sonreí.

-No sabes cuánto me alegro de que te guste.

Pasamos así el resto de la tarde, hablando y conociendonos un poco más. Cuando se hizo tarde recogimos y volvimos al castillo, llegando justo a tiempo para la cena. Una vez frente a la puerta del gran comedor nos despedimos.

-Lo he pasado muy bien contigo hoy, T/n. Espero que podamos repetirlo.

-Yo también lo he pasado bien. Hasta luego, Henry. -Hice un gesto con la mano y me fui a mi mesa. Allí ya sabía lo que me esperaba, así que de camino me fui preparando mentalmente.

-Vaya, hoy también has llegado junto a Henry.

-Cualquiera podría pensar que tenéis algo.

-Pues no, para nada. -Dije algo cansada.

-Ey, ¿Estás bien? No te habrá hecho nada malo, ¿No?

-Porque como sea eso le convertimos en sapo. -No pude evitar reírme por los comentarios de las chicas.

-No, no es nada malo. Solo que hoy hemos quedado porque él insistió, pero yo he estado incómoda con él toda la tarde.

-Pues dile cómo te sientes.

-Es que no quiero hacerle daño.

-T/n, a veces los sentimientos que tenemos hacia alguien no pueden ser correspondidos, pero no pasa nada, el mundo no se va a acabar. ¿Le va a doler? Pues sí.

-Pero si te aprecia de verdad lo entenderá.

Tenía suerte de que mis amigas fueran tan comprensivas. Tenían razón, si no podía corresponder a Henry debía decírselo para que no sufriera.

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Me anima muchísimo a seguir escribiendo.

Chao chao~

Severus Snape x tú// Happiness is a butterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora