Itsvaan Parte 4

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El desembarco de la Guardia del Cuervo y los portadores de la palabra fue el más lento a pesar de que sus naves eran las más cercanas a su objetivo, el planeta de Itsvaan VII.
Se trataba de un mundo frío casi congelado en su totalidad, pero en cuyo ecuador y trópicos se extendía un anillo repletó de grandes islas y parte de contienes habitables y cubiertas de un mar cálido.
Sus polos se encontraban salpicados de estructuras de origen Xeno, en especial el pino sur, donde se habían reunido las fuerzas traídoras.

Corvus se estaba impacientando, pues los portadores de la palabra no dejaban a nadie embarcar en las cápsulas para explorar siquiera el terreno hasta terminar sus rituales sagrados consagrados al dios maquina que presidía su hermano Lorgar

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Corvus se estaba impacientando, pues los portadores de la palabra no dejaban a nadie embarcar en las cápsulas para explorar siquiera el terreno hasta terminar sus rituales sagrados consagrados al dios maquina que presidía su hermano Lorgar.
Corvus observó a su hermano, el cual además de haber sustituido uno de sus ojos por uno biónico tras perderlo en una batalla y sus 2 pares de brazos robóticos que le salían de unos implantes en su espalda estaba obviamente menos mecanizado que los skitari o los portadores de la palabra que profesaban el culto al dios maquina y no seguían el culto biologís, el primarca había descubierto que algunos hijos de Lorgar seguían aún adorando al emperador en misas secretas e incluso una minoría aún menor decidieron apegarse a la verdad imperial.
El hecho de que Lorgar no tuviera tantos implantes según el no era porque era menos fiel.
-no debo mancillar la obra del Omnisia-le dijo Lorgar la vez que Corvus se atrevió a preguntar.

Lorgar sin embargo estaba furioso, esa era la razón por la que estaba poniendo en parte tanto ahínco en purificar y consagrar las máquinas que habían usado los traídores, mientras lo hacía el primarca recordaba los eventos que habían acontecido pocos meses antes de la revelación de la tradición, la muerte del fabricador general y el ascenso a ese rango por parte de Kelbor Hal, puesto que Lorgar había rechazado.
-aun no soy digno-dijo solemnemente el primarca-aun no conozco todos los textos sagrados de memoria en 57 órdenes diferentes o en diferentes lenguajes de programación diferentes.
Solo seré digno siquiera de que considere ocupar ese puesto cuando el sueño de mi padre sea cumplido cuando la galaxia sea dominada por la humanidad.
Lorgar también tenía otra razón por la que era concienzudo a la hora de purificar todo lo que pudieran usar, pues al empezar los rituales pudo sentir como si algo oscuro dentro de la máquina gritara agónicamente mientras hacía los rituales, lo hacía en un binario extraño y corrupto que en lugar de estar compuesto de ceros y unos lo estaba de ceros y cincos.
Tras finalizar los rituales escucho el susurro de un nombre, Vashtorr.

Warhammer 40k: Herejía AstartesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora