Warhammer 40k: Herejía Astartes

El ángel y el Demonio

-Otro intento de corromper a un primarca fallido-pensaba Erebus mientras leía el informe del accidente.
Aunque con la legión Alpha nunca se podía saber.
Pero algo seguro era que la perdida de esa nave de soporte había dañado emocionalmente al primarca.

Erebus repaso mentalmente el plan, era sencillo, estancar a la flota de la legión Alpha en disformidad y forzarlos a servir a Tzeench.
Pero de algún modo toda la flota salvo una nave consiguió salir.
-creo que nuestro plan para atraer a Mortarion para que sirva a Nurgle, a la luz de los resultados no debería ejecutarse- le dijo a su invitado.
Dicho invitado se trataba de Typhon marine de la guardia de la muerte servidor de Nurgle y el hombre en el que confiaba el Primarca Mortarion.
-Bueno, aún tenemos el regalo que nos trajo Ku'Gath y sus nuevos amigos-respondio Typhon-aunque no desisto de intentarlo, y más cuando llevo años preparándolo sin que lo supiera, años a la espera de una oportunidad...
-Pero será mejor que nos reservemos ese regalo para la gran "reunión familiar"-dijo Erebus-quizas entonces puede que con ese "regalo" tu plan al fin finalice
Ahora todas sus esperanzas de obtener un líder y arma contra el emperador para su plan se posaban en Horus, incluso sin más primarcas corruptos por el caos pudiera llevar a la traición a más primarcas, había necesitado conseguir varios favores para conseguir que el plan se pusiera en marcha, Erebus solamente se lamentaba de no tener el apoyo de ninguna legión al completo, pues tenía la sensación de que el plan con Horus hubiera sido más sencillo, e incluso el plan global completo.
Si fracasaban tendrían que recurrir al ANGEL, meditaban un campeón contra el emperador, y el ANGEL aún no estaba listo, era un hueso duro de roer.

Horus se encontraba en la cubierta del Espíritu Vengativo discutiendo con Vulkan y un representante de los Interex.