❝ Reunirnos a mitad de la noche, se ha convertido en mi pasatiempo favorito. ❞
Donde Dalton Lambert tiene que lidiar con cosas de su pasado pero no contaba que en el proceso debía comprender algo más que la oscuridad en él.
[ CODFXRN, 2023]
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ESCUCHAR SU VOZ SE HABÍA convertido en un privilegio pero su ausencia, una agonía. Después de aquella noche, todo parecía ir de mal en peor, el instituto era un espacio amplio pero siempre, en algún punto, ambos se encontraban y en cada una de ellas, Margaret se volvía pequeña, en cada una, el rechazo era evidente y el dolor se convertía en su peor enemigo.
Dalton se sentía culpable ante ello, sin poder comprender sus emociones. Y sabiendo con exactitud que aquella actitud dañaba a la chica, nuevamente. Pero, siendo honesto, no sabía cómo controlarlo. Por momentos este se encontraba estático, mirando a la nada mientras su mente parecía entrar en un estado de trance. Su cuerpo parecía apagarse pero sus pensamientos rondaban vorazmente. Y, luego, estaba aquel sentimiento, que arrasaba con su interior, quemando todo a su paso. Luchando contra su propia moralidad sobre lo que era correcto pero algo estaba mal en él, podía sentirlo en sus venas, en especial, cuando la ira se filtraba por su sangre y deseaba arrasar con todo a su paso, sin importar el lugar, la hora y quién fuera.
El castaño despertó agitado y sudoroso. Habían pasado tres días desde su última visita al más allá, constantemente las pesadillas lúcidas atormentaban y espantaban su sueño, y en cada pasar de los días, su salud física parecía empeorar ante la excesiva falta de sueño. Este se levantó de la cama, muy a su pesar, sintiendo los rayos de sol impactar contra su rostro, causándole molestia y con ello, aquella pizca de ira por lo que no pudo evitar lanzar el primer objeto a la vista, hacia la pared.
Aquel acto, provocó que, la pintura, con la que llevaba tiempo trabajando, cayera estrepitosamente al piso.
— Mierda — murmuró, recogiéndola, no podía negar que mirar aquello, producía sensaciones extrañas y desagradables, a pesar de que aquella pintura aún se encontraba sin terminar.
Dalton respiró con profundidad antes de examinar el recuadro. La pesadez sobre sus ojos, sorpresivamente, comenzaba a cobrar fuerza. Tres suaves pero rápidos golpes, hicieron que este mirara hacia la puerta.
— Sabía que ya estabas despierto — expresó la morena, adentrándose a su habitación — ¿Puedes explicarme por qué estás tratando a todo mundo como una mierda? — la molestia en su voz era evidente, Dalton movió la cabeza ligeramente antes de mirarla.
—
Los trato como se merecen — expresó con voz profunda. Chris frunció el ceño ante tal actitud.
— ¿Incluso Margaret?.
Aquello hizo que el chico se tensara, sin embargo, no dijo nada, solo se limitó a moverse de su sitio y caminar hacia su closet.
— ¡Mierda, Dalton! No sé qué estás haciendo, pero no es nada divertido mirar a Megs llorar porque la tratas como un completo imbécil. Si solo estás jugando con ella, debes detenerte y alejarte antes de que la lastimes más.
El castaño tuvo que contar hasta tres, al sentir aquella incomodidad recorrer su cuerpo, por lo que, la miró fijamente.
— Yo nunca la lastimaría, Chris. La quiero conmigo, siempre — mencionó antes de sonreír.
La morena negó con la cabeza mientras se sentaba en la cama del chico.
— ¿Qué está pasando, Dalton? — preguntó — Has estado actuando raro desde aquella noche — los ojos del chico se dilataron y su actitud cambió al oír aquellas palabras — Ni siquiera me contaste qué pasó en la clase de artes. Entendería que no le dijeras a Margaret para no ponerla en peligro pero ambos sabemos de qué va esto — la morena guardó silencio mientras miraba la luz de noche — ¿A caso fuiste...?.
Este caminó silenciosamente de regreso a su cama. Chris frunció el ceño al mirar al chico cabizbajo mientras intentaba mantener el valor para mirarla. Sus ojos humedecidos fueron el indicador para saber que Dalton no se encontraba bien.
— No sé qué me está pasando. Yo no puedo soportarlo...
La morena se acercó a este para abrazarlo.
— ¿Es por el más allá? — preguntó la chica, sin aliento.
Este asintió torpemente.
— Todo se siente confuso. No sé cuándo las cosas son reales y cuándo son producto de mi imaginación. Es como sí algo me empujara ahí, aunque quiera. Evito dormir para no viajar, para no sentir miedo. Pero el miedo parece activarse de la nada. Como si fuera una droga, una que, si está dentro de tu sistema, no habrá marcha atrás — comentó con voz quebrada — ¿Me estoy volviendo loco?.
Su amiga negó con la cabeza mientras frotaba su espalda, a modo de consuelo, aquello se sentía reconfortante y no podía evitar sentirse culpable ante tal situación.
— ¿Ella, está bien? — preguntó luego de un largo silencio.
Chris, entristecida, asintió.
— Está preocupada por ti. Deberías hablar con ella. La he notado decaída. Por lo poco que comentó, su madre ya no se comunica con ella, todo parece en calma, desde aquella noche.
— Esa cosa, nunca fue su madre, Chris — comentó el chico, tomándola por sorpresa — yo lo vi, con mis propios ojos, y te puedo asegurar que eso, no tenía una pizca de su madre.
La morena se alejó del chico de inmediato mientras se llevaba las manos a la boca.
— Sea lo que sea, estaba vinculado con Margaret — este jadeó pesadamente, sintiendo la falta de aire en sus pulmones — pero me alegro que esté fuera de peligro.
— Dalton — esta obligó al chico a mirarla — ¿Te encuentras bien? — este asintió torpemente.
La voz de Chris comenzaba a perderse entre el extraño sonido en su oído izquierdo, volviéndose un tanto irritable. Tocándose el rostro para tratar de aliviar aquel malestar. Los labios de la morena se movían a la par mientras este se relamía los labios ante una extraña pero inmensa sed. Esta se levantó de su sitio, obligando al chico a intentar enfocar su vista en ella pero esto solo provocó que todo pareciera distorsionarse.
El sonido de su voz, se escuchaba tan lejano, por lo que solo pudo captar que esta lo invitaba a levantarse al extender su mano frente a él. Con dificultad, la tomó de la mano para levantarse pero esto solo ocasionó que el chico cayera al piso y perdiera el conocimiento, de manera instantánea.
