CAPÍTULO 42: Genius.

4.6K 205 51
                                    

Valeria.

Tomo una bocanada de aire queriendo alivianar el dolor de mi pecho. No funciona. Paso saliva buscando fuerzas y tratando de sonreírle al hombre que me espera al pie del avión privado de los Smith.

El que me sienta como una mierda no significa que los demás deban verme como tal.

Dichosos los ojos que observan tu inmensa belleza, hermanita —dice en nuestro idioma—. Esperaba verte llegar con tu esposo, que por cierto, olvidaste mencionarlo.

Ignoro su tono sarcástico yendo hacia sus brazos, me estrecha e inhalo su olor. Huele a casa.

Te extrañé demasiado —susurro contra su cuello.

—Uff, se te notó.

Me aferro a él agradeciendo el que esté a mi lado en un momento como este, no entiendo qué hace aquí o cómo supo tan pronto lo de mi matrimonio, ya que Laura e Iván tienen prohibido hablar de ello. Pero es bueno tener a tu familia cerca.

Sebastián es un idiota, pero es mi hermano y lo amo. Era un celoso de mierda con cada chico que intentaba acercarse a mí cuando éramos pequeños y yo era la intensa y chismosa que lo acusaba con nuestros papás cada que hacía algo malo.

Salvo cuando me enteré sobre lo de la milicia, eso nunca pude decirlo. Sentía que debía protegerlo, todos cometemos errores y no era mi deber juzgarlo.

¿Cómo sabes lo de Ian? —cuestiono cuando nos hemos soltado.

Con que Ian ¿eh? —estrecha los ojos—. Laura me lo dijo.

—¿Por qué?

Le dije que venía a verte, quiso ponerme al tanto de tu vida para no llevarme sorpresas y de verdad espero que ese cuarentón de cabello rubio que me está matando con la mirada no sea Ian Smith —pide riendo.

Volteo para observar a Erick a unos cuantos metros, con su recta postura y atento a cada movimiento a su alrededor. Si mi hermano cree que la mirada de Erick intimida, ni se imagina cómo sería la mirada recelosa de Ian si hubiese visto la muestra de cariño que acabamos de darnos.

—¿Mejoraste tu inglés? —asiente—. Debes enorgullecer a mamá.

—De lo contrario no estaría aquí —contesta—. Por cierto, no me has cuestionado nada sobre mi visita.

Rodeo su cuello con mi brazo llevándolo al auto que espera por mí. Lo miro a la cara.

—Espero que hayas dormido bien porque lo que voy a contarte es la tragedia de mi vida.

—Yo también debo decir muchas cosas, hermanita —suspira dramáticamente.

—Vas a tener la boca cerrada por ahora, no hagas preguntas, no comentes. Silencio total con respecto a cómo se ve mi vida hasta que te cuente todo lo que pasó, ¿Está claro?

Asiente como un niño obediente, sus ojos cafés brillan con el sol y la piel olivácea como la mía luce extraordinaria con el clima.

Una hermosa Range Rover Evoque espera por nosotros y de inmediato voy notando a los tres tipos que esperan junto a la camioneta. Dos de ellos se encargan de mi equipaje mientras el otro se encarga de manejar. Erick me sostiene la puerta de atrás para que suba. Dejo que mi hermano lo haga primero para hablar con el rubio.

—¿Por qué tantos tipos? —le susurro.

—No lo sé, pregúntale a tu esposo —me lo como con la mirada y se atreve a sonreír—. Es tu seguridad, la visible claro, hay más hombres a tu alrededor que no vas a notar porque hacen un excelente trabajo encubriéndose.

Más Allá de Todo  [+18] (EN PROCESO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora