El Réquiem del leon

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Lion se había proclamado señor de la guerra tras el mensaje de renuncia de Horus y el cambio de nombre de su legion.
Yo no eran los hijos de Horus, ahora serían los cruzados lunares.
A Lion no le podía importar menos el cambio de nombre de una legión.

-Es solo una forma de maquillar el fracaso, de ocultarlo-pensaba Lion en el puente de mando de su nave.
Se habían encontrado con una nave de los guerreros de hierro y puños Imperiales que tenían la misión de contactar con Leman Russ y con él mismo Lion, pues las comunicaciones con Ferris se habían cortado y Lion se encontraba de viaje y su objetivo era llegar a Caliban para contactar con el.

Lion decidió aprovechar la situación para asentar su reivindicación de ostentar el cargo de señor de la guerra ganándose el favor de Perturabo y Rogal Dorn.
Una vez contactaran con Leman Lion tenía el plan de convencerlo para organizar un ataque a los traídores junto con Magnus y Guilliman y las pocas fuerzas que pudieran luchar del resto de Legiones.

Pero cuando llegaron a Fenris no encontraron aliados, sino la fortaleza de los lobos espaciales vacía e indicios de una batalla tanto dentro de la fortaleza como fuera.
La experiencia de Lion le indicó que el primer golpe fue dado por los lobos espaciales, pues había varios cadáveres de Mil hijos que no presentaban indicios de lucha y con heridas que indicaban un ataque sorpresa.
Más siniestras eran las historias de los nativos.
Decían que los Lobos espaciales se habían vuelto locos y habían atacado varios clanes secuestrando a los hombres jóvenes, dichos ataques estaban comandados por un ser tan grande como un primarca.

Buscarlos sería una perdida de tiempo, pues no habían prácticamente ninguna nave de los lobos espaciales, lo que indicaba que habían huido del planeta.
Lion no quería creerlo, pero era posible que Leman y su legion fueran traídores.

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Merlín y Arturo intentaron avisar de la suplantación de identidad, pero las cámaras subterráneas bajo la torre del ángel eran un laberinto.
Era aún peor debido al estado de nerviosismo en el que estaban.
-Es como si este sitio moviera las salas para hacer que nos perdamos-Dijo Arturo.
Merlín se detuvo en seco, cerró los ojos y se acerco al oído de Arturo.
-¿Te acuerdas de aquella cacería del bosque del venado blanco?-
Arturo sabía lo que significaba esa pregunta, pero a pesar de ello le extrañó, pues no tenía sentido, ¿O acaso...?
Merlín lanzó un rayo disforme y tan rápido como el rayo mismo hizo un tajo con su espada hacia la estatua donde impactó el rayo.

La estatua se partió por la mitad lanzando un grito revelando a una criatura, el cambiante había sido descubierto y herido.

-¡MaLdItOs MoRtALeS!-aulló el ser-¡No OsArEiS pRiVaRmE dE mI dIvErSiOn NuNcA mÁs!Entonces el ser creó una honda de choque con el aire y los dos marines atravesaron varias paredes

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-¡MaLdItOs MoRtALeS!-aulló el ser-¡No OsArEiS pRiVaRmE dE mI dIvErSiOn NuNcA mÁs!
Entonces el ser creó una honda de choque con el aire y los dos marines atravesaron varias paredes.

Tanto Merlín como Arturo apenas pudieron salir conscientes de los fragmentos de pared, si la criatura hacia otro ataque de esos o algo peor sería su fin, pues sabían que en cualquier momento perderían la consciencia.

Warhammer 40k: Herejía AstartesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora