❝ Reunirnos a mitad de la noche, se ha convertido en mi pasatiempo favorito. ❞
Donde Dalton Lambert tiene que lidiar con cosas de su pasado pero no contaba que en el proceso debía comprender algo más que la oscuridad en él.
[ CODFXRN, 2023]
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LUEGO DE AQUELLA NOCHE, sería mentira si Dalton negaba que aquella chica castaña se había apoderado de su mente. Torpemente se colaba en sus pensamientos, desde la palabra más sencilla, su cerebro en automático la enlazaba a ella.
Como era de costumbre, caminó por los pasillos de la institución, y aunque, nuevamente lo negara, buscaba entre los rostros aquellos ojos.
— ¡Hola, Lambert! — saludó efusiva Chris mientras lo abrazaba — ¿cómo estuvo tu clase?.
A pesar de detestar el contacto físico, Dalton no podía hacer mucho, sobretodo cuando se trataba de Chris. Había descubierto la fascinación y eufisividad de la chica por abrazar a las personas, preguntándose si esta no conocía el término ' Espacio personal '. Este sonrió ligeramente, muy a su pesar, puesto que se había encontrado en la misma situación la noche anterior y, aquí vamos de nuevo, con Margaret.
— ¿Estás bien? — preguntó la chica al ver la frustración en su rostro. Dalton asintió con la cabeza mientras fruncía el ceño — Si no has tomado tus medicamentos, es buen momento para hacerlo — aconsejó con demasiada energía.
El castaño rodó los ojos, dejando atrás a la chica. Cuando esta lo alcanzó, este mencionó
— Yo... no tomo medicamentos — Chris hizo una mueca al ver el enojo del chico. Maldiciendose por, en ocasiones, ser imprudente.
— Lo siento, no quise...
Dalton encogió los hombros antes de continuar su recorrido.
Algo que le molestaba de las personas era que estas se volvieran un obstáculo, ya que, ante su caminar, este frecuentemente chocaba contra otros, planteándose dos posibilidades, Dalton tenía la habilidad para caminar demasiado rápido o estos eran muy lentos para simplemente hacer algo cotidiano como caminar.
Y aquella vez, no fue la excepción. Dalton sintió un cuerpo chocar contra él, provocando que este rebotara y cayera al piso.
— ¡Mierda! — mencionaron dos voces al unisono. Este miró hacia abajo, percatándose de que Margaret habí chocado contra Dalton o Dalton contra ella.
Resultandole un poco gracioso ante la similitud como en el primer día que se conocieron.
— Megs... — Dalton se sintió un completo imbécil, al ver que Chris ayudaba a Margaret a levantarse mientras él se quedaba estático.
Esta sacudió sus pantalones, ligeramente empolvados.
— Te estaba buscando — confesó la morena luego de que esta murmurara un " gracias " — supongo que ambos ya se conocen. De todos modos, me veo obligada a hacerlo. Lambert, te presento a Margaret, o mejor conocida como Megs, por mi claro — aquello provocó la risa del castaño — Megs, te presento a Dalton.
Margaret sonrió ligeramente antes de centrar su vista en el chico.
— Dalton y yo pensábamos salir, a una fiesta de la fraternidad — la morena le dio un codazo a Lambert, al ver que este iba a protestar para no ir — ¿Te anotas?.
La castaña buscaba una excusa viable para negarse. Luego de aquel incómodo momento con el chico, lo que menos deseaba era pasar otra vergüenza.
Algo en Dalton le aseguraba que, cada que estuvieran cerca, ocurriría algo penoso para ella.
— Tengo mucha tarea qué hacer — confesó mientras negaba con la cabeza.
Dalton se sintió aliviado, no porque la chica le cayera mal, sino porque, no podía evitar sentirse nervioso ante su presencia.
— ¡Qué mentira! — comentó Chris, alarmando a ambos — Que yo recuerde, no teníamos tarea.
Megs rió nerviosamente, había olvidado un pequeño problema, sus clases compartidas con Chris.
— Si Dalton no te cae bien, lo entiendo, pero no puedes alejarte de mi — bromeó mientras el castaño centraba su vista en Margaret. Le parecía extraño cómo la castaña había optado por Matemáticas cuando desde lejos podía notar su fascinación por la Literatura. Esta lo atrapó mirándola, lo que ocasionó que sus mejillas se tornaran coloradas.
— ¡No! no es eso. Solo, las fiestas de fraternidad no son mi estilo.
— Sí, a ella le gusta la tranquilidad — mencionó Dalton con obviedad. Chris lo miró confundida, lo que hizo que el castaño se diera cuenta de que había dicho aquello en voz alta.
A Margaret le pareció tierno aquel acto, sobretodo cuando solo convivieron alrededor de diez minutos, pero le agradaba que Dalton lo haya tomado en cuenta.
Dalton maldijo internamente, si Margaret había aceptado, no tenía escapatoria. Chris dio saltos de alegría antes de abrazarla efusivamente.
Ambos jóvenes se preguntaban cómo podía ser tan enérgica.
— ¡Bien! Te veré en nuestro dormitorio, un día podríamos hacer pijamada. Claro, Dalton dormiría solo, no dejaría ni por un segundo que se acercara junto a ti — Dalton rodó los ojos ante ello — No me extrañen, tengo qué hacer unas cuántas cosas — mencionó mientras la abrazaba — No llegues tarde o tendré que sacarte de tu habitación.
Aquello había sonado como amenaza mientras la miraba alejarse, y no estaba muy segura si deseaba que la amenaza se cumpliera.
Dalton deseaba que la tierra lo tragase al no poder entablar una sencilla conversación con la castaña.
— ¿Dormiste bien? — " idiota " pensó para si mismo.
— Sí — afirmó Margaret, recogiendo un mechón de su resbaladizo cabello — Gracias por preguntar — este asintió con una sonrisa — ¿y tú? .
Aquello era penoso, incluso para ellos mismos. Sintiendose torpes y muy adolescentes como para llevar acabo la situación.
— Igual.
Chris miraba todo desde un punto lejano, queriendo sacarse los ojos, de solo mirar la escena. Sabía que sus amigos eran tímidos pero aquello, era una verdadera escena del crimen.
La morena sabía que algo extraño había sucedido con ellos, había escuchado murmurar a Dalton el nombre de Margaret, tres veces mientras dormía, pero también sabía que no había la suficiente confianza para que estos le contaran.
— Yo, ya tengo que irme...
— Yo, igual — secundó Lambert, mirando alrededor.
Ambos, dispuestos a caminar hacia sus respectivos destinos, chocaron dos veces en el transcurso.
Las mejillas de Margaret se tornaron rojizas al sentir el abdomen de Dalton por encima de la tela mientras que Dalton, no pudo evitar sentir algo extraño en su interior ante aquel toque.
— Lo siento... — murmuraron al mismo tiempo, provocando que rieran.
— ¿Te veo en mi habitación? — aquella propuesta había tomado por sorpresa a Margaret, este al notar la tensión en su cuerpo, prosiguió — Para la fiesta... — murmuró torpemente.
Margaret asintió antes de despedirse desde su sitio y caminar tan rápido como sus piernas se lo permitían.
Dalton no pudo evitar pasarse las manos en señal de frustración. Lo que fuera aquello, no deseaba repetirlo. Mientras Chris, no podía evitar pensar en que debía hacer algo para hacerlos fluir.
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Oigan, muchas gracias por los votos. Aún no me la creo. No pensé que les esté gustando leerla y gracias igual por los comentarios. Lqm❤
