Severus Snape x tú// Happiness is a butterfly

XI

–¡Expelliarmus!

Desarmé a mi oponente bajo la mirada de varios profesores. Al fin había acabado con esa estúpida pelea. ¿Por qué me tenía que pasar esto a mi? A pesar de haberme alejado de Henry no había servido de mucho, ya que una niña había intentado atacarme a causa de sus celos.
Una vez su varita cayó al suelo, McGonagall nos separó y se llevó a esa chica, mientras que yo noté cómo alguien me agarraba del brazo apresuradamente y me llevaba en dirección contraria. Cuando llegamos a su despacho, Snape cerró la puerta, se sentó en su escritorio y me miró serio.

–¿Q-Qué?– Estaba muy roja y nerviosa por su mirada, por su presencia, por pensar en que estaba sola con él y por todo en general.

–¿Vas a estar metiéndote en problemas cada dos por tres?

Al notar cierta diversión en su voz me relajé. Me senté en la mesa y como no llegaba al suelo balanceaba los pies.

–Deberías saber que he sido yo quién ha ganado el duelo. –respondí victoriosa.

–Eso no responde mi pregunta, T/n.

–¡Venga ya! Te encanta verme en problemas solo para rescatarme.

Pude notar como trataba de ocultar una sonrisa. Yo sin embargo no me contenía.

–¿Por qué dices eso? –Se acercó bastante hacia mi. Yo repetí su acción y quedamos mucho más cerca de lo esperado. Tan cerca que susurrando nos podíamos oír perfectamente.

–Porque siempre que me pasa algo malo, apareces y lo arreglas. Parece magia. -Estaba atrapada en sus ojos, atentos mientras me inspeccionaban.

–Eso es porque soy un buen mago ¿no crees?

–El mejor que conozco.

Estábamos tan cerca el uno del otro que podía sentir su respiración. Su mesa no era demasiado alta, y apenas había diferencia de altura entre él y yo en ese momento, lo suficiente como para que yo tuviera que bajar un poco la vista y enseguida encontrarme con su rostro. Mis piernas estaban cada una a un lado de Snape, permitiéndole acercarse mejor a mi. Mi vista pasó de sus ojos a sus labios. La tentación me mataba por dentro mientras algo me detenía. Podía tenerle tan cerca de mi, pero aún no era capaz de deshacerme de esa distancia. Podía sentir miles de mariposas volando dentro de mi. Una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo, ansiosa de besarle en algún momento. Pero la voz que me decía "no" gritaba cada vez más alto, ganando al "sí".

–Severus...

–Dime.- Él también parecía querer acercarse.

–Tengo... Tengo que irme. –¡Mierda! ¿Por qué lo había dicho?

–Es verdad. –Se separó de inmediato de mí, pensativo. –Es verdad, debes irte antes de que te echen en falta.

Me bajé de la mesa y fui hasta la puerta. Antes de salir di una última mirada a Snape, quién seguía pensativo sin mirar a un punto fijo. Me marché y en cuanto cerré la puerta eché a correr en busca de Layla y sus sabios consejos.

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Los días siguientes no hice más que evitar a Henry. La última vez que hablamos me hizo daño y Snape le tuvo que petrificar. Además, más tarde una niña me atacó por celos. Últimamente la mirada de Snape sobre mi no era la única que me acechaba durante las comidas. De echo, diría que era incluso más intensa, y era la de Henry, que aparte de ponerme de los nervios, me incomodaba muchísimo. Mis amigas estaban muy preocupadas y cuando les conté lo que sucedía con Henry todas coincidieron: debía decirle claramente que no estaba interesada.

Aquel día, después de la cena fui directa a la torre de astronomía. El cielo estaba despejado y miles de estrellas se mostraban esa noche. La brisa resultaba agradable, y había un ligero olor a humedad, igual a cuando llueve. Mi paz se vio perturbada por alguien que subía las escaleras sin delicadeza alguna.

-Vaya, no pensé en encontrarte aquí. -era Henry. Seguramente me había seguido.

-Hola Henry ¿Qué te trae por aquí?

-Quería ver las estrellas y relajarme, pero veo que te has adelantado. -respondió divertido. Se sentó a mi lado. Más cerca de lo que me hubiera gustado. Yo continué apreciando las visitas mientras él no dejaba de mirarme.

-Oye T/n, quería hablar contigo de algo, aunque puede que ya imagines lo que es. -yo le miré, poniendo mi atención en él y dando a entender que le escuchaba.

-Verás, desde que te conozco me has parecido asombrosa. Eres hermosa, amable, inteligente...- Sí, sabía por dónde iba la cosa, y no me gustaba -Para mi eres la chica perfecta, y me preguntaba si tú podrías llegar a sentir lo mismo por mí.
A pesar de saberlo me tomó por sorpresa. No supe reaccionar hasta que cerró sus ojos y acercó su rostro peligrosamente hacia el mío. Rápidamente le alejé, y con la mirada baja por la culpa hablé.

-Mira Henry, eres encantador. Eres un chico muy guapo y listo, pero no creo que estemos hechos el uno para el otro. Siempre te he apreciado mucho, pero como amigo.-Se llevó una amarga sorpresa. Parecía decepcionado, y tenía sus razones. Pero yo no podía amarlo. Me levanté primero y luego le ayudé para que hiciera lo mismo.

-T/n yo... Lo siento mucho, es que... Yo te amo. ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué no quieres amarme?- se veía dolido, pero sus palabras no tenían sentido.

-Henry no, creo que no me has entendido.

-No, tú no me has entendido a mí. -Comenzó a acercarse amenazante hacia mí hasta que me acorraló con la barandilla. Su tono era hostil -Te he dicho q-

-¡Ya basta!- Justo a tiempo, apareció apuntando a Henry con su varita. Henry se separó de mí bruscamente. Me echó una última mirada y se fue sin decir nada. En cuanto él comprobó que Henry se había ido del todo, caminó apresurado hacia mi. Me tomó de los hombros y me examinó por encima mientras soltaba preguntas.

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Ya sé que he tardado bastante •v•
Peeeero, ya está aquí el capítulo. No voy a mentir, me he bloqueado un poquito pero ya tengo claro la linea q quiero seguir. No puedo prometer ser tan constante como quisiera pero prometo que no la voy a dejar a medias :)

Si te ha gustado dale a la estrellita 🌟
Me anima muchísimo a seguir escribiendo.

Chao chao~