Capítulo 10

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Había pasado una semana, una semana completa y Harry Potter no entendía como Snape podía actuar simplemente como si nada hubiera sucedido. El hombre ni siquiera le había dirigido la palabra más que para hablar en su entrenamiento, para regañarlo, pero todas las veces que él había intentado entablar una conversación, siempre se iba.

Él había estado yendo al lago todas las tardes, solo vio a Lu una vez. Se entristeció, se sentía más solo que nunca. Ni siquiera se había sentido rechazado por el hombre, era como si él no existiera, más que las dos horas que duraba su entrenamiento, luego Severus Snape se iba y no lo volvía a ver hasta el día siguiente. 

El lunes de la siguiente semana recibieron la visita de Remus Lupin, el profesor Snape le había dicho que se iría por tres días y que ahora Remus estaría con él para los duelos, Dumbledore iría en las tardes para empezar con la práctica de Occlumancia.

Así fue, Dumbledore se presentó a las 6, saludó a Remus y fueron directo al estudio de la mansión.

–¿Cómo has estado, Harry? – preguntó el mayor.

–Bien, señor.

–¿Y las cosas con el profesor Snape?

–Igual.

Dumbledore no dejo pasar la manera en que el joven bajo la vista, ni como sus mejillas tomaron un ligero carmesí.

–Muy bien, Harry – Dumbledore elevó su rostro – ¿Cómo quieres que empecemos?

–La verdad no recuerdo mucho de las clases con el profesor Snape. Él solo me lanzaba el hechizo y yo intentaba detenerlo.

–Bueno, sería una buena idea que cerrarás tus ojos y que intentarás dejar tu mente en blanco. 

Harry hizo lo que se le pidió, pero le costaba la última parte.

–Señor, no puedo solo dejar la mente en blanco – agregó un poco molestó.

–Tienes que respirar hondo, concentrarte en relajar cada uno de tus músculos.

Harry volvió a cerrar los ojos.

>> Respira, aguanta la respiración, imagina como entra una luz por tu cuerpo y se dirige a tus pies. Ahora exhala y deja que la tensión poco a poco desaparezca.


En 10 minutos Harry Potter había logrado estar lo suficientemente relajado para no pensar en nada, para tener la mente en blanco. Asintió a Dumbledore dándole permiso para entrar en su mente.

Al principio eran recuerdos borrosos, sin sentido. Harry tardó un rato hasta que pudo bloquear el ataque del anciano director.

–¿Y cómo estuvo? – tenía la respiración acelerada y su frente tenía gotas de sudor.

–Nada mal, Harry, nada mal. Ahora lo intentaré de nuevo, esta vez seré más agresivo, así que te pido hagas más esfuerzo. Legilimens.

Esta vez, Potter dio un paso atrás, Dumbledore le estaba causando un gran dolor de cabeza y eso que el director no había usado todo su poder.

"Uno, dos, tres, respira..." pensó Harry.

Lo estaba logrando, Dumbledore era expulsado de su mente. Sin embargo, el ultimo recuerdo por el que pasó fue el de Harry Potter exaltado, confundido y emocionado.

–Yo... – tartamudeó –, señor, lo siento.

–Harry, no debes disculparte, eres joven, tienes todo el derecho de estar interesado en otra persona ¿quién es nuestro afortunada o afortunado? – Dumbledore miro con sumo interés el nerviosismo del chico – Tengo entendido que la chica Weasley y tú eran pareja; quizás pueda permitirte hacer un viaje a la madriguera.

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