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POV Mina.

Diferencia.

Había mucha diferencia.

Ya no había rastro de aquel cuerpo atlético y cuidado, de curvas hermosas y de piel suave, de cabello precioso y rubio. No tenía ese color, ya que Chaeyoung lo retocaba cuando su cabello natural empezaba a salir, y parecía que no lo hacía hecho durante todo este tiempo.

Confuso.

'¿Que pasó con la información?', se preguntó dentro de sí.

Las fotos que le mostraban Son Chaeyoung se veía perfectamente saludable y feliz. Si, habían unos gestos que Mina no comprendió, pero su enfurecida y herida mente no le dió cabida a esas tonterías.

—Chaeyoung... —su mano se convirtió en puño cuando inconscientemente viajaron al cuerpo de la mencionada.

No quería que la preocupación por su ex-esposa la abordara así de fácil.

Mina tenia experiencia con golpes y heridas, tantos recientes como antiguos. Demonios, que había torturado a muchos durante años. Reconocería que tanto eran nuevas como viejas.

Y Chaeyoung... tenía demasiadas antiguas. A la pelinegro le fue difícil tragar saliva cuando veía los diferentes golpes que tenía en esa hermosa piel que tanto había probado.

Mayormente antiguas en su espalda, ya que las que tenía en sus muslos y pues eran recientes.

—S-sé... sé que... no merezco... ugh —vió como apretaba sus puños, como su cuerpo estaba temblando y de cómo su voz era débil.— Había mucha... y-yo... Jeongyeon...

No pudo retener más su preocupación y su cuerpo se movió solo para ayudarle. Jamás sintió tanto... enojo. Si que estaba enfurecida con Chaeyoung, pero más con la persona que le había hecho daño.

Y cuando sus manos cayeron en ese cuerpo que tanto devoró, sintió tanta lástima por lo que tenía bajo su tacto que sollozo como una débil cría.

La envolvió en sus brazos, olvidando todo lo que había hecho esos meses que se fue y la llevó contra su pecho, apoyando su mentón la cabeza de Chaeyoung.

—¿Que demonios pasó? —ahogó un sollozo y no paraba de balancear su cuerpo con el de Chaeyoung sobre ella. Tantas emociones la abordaban que no sabía que hacer exactamente con ellas aparte de llorar.

Entre sus brazos ya no estaba la mujer con quién se había casado. Sólo estaba una débil Chaeyoung, temblorosa y llena de golpes en todo su torso y espalda.

Mierda!'

¿Que ocurrió para que golpearan a su aliada? ¿No se supone que trabajaba para ellos?.

—Minari... debes... Jeongyeon está...

No le permitió continuar porque ya la estaba besando sin importarle lo dañado que la rubia tenía los labios, sin importarle que fuese la culpable de la muerte de su hija, y sintió su corazón un leve latir, recordándole que aún estaba ahí, esperando su única mitad viva.

—No hables. —susurró apartando el cabello que le impedía verlo por completo.

Y, ¡Joder! cómo odiaba la maldita expresión débil que se reflejaba en su rostro.

Ignoró las lágrimas que Chaeyoung tenía en sus mejillas pálidas y se levantó sin ningún tipo de problema con ese cuerpo débil entre sus brazos con una única dirección en mente y era salvar su vida.

Podía matarla, pero algo dentro de ella le exigía que debía pedirle explicaciones del porque hizo aquello sin compasión.

Mina lo necesitaba para entender.

Confusión | Michaeng G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora