Capítulo Doce: Café (PARTE I).

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CAPÍTULO DOCE:

CAFÉ (PARTE I).

Tengo contados veinte minutos para arreglarme, no quiero ir demasiado arreglado, como si pareciera que estaba esperando este momento, aunque lo estuviese haciendo, pero tampoco quiero lucir mal, quizá algo casual.

Probé con cuatro combinaciones diferentes, al final, decidí ir todo de beige y blanco.

Me bañé, afeité, cepillé los dientes, usé fijador para mantener mi cabello justo como quería, esto último fue lo que más me demoró, luego lo sequé con el secador de cabello a la mínima potencia, para evitar hacer ruido.

Me vestí y revisé que todo se viera bien. Estaba terminando de ponerme el reloj y vi a través del espejo que Renjun empezó a removerse en la cama, me había arreglado en el baño para evitar esto. Justamente hoy le dio por despertarse a esta hora...

—¿Sales? —escuché su voz un poco adormilada desde la habitación—. ¿Qué día es hoy?

—Es lunes, amor. Lunes 20 de marzo —le sonreí a través del espejo—. Sí, saldré un momento.

—Hmm —se metió en la sábana y se arrastró hasta la parte de los pies, para mirarme desde ahí—. ¿Comprarás algo de desayunar? —hizo un mohín pero esta vez no surtió efecto alguno en mí—. Quiero café —hizo sobresalir aún más su labio inferior.

Miré la hora disimuladamente, no me daría tiempo de ir por café y volver, debo salir en cinco minutos para estar a tiempo en el apartamento de Jaemin.

¿Qué hago?

—¿Qué clase de café quieres, Junnie? —miré nuevamente la hora mientras me acomodaba el blazer para evitar hacerme muy obvio—. En la cocina hay tres capsulas de café de Stark...

Negó como un niño pequeño. —No, ese no —hizo nuevamente un mohín pero no pude evitar suspirar con molestia—. Quiero café de Dreams Coffee, por faa —tiró su cabeza dramáticamente hacia el lado mientras me miraba.

—Pero, amor... —miré nuevamente la hora. Joder. Está bien —me acerqué a él y le di un beso en la frente—. Pero solo lo traeré, no desayunamos juntos, ¿está bien?

Hizo un puchero pero asintió, luego enrolló la sábana alrededor de su torso y se sentó sonriente. —Oye, estaba pensando, ya que pasaron el Día Blanco para hoy... —sus mejillas se tornaron rojas de repente—. ¿Quisieras que fuéramos a algún lado? Como... No sé, podríamos ir a mi casa en las afueras de la ciudad y estar ahí para volver el miércoles, ¿qué te parece?, igual mañana no tenemos clases.

—Claro, sí, me parece bien, Ren —estaba realmente apurado. Me acerqué y besé nuevamente su cabellera—. Voy por tu café. ¿Lo de siempre?

Él asintió y se tiró hacia atrás nuevamente, imagino dormirá otra vez. Antes de salir me gritó "Cuídate, ¡te quiero!"

Caminé lo más rápido que pude y atravesé en tiempo record todo el conjunto, no corrí, no quiero sudar. Al llegar al parqueadero llegué a la conclusión de que en carro no llegaría, así que tomé la moto y salí por Jaemin.

Vive un poco más retirado de lo normal, no podría decir que es cerca a sus padres, pero sí es por la misma vía. Siguiendo las directrices del mapa de mi teléfono me dio la leve sensación de que conocía este lugar, esta zona, aunque quizá pueda ser mi imaginación. Una vez llegué, parqueé la moto y me recosté en ella, saqué el teléfono y le avisé que lo estaba esperando, salió casi que enseguida.

Jaemin siempre fue y será la definición de perfección. Tanto él como el aura que lo rodea tiene un efecto hechizante en mí, desde el momento en que lo vi caminando hacia la puerta, el corazón me empezó a latir desbocado. Está precioso, cabello cayendo por su frente, muy bien estilizado. Camisa cuello de tortuga blanca, metida por dentro de su pantalón que también era blanco. Trae una correa marrón y guantes del mismo color. El blazer, color marrón también, es bastante largo, le llega casi a las rodillas, lo lleva abierto y sus zapatos son blancos con decoraciones marrones.

Otoño. Vuelve a mí [Nomin] [Invierno].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora