El bosque del león

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La noticia de las traiciones en Istvaan corrió como la pólvora, aunque los traidores se aseguraron de algún modo de que solo llegarán diferentes fragmentos a diferentes partes.

En Terra Perturabo y Dorn exigieron abandonar el planeta y reunirse con sus hermanos.
-Aunque las legiones en Istvaan hayan reducido sus números de leales aún contamos con el 80% de nuestras Legiones-Dijo Rogal Dorn el Pretoriano del emperador.
Malcador negó con la cabeza
-Y si no fueran suficientes aún contamos con las legiones completas de los Mil hijos, Ángeles oscuros, lobos espaciales, Ultra Marines-continuo Perturabo el Centurión del emperador-y por supuesto...
Perturabo cayó, por un momento olvidó la desaparición de dos legiones y dos hermanos, cada vez que veía las estatuas de todos ellos, grandes, hermosas, ETERNAS y fijaba su vista a las derruidas estatuas del II y XI primarca sentía un vacío en el pecho.
Sus nombres y la de sus legiones, como la de sus mundos natales y victorias (aunque Alpharius no tenía ningún mundo natal escrito y siempre se dudaba de si alguna de las victorias realmente ocurrió) grabadas en placas de oro habían desaparecido, las placas fueron arracadas dejando pequeños fragmentos como si un gigante hubiera tenido un ataque de rabia y después de hubiera olvidado qué hacia allí.

Ni siquiera sus estatuas mostraban ningun tipo de rasgos, pues habían sido tratadas de forma que solo eran una masa gigante fea con forma humanoide.
Malcador les dijo que el emperador había ordenado que crearán defensas en Terra.
-También ha dado el visto bueno a vuestra idea con La Luna-dijo Malcador.
-¿Que pasa con nuestro padre?-Pregunto Dorn-¿No va a salir del astronómicon dada la situación?
-Su proyecto ha sufrido un leve contratiempo, pero nada de lo que deberíais preocuparos-respondio Malcador-sin embargo sabéis que es de suma importancia, incluso una vez terminado podría acabar con esa rebelión rápidamente.

Los dos Primarcas sabían que no lograrían sacar más información a Malcador o enviar ninguna de las tropas de Terra, pero enviaron 2 compañías cada uno que no se encontraban en Terra para reunirse con cada uno de sus hermanos cuyas legiones permanecían leales.

En Caliban la situación actual no cambiaba mucho para los Ángeles oscuros encargados de defender el mundo y entrenar a los reclutas.
Para algunas legiones sería un honor para dichos marines, en especial para los ultramarines.
Sin embargo ellos no se sentían honrados, se sentían olvidados, despreciados y dejados atrás.
Peor era el sentimiento para los miembros de la vieja Orden como Luther.

El maestro del primarca de la primera legión estaba observando en un patio de la fortaleza como entrenaban reclutas de la legión, jóvenes que en algunas ocasiones eran demasiado arrogantes

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El maestro del primarca de la primera legión estaba observando en un patio de la fortaleza como entrenaban reclutas de la legión, jóvenes que en algunas ocasiones eran demasiado arrogantes.
-¿Que pueden enseñarnos unos marines que se la pasan todo el tiempo en Caliban?-dijo un neófito mientras cortaba el aíre con su espada-Me apuesto que ni siquiera han luchado ninguna vez.
-Chissssst-respodio su compañero-te está escuchando Luther, saben luchar, ellos acabaron con las bestias de Caliban, son veteranos de la vieja Orden.
-¿Y que si me escucha Luther?-Respondio con un aire de soberbia-¿Que me va hacer un anciano que ni siquiera es un Astartes de verdad? Ellos no mataron a las bestias, fue Lion.
A Luther se le acabó la paciencia, agarró su espalda y la desenfundo apuntando a ese recluta de ego desmedido.
Todo el mundo dejó de entrenar, pues conocían bien lo que significa esa acción, Luther le había retado a un duelo.
-Acepto anciano-dijo el marine girando su espada con la muñeca-pero te lo advierto, no me contrendre.
-Pero que cortes de tu parte, si es verdad quizás dures 20 segundos-respondio Luther.
El marine cargo contra Luther, y en un parpadeo cayó al suelo inconsciente debido a que este le había golpeado con la empuñadura de su espalda en la nuca.

Warhammer 40k: Herejía AstartesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora