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POV Mina
Dos meses después.

—Hey, llorona. —recibió una mirada asesina como respuesta.

Tenía claro que no le gustaba que la llamasen de esa manera, pero era tan divertida su reacción que poco le importaba si le molestaba o no.

—¡Mami! —refunfuñó y rápidamente se puso de pie para ir a golpear a Mina quien fue que la llamó de esa manera.

Había pasado dos meses, y Mina sentía que había sido ayer que su alma se desprendió de su cuerpo durante los minutos que Chaeyoung no despertaba.

La situación más... desesperante en la que estuvo. Un momento que siempre va a recordarle que siempre debe desmotrarle amor a su esposa porque nunca sabe cuándo puede irse de su lado.

Después que la rubia salió del hospital ante su recuperación, Mina se encargó de todo lo que mirara o la hiciera sentir mal, ya fuese por las buenas o las malas.
Dejó encargada de su clan a su amiga Dahyun, y viajó a Sudamérica para alejarse de problemas que involucraban a Chaeyoung de una u otra forma.

Quería que estuviese tranquila y sin preocupaciones.

—¿Por qué mierda lloras? —Mina frunció el ceño cuando su hija estaba abrazada a su pierna y empezó a llorar por un motivo que ella desconocía.

Y ciertamente aún no había aprendido a medir sus palabras con una pequeña que no comprendía muchas cosas.

—¡Mina!

—Ah, mierda. —rasco su cabeza cuando ese grito lo conocía muy bien.

Quizás... solo quizás no supo expresar sus palabras a modo de juego. Y ciertamente, su hija era una cría muy sensible que no soportaba las "pequeñas" bromas de su madre.

—Solo es una exagerada —masculló, dejando caricias por el sedoso cabello de Sujin, quien no dejaba de hipar.

—Mina —suspiró con resignación cuando llegó a su lado, y la pequeña se lanzó a los brazos de Chaeyoung para que la cargase.— Cielo, ¿como debes decirle?

Mina apretó sus labios cuando la pequeña sacó un poco el rostro del cuello de la rubia con una leve sonrisa maliciosa que la dejó ofendida.

—Blacku Swan... —murmuró.

—¿De quién será hija esa niña? —susurro para sí misma, acariciando su sien. Y escuchando como la rubia se reía acompañada de la pequeña que, por arte de magia, ya se le había pasado su estado llorica.

Chaeyoung se acercó a besar su mejilla y jaló de su mano para que la siguiera adentro de la casa con la pequeña riendo como si fuese la persona más malvada.

Mina enarcó la ceja cuando no paraba de sonreír, hasta le sacó la lengua cuando entraron a la acogedora casa.

—Te la voy a cortar, llorona. —amenazó con seguridad, asustando a la pequeña ante la seriedad que lo dijo.

—¡Mamá!

Mina soltó a reír ante el llanto asustadizo de la pequeña y siguió a pesar de que Chaeyoung le dió una mirada afilada.

Las vio irse a la cocina mientras ella se sentaba en el sofá de cuero que tenía la sala de estar.

Habían pasado semanas de su recuperación, y la diferencia en la rubia era muy notable. Volvió esa personalidad que Mina extrañaba, volvió la confianza y volvieron a ser las misma pareja de antes, e incluso su conexión se intensificó.

Hablaron de lo que ocurrió, y Myoui Mina se sintió terrible por creer que Chaeyoung la habia traicionado. Aquel día fue cuando dijo la palabra perdón tantas veces que su voz podría haberse gastado si eso pudiese ocurrir.

Confusión | Michaeng G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora