CAPÍTULO 6: ¿Solo la quieres?

6K 345 77
                                    

IAN.

Apoyo una mano en el enorme ventanal de mi habitación con la ciudad frente a mí, el corazón me galopa a una velocidad alarmante mientras mi mano no deja de bombear el miembro erecto que duele como la mierda.

Mi aliento empaña el vidrio mientras mi cabeza no deja de repetir el recuerdo de la sexy morena haciendo un baile erótico.

Sus muecas cuando se estimulaba con la silla, en el tubo, su olivácea piel junto a las hebras de cabello negro cayéndole como cascadas. Es una imagen tan estimulante, joder... Como quisiera penetrarla. Hacerla gritar mi nombre una y otra vez, hacerla mía toda la noche apoderándome de cada orgasmo que la destroce.

Sueño tanto con ella, fantasías húmedas que me hacen despertar con el miembro duro.

Jadeo saboreando el éxtasis que se acumula en mí, acelero los movimientos sin poder creer que me esté pajeando ante el recuerdo de esa loca mujer que es tan hermosa, tan sensual, tan...

La polla se me hincha antes de liberar la eyaculación que empata mi mano, sudor cubre mi frente y cuando los espasmos han cesado tomo una ducha y alisto para la universidad.

Harper no da señales de vida y antes de ingresar a su habitación doy toques a su puerta con mis anillos.

No responde y sin más remedio, entro.

La encuentro fundida sobre su cama con el hijo al lado, ambos boca arriba y un brazo sobre sus ojos. Sonrío ante la imagen.

—Harper, princesa despierta —nada.

Tiro de su pie, se queja sin abrir los ojos.

—Déjame dormir hermanito, por favor —suplica y niego.

—Ni de coña, levántate a estudiar.

—Ian, por favor —Theo se remueve junto a ella.

El pequeño duerme plácidamente mientras Harper anhela imitarlo y dormir todo el día. Eso no pasará.

—Si me das una buena razón para no ir, tal vez lo considere —me cruzo de brazos ubicado en los pieceros de su cama.

Se cubre la mitad del rostro con la sábana dejando solo sus mágicos zafiros azules.

—No quiero ir y ya —refuta.

—Últimamente me mientes mucho ¿No confías en mí?

—Claro que lo hago, hermanito —lloriquea—. Pero es que no quiero ver a...

Se calla de golpe suplicándome con la mirada.

—¿Cuándo piensas decirme quién es? —niega—. ¿Por lo menos puedes decirme qué hizo esta vez?

—Es que esa persona se involucró con la extranjera —me tenso completamente ante la idea que toma mi cabeza—. En el vestuario estuvieron metiéndose mano y no sabes lo mal que me siento porque a penas el día anterior habíamos estado en su casa.

—No te estas dando tu lugar Harper —me enojo y no sé si es por mi hermana o por lo que acaba de confesarme—. Entiendo que te guste, pero si no se decide tú no debes estar detrás de él.

Desvía la mirada antes de carraspear.

—No he querido investigar quien es ese hijo de puta por respeto a ti —continúo—. Pero espero y sepas comportarte ante esta situación, Harper.

Asiente.

—Está bien, pero... Deja que me quede aquí ¿Sí?

—Vale —accedo—. Le avisaré a la niñera entonces.

Más Allá de Todo  [+18] (EN PROCESO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora