25. EPÍLOGO

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MIRARLA AL BORDE DEL COLAPSO, sin duda le hacía confirmar en más de una manera.
Mirar su respiración jadeante mientras las lágrimas se acumulaban, le hacían creer que Margaret nunca le creería.

— Yo... — intentaba formular las palabras adecuadas — Lamento lo que ocasioné. Nunca podría hacerte daño, y sí, yo sé que me viste haciéndolo pero te puedo asegurar que no era yo... quería protegerte, mantenerte alejada de lo que me rodeaba pero no sabía que con ello, solo te expondría. Tu madre no estaba equivocada del todo... — aquello hizo que la chica lo mirara con cautela — Existe el más allá, entes que se alimentan del miedo pero existen otros que se aprovechan del dolor para causar daño. De pequeño, sufrí un coma, nadie sabía cómo pero los meses pasaban y yo no mejoraba, hasta que mis padres supieron que aquello no era una simple enfermedad. Tengo esta habilidad para proyectarme astralmente y deambular en el más allá, donde se encuentran esos entes — Chris mantenía silencio ante  las palabras del chico pero no podía evitar sentirse cómplice por ocultarlo aquello a Margaret, sabiendo que no le correspondía — reprimieron todos mis recuerdos, hasta que llegué aquí, y todo empezaba a desmoronarse. Por alguna razón, nuestros caminos se cruzaron. Al principio, las cosas que te sucedían pensaba que eran mi culpa, que yo te estaba arrastrado a ello y no deseaba que corrieras peligro alguno, por eso me mantuve al margen. Sabía que algo no andaba bien, cuando seguía sucediendo — pausó — Una noche antes de pedirte que ya no buscaras a tu madre, me proyecté astralmente, ahí supe que no era ella la que te visitaba cada noche, que era un ente que disfrutaba de tu dolor, que se alimentaba de ello, que hacía que la culpa que sintieras, se intensificara. Y sé que también lo sabías, que también podías sentirlo. Esa noche, intenté ahuyentarlo, inútilmente no lo hice, en cambio, solo logré lo que querían. Ahí comprendí que había jugado con fuego y me había quemado por completo. Sabía que algo malo ocurría conmigo, podía sentir que algo no estaba bien, que la rabia me consumía, como si algo más intentara tomar el control. Yo abrí la puerta, y utilizaron tu dolor para atraerme; y lo dejé entrar, permití que tomara el control por cobardía, y provoque te lastimara — este intentó tomar sus manos, sin embargo, Margaret las retiró — Sé que cuesta creerme. Pero te juro, que nunca querría hacerte daño. Todas esas noches en la biblioteca, no solo me permitieron conocerte, también me hicieron darme cuenta de cuánto quería mantenerte en mi vida. Puedo llamar a mi familia para asegurarte que no miento pero por favor, no me alejes. No quiero que me tengas miedo. No quiero perderte  — las lagrimas amenazaban en los ojos de Dalton  — Tú me mostraste algo nuevo, algo que no pensé experimentar con otra persona. Me enseñaste que era bueno enamorarse.  Tú y Chris fueron lo único que me permitió sobrellevar esto. Lamento habértelo ocultado — expresó con arrepentimiento —Por favor, Margaret, debes creerme.

El silencio reinó el lugar, sin embargo un quejido por parte de la castaña, alertó a Dalton.

— ¡Alejaté de mi! — pronunció ante la proximidad de este.

MIDNIGHT CLUB ━ DALTON LAMBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora