XII

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-¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño? ¿Qué ha sucedido? -Me abrumaba a preguntas y me tomaba de los hombros, revisando si estaba herida.

-Ya, estoy bien Severus, ¿ves? -no pude evitar reír. Tomé sus manos aún en mis hombros y las aparté, pero no me atreví a soltarlas. El lugar quedó en silencio y nuestras miradas se conectaron por unos segundos. Solté sus manos y aparté la mirada. Me senté en el suelo abrazando mis piernas y con la cabeza apoyada en las rodillas. Snape se sentó también, un poco más lejos de lo que me hubiera gustado. En ese momento solo quería que se acercara y me abrazara.

-Todo esto es mi culpa. Quizá si se lo hubiera dicho de otra forma... Ojalá no hubiera aceptado ir a esa estúpida cita. -Escondí mi cara entre mis manos. Me sentía tan avergonzada. Snape se mantuvo en silencio, con su mirada perdida. Levanté la vista y le miré discretamente mientras no me veía.

-Pero... Estaba tan emocionado... -continué mientras cerraba los ojos -No me atreví a decirle que la chica a la que quiere no siente lo mismo por él. Debe ser muy doloroso que te rechacen después de todo... A mi no me gustaría que me pasase algo así. Pero hay cosas que simplemente no pueden ser y ya.

Al abrir los ojos me encontré con la mirada de Snape, atento en mi. Seguía sin decir nada, pero tampoco era necesario. Ni siquiera era necesario que estuviera, pero allí estaba, conmigo.

Finalmente ambos apartamos la mirada, centrándonos más en el paisaje que en la persona a quién teníamos al lado. Más tarde, lo que empezó siendo una agradable brisa acabó como una corriente de aire frío que me helaba y pronto comencé a temblar como un flan. De pronto sentí una mano en mi hombro que tiraba de mi y enseguida acabé al lado de Snape, quién me cubrió con su capa y me abrazaba con un brazo sobre mis hombros. Era tal y como esperaba, cálido, reconfortante, agradable, y no quería que se terminara nunca.

Apoyé mi cabeza sobre su hombro, esperando algún tipo de respuesta. Se quedó inmóvil, en silencio observando el cielo de la noche sin casi inmutarse. Empezaba a cansarme de tanto silencio, necesitaba que me hablara, de lo que fuera.

-Severus... ¿Por qué tú no te has ido?

-Sí me fuera ahora te congelarías.

-No tonto. Siempre te quedas cada vez que me pasa algo. ¿Por qué?

Tardó unos segundos en responder, pensando bien su respuesta.

-No podría dejarte sola. -Su voz era pausada y amable. Sus palabras me sorprendieron.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por estar siempre ahí, conmigo, por no irte de mi lado cuando te necesito.

Levanté la vista y le miré a los ojos, brillantes gracias a la luz de la luna. Era hermoso. Estábamos muy cerca, como tantas otras veces y, sin embargo, esta vez le sentía más cerca de mí. Y aunque la distancia era corta, todavía se sentía como un abismo entre nosotros. Mi vista pasó por todo su rostro apreciando sus facciones, deteniéndome en sus labios. El pensar en besarle era altamente tentador. Con tan solo imaginar ese espacio desapareciendo me volvía loca, y entonces pude notar como esa fantasía se hacía cada vez más real. La distancia comenzó a acortarse, nuestras respiraciones se entremezclaron y por un momento casi sentí sus labios rozando con los míos. Pero él decidió volver a alejarse de mí.

-No podemos, T/N. -Un susurro, tan delicado y doloroso.

-Severus... -quería suplicarle, estaba dispuesta a hacerlo. Le miré esperando algún cambio, pero ya lo había decidido.

Tomó mi rostro en su mano, brindándome pequeñas caricias, y ante su cariño no pude evitar acercar más mi rostro a su mano.

-T/N, eres maravillosa. Ese Henry no te merece, pero... Yo tampoco. Esto que tenemos no va a llegar a ningún lado, y tú te mereces más que eso.

-No digas eso. No me alejes de ti, por favor...

-Lo lamento T/N.

Finalmente agarré su mano y la aparté con cuidado. Me levanté y sin esperar a que él hiciera lo mismo me di media vuelta y comencé a caminar. Todo se volvía borroso y las lagrimas amenazaban con salir. Intenté limpiarme la cara con la manga, pero fue en vano, a los segundos volvían junto con unas fuertes ganas de gritarle que le amaba, que le quería cerca y que no podía imaginarme de otra manera que no fuera con él. Pero no lo hice.

-No, está bien, lo entiendo. En realidad tienes razón.

Giré para volver a mirarlo y dedicarle una sonrisa tranquilizadora, aunque inevitablemente algunas lágrimas cayeron y me delataron cruelmente.

-No te preocupes por mí ¿Vale?

No respondía y eso me afectaba más de lo que creí. No tenía ninguna intención de levantarse e ir detrás de mí, cambiar de parecer. Tan solo se quedó en su sitio inmóvil, e incluso le costaba mirarme. No sabía interpretar su silencio en un momento como este, aunque en el fondo sabía que era mejor así.

-Buenas noches Severus. -Y según hablé me di media vuelta y corrí. Corrí hasta llegar a mi habitación, dónde me desahogué llorando hasta quedar profundamente dormida, esperando despertar sabiendo que incluso lo que acababa de suceder formaba parte de un terrible sueño.

Al despertar por la mañana no me quedaban más lágrimas por soltar al momento, y una sensación de dolor me acosaba el pecho. Y entonces recordé las palabras de Snape, como al principio casi me besó y, justo después me alejó por completo. Me pregunté en qué había fallado para que esté fuera el resultado. Hasta que recordé las palabras que yo misma había pronunciado: "hay cosas que simplemente no pueden ser y ya"

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Capítulo doceeee
Por fin actualizo bieeeeeen

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Chao chao~

Severus Snape x tú// Happiness is a butterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora