IX.- Primos

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— Eso fue un buen resumen. — dijo Stiles mientras negaba con la cabeza.

— Los príncipes del infierno no tienen filtro. Anotado. — dijo Jace soltando su suspiro.

— Vas a tener que anotar muchas cosas, son familiares de nuestro pequeño así que son toda una joya. — le dijo Magnus con diversión.

— En eso tiene razón. Y eso que no han conocido a los primos de Mitch, son por parte de su padre, Noah tenía muchos secretos que decidió guardar por el bien de su esposa e hijo. — comentó Belfegor.

— Ya los conocerán, están cerca. Cunado les hable de nuestro pequeño problema vendrán de inmediato.

— Demasiado rápido, pequeño Winchester. — le saludó un hombre bajito de cabello azabache y de ojos café oscuro.

— Hola, Crowley. He tenemos un problema serio.

— Ni me lo digas. — se sentó al lado del castaño y encendió un cigarro — Esto se salió de control y no tardarán en ir al Nemeton, no solo porque es poderoso sino porque tu iras de inmediato a proteger ese pueblo. No hay criatura que te conozca que no sepa que creciste en ese pueblo. Eres poderoso, pequeño así que muchos querrán ese poder. — le dijo Crowley mientras le ofrecía un cigarro.

Stiles lo tomó.

— Lo sé, trate de mantener mi identidad en secreto pero en el mundo sobrenatural no es sencillo. — le dijo Stiles mientras miraba a sus hijos jugar con Eli. Tenía que hacer lo que fuera para proteger a esos cuatro cachorros.

— Tenemos muchas cosas que hacer y lo primero será ir a Beacon Hills.

— Acabo de regresar. — se quejó el castaño.

— Lo sé, pero tenemos que estar allá, además tu y yo sabemos que es lugar más seguro para los cachorros. Tienes que llevarlos.

— No quiero hacerlo.

— Ya hablarás con tus primos, ellos te harán entender mejor que yo. — dijo el hombre restándole importancia.

— No podrán convencerme.

— Niño, eres demasiado necio pero tienes tres personas a las que les harás caso, dejando de lado a los cachorros, esos dos primos que so más hermanos tuyos y el lobo ahí. — señaló a Derek que en algún momento se había acercado a los cachorros y ahora jugaba con ellos.

— Oh, déjame en paz. — se quejó el castaño con una sonrisa. No importa cuantos años pases, Derek Hale siempre ha tenido su corazón incluso cuando lo tuvo que compartir con el padre de sus hijos.

Crowley miró con una sonrisa al chico, desde que lo había conocido a él y a sus hermanos, porque esos dos no eran primos del menor, su mundo había cambiado, era divertido molestarlos y pasar tiempo con ellos, aunque no lo admitieran eran familia.

— Ya lo veremos más adelante, lo mejor es descansar. La manada Hale se pueden quedar en las habitaciones de invitados. — dijo Alec mirando a los lobos, quienes asintieron.

— Yo dormiré en el sofá, no tengo problema. — dijo Crowley a lo que Stiles frunció el ceño.

— No vas a dormir em mi habitación junto con los niños porque se que si te dejo solo no dormirás nada, así que a menos que quieras que llame a tu madre hoy y comience a hablarte con tu verdadero nombre dormirás en mi habitación. — le dijo Stiles de manera seria.

Alec y los demás rieron, el rey del infierno no podía hacer nada contra un simple humano.

— ¡Si! El tío Crowley se quedará con nosotros. — gritaron los trillizos mientras abrazaban al hombre que solo suspiró y acarició la cabeza de cada uno de ellos.

— Ellos te adoran así que tendrás que cuidar de tus sobrinos. — le dijo Stiles con diversión.

*

A la mañana siguiente todo el instituto fue despertado por gritos y quejas. Stiles se levantó dejando a sus hijos ay al demonio en su habitación y bajo en pijama, unos pantalones cortos que le llegan arriba de la rodilla y una playera gris desgastada holgada.

— ¿Quién carajo hace tanto ruido tan temprano? Las personas queremos dormir y si los tres torbellinos de arriba se despiertan los asesino. — ls dijo Stiles con una sonrisa bastante tenebrosa pero terminó envuelto en dos pares de brazos.

— Eres un asco de hermano, prometiste llamarnos y desde que regresaste de ese pueblo no nos has hablado, tuve que mandar al loco a vigilarte.

— No deberías decirle así a tu cuñado.

— Gracias por defenderlo, Mica.

Se separaron y dos hombre miraron al menor. El mayor de los dos era de cabello castaño claro y de ojos azules con algunas motas café y verdes, mientras que el otro, de mayor estatura, de cabello castaño algo largo de ojos avellana, bastante parecidos a los de Stiles.

— Hola, Dean, Sam. He estado un poco ocupado desde que regresamos las cosas han estado complicadas. — miró atrás donde había dos hombre, uno de gabardina de cabello azabache de ojos azules y el otro con una sonrisa carismática de cabello castaño casi pelirrojo de ojos café — Hola, Cas, Gabe.

— Lamento que los tengas pegados, ya sabes como son. También lamentamos entrar de esta manera tan temprano. ¿Despertamos a los niños? — se disculpó Cas con tristeza.

— No, aunque un pequeño lobo debió despertarse. — dijo Stiles cuando vio a Eli bajar en pijama mientras se frotaba un ojo y a su lado estaba Jared molesto.

— ¿Quiénes son ellos, Sti? — preguntó el menor que fue cargado por Stiles.

— Ellos son mis hermanos y sus esposos, puedes decirles tío Dean y tío Sam.

— Hola. — saludó el pequeño soltando un bostezo.

— Es el cachorro de Hale. — dijo Jared mientras trataba de ahorcar a Dean por despertarlo temprano.

— Mejor vamos a desayunar, yo dejaré que este cachorro duerma más. — les dijo Stiles mientras caminaba a una pequeña habitación en ese piso.

— De acuerdo, pero tú y nosotros tenemos mucho de que hablar. — le dijo Dean fulminándolo con la mirada.

— Vamos, grandulón. — le dijo Jared mientras tomaba a los mayores de las muñecas y los guiaba a la cocina. 

Cazador de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora