Capítulo Especial (RxW).

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CAPÍTULO ESPECIAL.

Lo que en un inicio pareció para Sicheng una tarea sencilla, pronto se convertiría en una especie de tormento elegido. Hacer que Renjun olvidara el aroma de Jaemin no lucía nada fácil, ni siquiera era el recuerdo de Jeno lo que más lo afligía, era más bien, recordar el aroma de Jaemin en la piel de Jeno. Recordar el dulzor del humectante de Jaemin en los besos de Jeno. Recordar cómo luego de un simple cambio de nombre, Jeno iba mejor en el sexo.

Era recordar todo el esfuerzo que debía hacer Jeno para besarlo o tocarlo. Las caricias le costaban, y mucho más las palabras. Responderle un simple mensaje pareció tan complejo. ¿Por qué Jeno aguantó tanto si en realidad sentía alguna especie de sutil odio hacia él?. Renjun sabía que no había hecho nada malo, aún así, al observar la espalda de Jeno durante varias noches mientras humedecía su almohada, luego de haber tenido una paupérrima interacción en la cama, logró "comprender" que el problema era él mismo.

Una simple botella de agua le había costado a Renjun toda la estabilidad emocional que hubiera podido tener. Una pequeña muestra de empatía había ahogado la felicidad dentro de su corazón.

Renjun cuestionó muchas cosas sobre su persona en ese entonces. Cuestionó cosas que nunca había notado en él. Y se crearon inseguridades que él no tenía. Cuestionó su peso. Su sonrisa. Su estatura. La forma de hablar. La marca que llevaba en la mano.

Todo. 

Lo cuestionó todo. 

Sicheng pensó que solo con demostrarle su valor las cosas cambiarían. 

Pensó que enviándole flores con dedicatorias a mano diariamente, su mejor amigo mejoraría. Contempló la posibilidad de hacerle el amor y gemir tanto su nombre en el oído del otro, hasta que el mismo Renjun le exigiera que sacara su nombre de su boca. Planeó la forma en la que haría que el menor sintiera el cosmos entre sus manos, las finas capas de polvo estelar con la yema de sus dedos, Renjun amaba los cuerpos celestes, Sicheng amaba a Renjun, y estaba dispuesto a secuestrar una estrella fugaz y obligarla a vivir en el jardín del otro, pero tardó menos de una semana en comprender que el enemigo de Renjun habitaba en ese momento dentro de él mismo. 

Además había alguien, una persona de la cual Renjun se negaba a hablar, pero esa persona lo envenenaba día y noche. Le enviaba vídeos, fotos, mensajes. Se reunía a hablar con él cuando Sicheng no se encontraba. ¿De qué hablaban?. Sicheng no lo sabía, no podría ni siquiera llegar a suponerlo. Renjun no daba indicios de las conversaciones, todo lo borraba como si de un secreto de Estado se tratase. Pese a todo, Sicheng podía darse una idea sobre el tema que versaba cada una de sus amarguras: Lee Jeno.

Renjun día a día se veía más opaco. Más lastimado. Más agrietado. Sicheng no encontraba más curas para cubrir sus heridas, y sentía que el tiempo le iba en contra. El arcoíris perdía colores a una velocidad que no lograba explicarse. Y lo más preocupante, empezaba a notar un sentimiento que no era propio en él: Rencor. 

— Renjun, escúchame por una vez en tu puta vida.

El otro giró a mirarlo con sus ojos inyectados en lágrimas. — Estoy harto de que me hables así, Sicheng. 

— ¿Cómo más quieres que te hable? ¡Te estás comportando como un verdadero imbécil, Huang!.

Renjun rió amargamente. — Entonces es simple -se acercó al otro mientras lo miraba a los ojos-. Lárgate y déjame en paz -le puso con decisión el dedo índice en el pecho-. Porque yo no te he pedido nada de esto que estás haciendo.

Otoño. Vuelve a mí [Nomin] [Invierno].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora