Olvidado y Purgado

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Magnus sintió en su espalda la dureza de la piedra, se sentía mareado por el golpe que lo había tirado al suelo, mismo golpe que le había roto su nariz.
-Otra vez-dijo levantándose mientras agarraba su espada de nuevo.
Su oponente era Guilliman.
-Es suficiente por hoy Magnus-dijo Guilliman-no debes sobre esforzarte, no se que tan doloroso debe ser lo de tus poderes pero...
Guilliman no termino la frase, hacia días que tenían esa misma conversación.
Magnus no tenía nada malo a nivel físico o psíquico, era más bien como si tuviera una especie de bloqueo mental, como si alguien hubiera apagado una luz y hubiera puesto un armario delante del interruptor.
Fue al tercer día cuando tras llegar las noticias de Itsvaan Magnus fue a ver a su hermano y le pidió que lo entrenará con la espada y el Bolter.
-Se avecina una guerrera-le dijo Magnus-y por Terra y la verdad imperial que me niego a ser una carga.

-Ve a que un apotecario te mire esa nariz rota y descansa-dijo Guilliman.
Magnus obedeció, pues había aprendido que su hermano podía ser bastante intransigente como líder.
Sabía dónde ir tras pedirle a Hathor Maat que le curase la nariz, la biblioteca de Ptolomeo.
Guilliman le explicó que su nombre era el del primer bibliotecario de su legion, el cual hablo a favor de mantener a los bibliotecarios en las legiones y defensor de un punto de vista cercano, el había empezado la biblioteca cuando apenas era solamente una pequeña ala apartada de la fortaleza de Hera.
A Magnus le hubiera encantado hablar con Ptolomeo, pero por desgracia había muerto después del concilio salvando a su Primarca durante una guerrera contra una especie Xeno.
Sin embargo Magnus decidió hacer una parada previa en su dormitorio personal para ponerse algo más cómodo y evitar las conversaciones con alguno de sus hijos en la fortaleza.

Aún estaba demasiado dolido y confuso con su condición como para hablar con ellos o responder sus dudas.
Magnus se fue fijando en las puertas con los números de I al XX, cada una con el símbolo de cada legion y no dudaba en que tras cada puerta la habitación había sido diseñada para resultar más cómoda a cada primarca, teniendo diseños de cada planeta natal de cada primarca.
Aunque dudaba como sería la de Alpharius pues nadie sabía cuál fue el planeta donde se crió, y si Angron y Horus valorarían el detalle, pues ambos tenían una historia complicada con sus mundos natales.
Pero no mencionaría ese detalle delante de Tarasa, pues había sido idea de ella hacer una habitación cómoda para cada uno de los hermanos de su hijo, lo cual hizo pensar a Magnus que le habría contado Guilliman a su madre sobre Konrad.
Dudaba que su madre habría aprobado los gustos "estéticos" de Konrad, es especial su vieja "capa" de rostros.

Aunque no quiso, se fijó instintivamente en la puerta que debería tener el número XI, ni siquiera Magnus recordaba bien cosas sobre su hermano, era como si alguien lo hubiera obligado a no recordar jamas, como si alguien hubiera encerrado los recuerdos del seguro y onceavo primarca en una caja fuerte y después hubiera soldado la puerta y tirado a un océano.
Pero desde su nueva situación, era más bien como ver a través de un cristal sucio casi opaco un puzle en blanco y negro en una habitación a oscuras.

Delante de la puerta número XI sentía un fío anormal, casi como las viejas historias de fantasmas que leyó en Próspero.
Y recordaba un sonido parecido a Mal, no sabía si era parte de su nombre u otra cosa.
Era la única habitación que no deseaba ver su interior, deseaba dejar de estar delante suya e irse.
Pero como en las viejas historias que leyó sobre fantasmas una parte de el quería abrir la puerta y comprobar que no había nada como los pobres protagonistas de esas historias de los que se había reído Magnus en el pasado.

-¿Quieres entrar?-sono una voz a su derecha.
Magnus se giró y vio que se trataba de Tarasa.
-Nadie me dijo nunca que les pasó a esos dos, ni siquiera Guilliman-empezó a decir Tarasa-unos días tras esa guerra contra los Xenos llamados Rangda llegaron Custodes y entraron a las habitaciones II y XI y se llevaron todo lo de dentro. A pesar de eso jamás he vuelto a entrar en esta habitación, es como si algo durmiera dentro, algo no físico muy peligroso, y si abriera la puerta eso despertaría y saldría.
-¿Y con la número II?-Pregunto Magnus con curiosidad.
-He entrado varias veces después, es una habitación bastante soleada y cálida-respondio Tarasa-pero siempre poco rato, tengo una sensación nostálgica, como cuando Guilliman está fuera luchando y nunca se cuando volverá. Es extraño no recuerdo haberlos conocido pero siento como si lo hubiera hecho.
¿Como eran?

Magnus, no sabía que responder, pues realmente no quería admitir que nadie recordaba nada de sus hermanos, y que todo rastro de ellos fue, está siendo y será debidamente eliminado, condenándolos a algo más cruel que la muerte en opinión de Magnus, condenados al olvido como si jamás hubieran existido.
Pero sin embargo, en su mente ahí estaba, más alcance que nunca.

-El emperador prohibió que se volviera a hablar de mis hermanos-respodio Magnus buscando una salida a la conversación-solo te puedo decir que ambos lucharon contra los Rangdan, que fueron nombrados como el olvidado y el purgado.
-¿Que crimen merece tal castigo?-dijo Tarasa-¿Como podéis estar de acuerdo tú y Guilliman con eso? ¿Acaso no eran vuestros hermanos? ¿Acaso ellos y sus legiones no lucharon en algún momento con el resto de Legiones?

Magnus no quería seguir con la conversación, entonces reparo en que la habitación no tenía ningún tipo de cerradura, así que decidió abrirla como excusa para cambiar de tema.
El pomo de la puerta estaba gélido, más aún que el hielo de Fenris, y aún así Magus sentía como su piel se quemaba como si sujetará un hierro prácticamente al punto de fundición.
Pero el primarca continuó y abrió la puerta.
La habitación tenía los balcones y ventas tapiados y a pesar de llevar décadas cerrada solamente el olor indicaba que había pasado tantos años cerrada.
No había ni polvo ni telarañas o insectos, y el olor era una mezcla de restos de incienso, sangre antigua y putrefacción.
Y lo más extraño es que las marcas de muebles estaban todas orientadas en una misma dirección.

-No hay nada malo, solo una habitación vacía y cerrada durante mucho tiempo y que huele como tal-dijo Magnus mientras miraba la palma de su mano y comprobó que no tenía ningún tipo de quemadura.
Tarasa se retiró de la puerta y del olor.
-Me gustaría ver el resto de habitaciones-comento Magnus.

Solo vio la habitación de Lion, la cual en su interior recordaba a una habitación de la antigua era de los caballeros de Terra, incluso tenían unas réplicas de armaduras de esos tiempos tamaño primarca.
Magnus sospecho que tenía las medidas de Guilliman pues dudaba que Tarasa supiera las medidas exactas del resto de primarcas.
Eso molestaría enormemente a Lion.
Cuando entraron a la habitación número II sintió la calidez del sol y la suavidad de la brisa entrar por las ventanas.
Era un lugar cálido y agradable a pesar de estar vacío.
Pero rápidamente comprendió lo que le había dicho Tarasa, una melancolía llenaba la habitación, como un recuerdo de tiempos mejores pasados a la espera de volver, pero no sabes cómo hacerlo, solo que si pueden.
Magnus estaba saliendo cuando piso algo, una pluma.
Magnus la recogió y la sostuvo.

Era una pluma enorme y con los colores rojos y amarillos como el sol, pero sin embargo, cuando la ponía al sol los bordes brillaban como el arcoiris.
Magnus sabía de qué animal era.
-Una pluma de serpiente Quetzal-dijo Magnus-no son de Macragge ni de este sector.
-Recuerdo haber escuchado eso antes-dijo Tarasa-pero no recuerdo quién lo dijo.
-Yo tampoco-dijio Magnus y se marchó a su habitación y después a la biblioteca.
Esa noche Magnus tubo un sueño o pesadilla donde una serpiente alada gigante con plumaje de fuego como el sol se enfrentaba a un guerrero samurái con una espada con un morado espectral y un casco con una calavera cubriendo su rostro se enfrentaban a muerte.
No sabía que fue el único en Macragge y el sector última en tener dicho sueño, pero a diferencia del resto entendio un nombre Malice.

En Terra el sujeto 11 reía, pues también tuvo el mismo sueño, y sabía lo que significa.
Solo tenía que esperar, y tenía el tiempo suficiente...

-Se te agota el tiempo Malcador-11
-No si puedo evitarlo-Malcador
-Nos veremos pronto, en la luna púrpura, dale recuerdos al emperador de mi parte-11-aunque dudo que [CENSURADO]
-Tu [CENSURADO] te [CENSURADO] una vez-Malcador

Warhammer 40k: Herejía AstartesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora