Una historia sobre el amor, sobre la vida y sobre la muerte.
Dos hombre que han pasado por mucho, una guerra cerca y eventos similares, los lleva a sentir sentimientos uno por el otro. Mientras que la guerra contra el señor oscuro esta proxima, Har...
El domingo llegó muy pronto para el Severus, pero se encontraba mucho mejor de cómo había llegado, eran las 10:00 lo que significaba que tendría el tiempo justo para desayunar y arreglarse para ver al anciano director.
Se dio una ducha rápida, tomó unos pantalones negros de vestir, una camisa blanca de manga larga y sus habituales capas negras. Se cepilló un poco el cabello y se dispuso a ir a las oficinas del director.
–Severus, mi muchacho, ¿cómo amaneciste? – Dumbledore lucía preocupado, sus ojos no tenían ese brillo tan característico y Severus supo que algo no andaba bien.
–Estoy mejor, Albus – le dijo.
–Vayamos a dar un paseo, y me cuentas todo lo que Voldemort te dijo, mi muchacho.
Ambos caminaron hasta la salida, no era raro ver al director y al profesor de pociones juntos, no obstante, siempre lograban que las miradas de los alumnos los siguieran por donde pasaban; Harry los vio salir y temió que Snape, le contara a Dumbledore de sus pesadillas. Dumbledore ya tenía suficiente con él, ya era mucha carga para ellos, por eso no quería que su profesor se lo contará.
–¿Qué paso ayer, Severus? – cuestionó Dumbledore, una vez llegaron a un claro a las orillas del bosque prohibido.
–El señor oscuro saldrá de Londres, no dijo a dónde, solo dijo que tenía asuntos pendientes. También me dijo que había estado tramando cosas con Potter y que esperaba estuvieran funcionando... – continúo relatando el día anterior por cinco minutos, hasta que Dumbledore habló.
–Me lo imaginaba, ayer que te encontré en las afueras del castillo venía de hablar con los Centauros, estaban bastantes agitados – Dumbledore se sentó en una roca antes de continuar–; Al parecer Voldemort ha estado reclutando gente y criaturas, imagino que ese es el propósito de su salida. He estado pensado mucho las cosas, y llegue a la conclusión de que tenemos que proteger a Harry de una mejor manera, Privet Drive ni la madriguera no son ya una buena opción.
Severus por su parte, escuchaba atento la conversación.
>>He pensado en una ubicación para mover al muchacho – continuo el anciano –, pero antes de eso, solo faltan dos meses para que finalice el año. Hay que hablar con la orden, presiento que tendremos sorpresas mucho antes de lo esperado, y quiero pensar, mi muchacho, que esas sorpresas sean buenas.
–Dumbledore, hay otra cosa, es sobre el chico, Potter – expuso Snape –. Ha estado teniendo pesadillas, que como te comentaba tienen mucho que ver con el señor tenebroso.
–Lo sé, Severus, y me alegró que lo estés ayudando – Dumbledore, lo miro por encima de sus gafas –. Mi muchacho, claro que sé de los problemas de Potter, y Lupin ya había acudido a mí, yo le sugerí que le dijera a Harry sobre las pociones para dormir. No sé qué planea Voldemort, pero tengo una vaga idea, por ello tenemos que estar al pendiente y te pido de favor que trates de acercarte a Harry, no creo que haya mucho problema.
–Claro, Albus, porque soy la primera persona a la que Potter le contaría sus sueños– su voz sonó con un deje de burla.
–Tengo claro eso, Severus, pero también creo que para los planes a futuro nos convendría que tú y él comenzaran a llevarse bien – inquirió –. De cualquier manera, yo mismo le pediré a chico que se acerque a ti.
Severus ya no hizo más preguntas, ni comentarios, Dumbledore ya tenía sus planes y lo que dijera no lo haría cambiar de opinión; pensativo regresó al castillo, mientras Albus le hablaba de nuevas capas color morado que había mandado realizar con su sastre.
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