Tumba de leyendas

64 11 14
                                    

Al siguiente día que Dazai se apareció por el gran campo, no lo hizo con las manos tan vacías. En la casa donde se estaban hospedando todos los días le iban a dejar montones de comida, para el era demasiado e incluso llego escuchar quejarse a Oda por tanto. 

En un gran canasto guardo varias uvas y algunas manzanas; guardo algunos tarros con agua y una olla con papas cocinadas que ya estaban molidas. En un ungüento trajo mantequilla, algunas rebanadas de queso y un pequeño frasco con un poco de leche, para finalizar con unas pocas mandarinas que se encontraban en una bolsa de tela pequeña.  

Chuuya vio venir a Dazai, lo vio agotado así que decidió correr para ayudarlo a bajar el gran canasto — Hoy has traído mucho, ¿estas seguro de que no te castigaran si se enteran? — pregunto el pelirrojo con el entrecejo arrugado, un claro signo de preocupación.

—Descuida, eso no pasara — Dazai sonrió y le guiño el ojo. Chuuya lo miro con una mirada de pocos amigos después de tal acto. Los niños que se encontraban trabajando y los hombres se acercaron a tomar frutas para comer después de haber sido llamados. 

Dazai llamo a Chuuya y lo acerco al canasto, saco el ungüento de antes y abrió la pequeña olla que contenía la papa molida — Quiero que pruebes esto, quiero que seas el primero en probarlo — Chuuya vio como Dazai mezclaba la papa con la mantequilla, vertía la leche y el queso para también mezclarlo.

—Mi hermano lo llama pure, adelante — la extendió y Chuuya la tomo. 

—Mi mama solía hacerme esto cuando era niño.

—¿Tu madre? ¡Ah, por cierto! ¿Donde esta ella ahora? — Pregunto Dazai entretenido sacando las demás cosas.

Chuuya callo por un momento para luego mirar al cielo, sintió la brisa, sus cabellos ondulados se movían de un lado al otro; señalo hacia el cielo y miro a Dazai con una sonrisa. Dazai quien estaba sentado en el piso junto a la canasta lo miro, miro a Chuuya y su mirar — Esta en el cielo, me esta mirando — Dazai se levanto y quedo frente a Chuuya, sonrió y con el dedo índice toco su pecho, justo en el lugar de su corazón — También aquí, mi hermano siempre dice que las personas que perdemos nunca se van, una parte de ellos siempre queda con nosotros, justo aquí — sonrió y retiro su dedo del lugar, se giro con las manos en su espalda y miro a Chuuya — ¿No lo crees?

Y el castaño volvió para terminar de sacar las cosas y llamar a Sinhue y a los demás para que tomen un poco del pure.

— Si lo creo — Sonrió por lo bajo, sus grandes y rojas pestañas moviéndose por el fuerte viento, ni siquiera vio el momento en que su sombrero salió volando, esta vez cayendo en las manos del castaño, pero ahora no hubo necesidad de reclamar, no, ya no.



Eran pasada de las cuatro, normalmente a esa hora el castaño se iba, pero esta vez seguía acostado en la tierra arada, justo debajo de ese árbol que producía gran sombra; estaba leyendo unas hojas. Chuuya miro a su alrededor en busca de algún guardia, pero no había ninguno, con mas confianza se acerco al castaño y se sentó por un momento a su lado — ¿Que estas leyendo? — Dazai se enderezo para sentarse a su lado — Es una carta de partituras de mi piano, estoy memorizándolas para llegar a casa a practicar — Dazai miro como el entrecejo de Chuuya se arrugaba.

—Es cierto, tienes que tocar en esa fiesta y estas perdiendo el tiempo aquí, deberías practicar mas, ya vuelve a casa — Dijo Chuuya mientras se ponía de pie para ir de nuevo a su trabajo —Pero no quiero irme, Chuuuya.

Chuuya lo miro con esa cara, el mas alto hacia su berrinche — ¿Se puede saber por que es buena idea no volver? — Dazai dejo de sonreír y su mirada se volvió mas distante, pareció pensar en que decir y fue luego cuando estuvo dispuesto a hablar — Esta bien, pero no te burles — El pelirrojo asintió y Dazai hablo — Estoy enojado con el piano, no hace lo que quiero y me frustro tanto porque tengo esa presentación en lo que queda de este mes; no seria tan complicado si fuera una presentación cualquiera...¡Pero el rey estará aquí! Y...no puedo desperdiciar esta oportunidad.

Pueblo de LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora