CAPÍTULO 32: Caos.

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Valeria.

¿Me siguió?

No. No lo hizo y tengo la certeza de que los dos, en el fondo sabíamos que esto pasaría en cualquier momento.

Que tanta distancia y silencio por su parte traería consecuencias. Nos entendemos en el sexo, nos queremos y tratamos bonito, pero sin comunicación ninguna relación funciona y somos el claro ejemplo de ello.

Me duele haberlo dejado que como lo hice, pero era necesario para mí y para él. Solo conseguiríamos lastimarnos más, volvernos solo una rutina y eso es lo que menos quiero para los dos.

Perdoné que se follara a otra después de besarme. Perdoné que no llegará a nuestra primera cita, soporté el mal trato de su madre hacia mí, comprendí el compromiso que tiene con Palmer y es que han sido tantas cosas que no puedo más.

Es demasiado para mí, una persona que jamás ha tenido una relación y apenas está iniciando en esto. Sé que me enamoré como una estúpida de él, me entregué y le dejé mi corazón para que hiciese con él lo que le plazca, y creo que los dos nos hemos herido de la peor manera.

Metida en el ascensor hallé la forma de retener las lágrimas que no dejaban de salir. Entré al departamento y pasé de largo sin darle ninguna explicación a mis dos amigos. Por la noche no salí del cuarto y el celular no dejaba de sonar con las llamadas de él que no me atreví a contestar y por eso lo apagué.

Ahora estaba sentada en mi cama con las rodillas contra el pecho observando New York siendo iluminada por las luces de los edificios, un espectáculo que muchas veces he visto con él en tanto él cachorro que me regaló no deja de dar vueltas por el cuarto. Mi cama tiene su olor y es que ya me había acostumbrado tanto a él que esa noche no doy para dormir nada.

Aprieto su almohada inhalando profundamente para impregnarme de él. Me siento mal por haberle dicho esas cosas, sé que para él es difícil expresarse, que ha estado solo desde muy niño y ahora está aprendiendo conmigo, pero es que siento que no lo soportaba más. Se suponía que mis terapias eran para olvidar el suceso con James y en realidad se volvieron sesiones dónde no hacía más que hablar de Ian y lo mucho que me dolía su lejanía.

No pasar tiempo juntos y el temor de que se enamorara de alguien más.

A la mañana siguiente estoy hecha un desastre, no me tomo el tiempo de peinarme y como un zombi, me hago comida e ignoro a todos. No entiendo el teléfono, no puedo distraerme leyendo y viendo series tampoco. No me apetece salir y como entramos a clases hace apenas unos días, no tengo tareas.

Iván se va a trabajar como de costumbre, Laura sí asiste a la universidad y yo no me molesto es llamar a mis papás como estoy acostumbrada a hacerlo. Hace tiempo que no lo hago realmente, he querido contarles lo que pasó hace un mes, pero temo su reacción y lo más seguro es que me exijan volver a Colombia.

Mi hermano apareció y cómo ya lo sabía; se estaba escondiendo de sus obligaciones, dejó el ejército y ahora debe hacerse responsable del bebé que nació hace tiempo ya. Mi papá está muy decepcionado de él al igual que todos, he querido decirle sus verdades a Sebastián, pero sabe que conmigo le va a ir tan mal que no me ha recibido ninguna de las llamadas o mensajes que le envío.

Los ahorros que llevaba ya están dispuestos y en cualquier momento puedo empezar a buscar departamento. La idea de dejar a mis amigos no es una que me guste mucho, sin embargo, si no me independizo ahora, me quedaré aquí hasta quien sabe cuándo y lo único que quiero es estar sola.

Quiero tener mis propias cosas, pagadas con el dinero por el que me sacrifiqué tanto sirviendo tragos y bailando en un tubo vestida como prostituta. No me ofende, el trabajo era honrado y ganaba bien.

Más Allá de Todo  [+18] (EN PROCESO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora