Itsvaan Parte 3:La oscuridad nacida de la más noble de las intenciones

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Vulkan, se encontraba en la Rapaz, mirando como se desarrollaba la batalla espacial mediante un holograma.
No hizo ninguna pregunta a Omegon, su recientemente revelado hermano, ni Jagati, el cual estaba estoico mirando a los Eldar, en especial al vidente, mientras tenía siempre la mano en la empuñadura de su espada.
El Khan no era tan tonto como para temer un engaño, pues les habían dejado conservar sus armas, pero tampoco para no estar preparado para cualquier situación.
Salvo la que había acontecido hace unas horas, jamás pensó ver eso de parte de un hijo de Vulkan, el khan no era como Lorgar que buscaba fanáticamente una fe, pero lo que había visto le había parecido un sacrilegio, como si alguien en las antiguas eras de Terra hubiera destruido la imagen de un santo o un dios comprensivo de paz y amor, simplemente no tenía otra forma de explicarlo.
Por eso evitaba mirar demasiado a Vulkan...

Tras la fuga de Angron se decidieron las parejas, Vulkan y Jagatai, Ferrus y Fulgrim, Corvus y Lorgar, Konrad Kurze y Mortarion, mientras Alpharius junto con los puños imperiales y guerreros de hierro presentes dirigirían la flota, pues Sanguinus había seguido a Angron.
Entonces Vulkan noto algo raro:
-Horus, ¿eres consciente de que si Alpharius y su legión, y Puños imperiales y Guerreros de hierro se quedan vas a estar solo?-dijo preocupado el noble primarca de los Salamandras.
-Soy el señor de la guerra, el elegido por el emperador para dirigir la gran cruzada en su ausencia-dijo decidido Horus-con medida legión me hes suficiente, puede que Aximax sea el líder de los traídores de mi legión, pero aún tengo el resto del Mournival incluido a un recientemente recuperado Abadon el cual está deseoso de aplastar a los débiles que solía llamar hermanos.
Vulkan se sentía aliviado por la recuperación de Abadon, más tras el incidente en Davin, pero Vulkan sabía que Horus no decía esas palabras, lo decía el Señor de la guerra, su máscara personal, y también sabía que era el único de la sala en darse cuenta.

Vulkan se sentía aliviado por la recuperación de Abadon, más tras el incidente en Davin, pero Vulkan sabía que Horus no decía esas palabras, lo decía el Señor de la guerra, su máscara personal, y también sabía que era el único de la sala en darse ...

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El desembarco en el planeta minero que era Istvaan I fue tranquilo hasta tocar tierra, pues los cicatrices blancas incluso tras traicionar al imperio seguían sus tácticas de siempre, ataques relámpago sin nada que los arrastrase o relantizarse.
Sin preocuparse por defender una fortaleza o poner torretas anti cápsulas que requerían un armamento más pesado que las baterías anti misiles.

Vulkan pensó que el hecho de que los cicatrices traidores escogieran ese planeta era en parte a que en la minas podían protegerse de los ataques orbitales.
Jagati sin embargo, se extraño de la elección del terreno de combate por parte de sus hijos, el suelo era escarpado y lleno de rocas y estrecheces, lo cual dificultaba el uso de vehículos no aéreos y no habían visto ningun aeródromo,si lo encontraban debía ser un objetivo prioritario de ataque.
-el terreno nos perjudica a los cicatrices blancas, pero beneficia enormemente a los Salamandras, en especial en las minas-pensaba el Khan-Horus a hacertado con mi compañero de batalla, su elección considerando el terreno demuestran sus capacidades estratégicas.

-el terreno nos perjudica a los cicatrices blancas, pero beneficia enormemente a los Salamandras, en especial en las minas-pensaba el Khan-Horus a hacertado con mi compañero de batalla, su elección considerando el terreno demuestran sus capacidade...

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Warhammer 40k: Herejía AstartesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora