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Pov Chaeyoung.

Un mes después de huir.

—Jeongyeon. —dije con hastío.

—¿Sabes que estás haciendo mal?

Claro que lo sabía, lo sabía muy bien porque lo mismo que iba a sufrir ella, lo iba a sufrir yo cuando no estaba a su lado... cumpliendo mi promesa.

No había una maldita noche que no tuviese pesadillas. No había un maldito segundo que mi corazón se apretara cuando pensaba en lo doloroso que fue dejarla.

—Fue lo mejor...

—No... lo mejor era decirle la verdad. ¿Crees que no es peor la decisión que tomaste sabiendo como es de resentida y sanguinaria? —reprende la castaña, sentándose a mi lado con una copa de Whisky.

Acaricié mi sien cuando mi cabeza no dejaba de doler y mis manos no paraban de temblar.

Confiaba en ella y en qué me daría el beneficio de la duda, pero igual era peligroso. Y fue la mejor decisión cuando ella misma me había dicho que podían matarnos a ambas con esa mierda.

Pude bloquear la señal unas horas antes de llegar hacia Jeongyeon, y ella pudo sacar el rastreador a tiempo para que no se fijasen donde estaba.

Estamos en las costas de China, haciendo planes y... rastreando a Minatozaki Yuu para acabar con la raíz de una vez por todas, pero el hijo de puta no es fácil de atrapar.

—Un maldito mes y nada.

—Empiezo a creer que es un maldito fantasma... Mierda —mascullé, lazando mi copa a la pared. Todo era una jodida mierda sin mi esposa... sin mi Myoui Mina.

Cada que la recuerdo mis ojos arden, mi pecho duele y mi corazón se siente latir poco porque estoy malditamente segura que sufrió mucho por mi culpa.

—Tengo... tengo una idea, pero...

Volteé a mirarla cuando limpié mis lágrimas y su mirada expresaba mucha preocupación. Puso una mano en mi hombro y lo acarició un poco demostrando su apoyo a mí dolor interminable.

—¿De que trata?

La vi torcer el gesto para luego negar.

—No es una buena idea...

—Yo veré si lo es o no, Jeongyeon. —determine, y se volteó completamente hacia mi, ahora, amiga de confianza.

Hemos pasado unas malas rachas, no tanto como la estoy pasando, pero si puedo decir que es de confianza. Y lo ha demostrado haciendo favores y consiguiendo muy buenas cosas que no has servido para nuestra protección.

—Es peligroso...

—Me vale un carajo si muero en el intento... sólo —apreté mis labios y bajo la mirada a los dedos que mantenía sobre mi regazo.—, quiero que muera por lo que le hizo a mi... a Mina. Tu después puedes demostrar que no fue mi culpa.

—Chaeyoung... no digo que mueras, porque ellos no te matarán... pero —se tomó unos segundos para continuar—, No la pasarás bien.

Alcé la mirada rápidamente, captando su idea por completo. Estar con Mina esos años me convirtió en alguien que podría sacar conclusiones muy rápido. Y se lo que intenta decir o al menos lo que insinua.

—¿Estas bastante segura que funcionara?

Al momento que la vi asentir, me puse de pie a dar vueltas de un lado al otro con la mano en mi mentón bajo la mirada curiosa de Jeongyeon.

Claro que habían suficientementes contras para esa propuesta. Lo peligroso que era tener simple contacto con ellos, verles las caras o ser uno de sus esclavos. Y esa ultima era la peor de todas.

Confusión | Michaeng G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora