Cabellos en común

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Al día siguiente Dazai no regreso al campo, muchos señores bromeaban sobre su faltar el día de hoy, lo que ellos no sabían es que Dazai estaba reposando en cama porque tenia una gripe ligera por haber salido sin abrigo la noche anterior, Dazai odiaba enfermarse porque siempre quedaba a los cuidados intensivos de Oda y su hermano podría ser de todo, pero nunca irresponsable.

Así que ahora estaba en cama, sin poder moverse oliendo la sopa de cebolla que Oda estaba preparándole, no quería tomar eso, lo mas inteligente que pudo pensar para evadir a alguien como Oda fue hacerse el dormido, trato de engañarlo, pero el engañado fue el, porque durmió toda la tarde. 

Luego despertó.

Con una manta rodeándolo sigilosamente salió a la sala, Oda no estaba, así que volvió a entrar a la habitación, viendo por la ventana se dio cuenta que faltaba poco para que el sol se esconda, así que decidió tocar el piano. Toco la melodía de Chuuya intentando crear una siguiente línea para la canción, pero nada.

Tal vez si Chuuya estaría con el en estos momentos tendría alguna idea de que escribir, parece una musa.

No, dios no, va a doler.

Luego de un rato de tocar escucho la puerta principal ser abierta, Oda hablo desde el recibidor — ¿Osamu, ya estas despierto?

—¡No!

—El piano no se toca solo.

Dazai salió de la habitación directo a reclamar sobre la sopa de cebolla, no tomaría eso, ¡no le gustaba! 

No esperaba ver al pelirrojo parado al lado de su hermano — ¿Chuuya?

Chuuya estaba vestido como el otro día, con su sombrero de paja cubriendo todo su cabello logrando que este no se salga gracias al cordón que Dazai había amarrado, el paño negro que caía en forma de "v" y esos grandes ojos azules que lo observaban.

Antes de que Chuuya respondiera Oda puso un plato de sopa en sus manos y con el dedo señalo a su hermano menor — ¿Podrías vigilar que la tome? Te lo agradecería mucho — Chuuya asintió y se apresuro hacia el lado de Dazai.

Chuuya se paro en la puerta de la habitación — ¿Puedo pasar? — Dazai lo miro, aun con la manta envuelta en su cuerpo — Esta bien, pero entra sin la sopa.

—¡Eso no esta bien, tu hermano esta preocupado por ti, deberías ayudar un poco a mejorarte! — El ceño fruncido de Chuuya hizo callar a Dazai, quien luego se sentó en el asiento del piano —Esta bien, pero tienes que empezar contando cómo llegaste aquí — Chuuya asintió, se sentó a su lado y con la cuchara empezó a darle al castaño — Todos estaban muy preocupados y quise saber por que no habías llegado y me perdí, tu hermano me encontró y me dijo que lo acompañara a casa — Dazai aun haciendo la mueca de asco por parte de la sopa asintió en comprensión — Bueno, ahora estas dándome sopa — Alzo la tapa de las teclas del piano y empezó a tocar cualquiera de las melodías que se le vinieran a la mente.

Y Dazai estaba consciente de que no quería estar enamorado de Chuuya, era consciente de que debería alejarse de el si quería lograrlo. Pero nunca nadie le dijo que sería difícil y el castaño está rogando por no verlo directo a los ojos, porque por mucho que pasa pensando que le dolerá, cuando Chuuya se acerca a el, se vuelve egoísta.

Desea más y más, tal vez ahora entiende a las mujeres de su ciudad y su emoción cuando el chico que les gusta las empieza a cortejar, pero este no es el caso. Chuuya no lo va a cortejar y el tampoco porque no es normal.
Una vez que Chuuya se entere de que Dazai está teniendo ese tipo de pensamiento con su nombre, entonces él se sentirá asqueado y se irá, y en serio Dazai no quiere quedarse para averiguarlo.

Pero Chuuya es tan bueno...

—Dazai, ¿quieres trabajar en la letra? — Dazai lo miro y rio. Chuuya dejo el plato vacío a un lado mientras que el castaño se acomodaba las mangas para empezar a tocar — Adelante, búrlate, pero tengo algo pensado aunque aun no estoy seguro de donde ubicarlo. 

Chuuya pidió que se lo dijera y Dazai empezó a murmurar — Algo así como alguien bueno y malo y ese malo desea ser como el bueno, al menos esa es la sensación que me daba desde que la escuche.

—Hmm, ¿podría ser algo como...se que soy malo, pero quiero ser como tu?

—Blew, la idea es buena, pero suena muy mal hecha.

—¿Que propones tu? 

—No lo sé.

—Entonces no critiques. 

Pasaron hablando por todo lo que quedaba del día, incluso cuando ya era lo suficientemente noche como para que Chuuya se marche, cuando Chuuya se dio cuenta que Dazai había caído rendido ante el sueño, decidió que era hora de marcharse. Antes de que eso pasara Oda le ofreció comer juntos y este, con evidente hambre, no pudo negarse. 

Oda había preparado un pure de papas con un poco de carne de res para ambos, Dazai no estaba incluido, un poco cruel, pero justo — ¿Dazai y tu están trabajando en algo juntos? — Pregunto Oda. Chuuya pensó que el no preguntaría por eso, si no la razón de por que escondía su cabello, después de todo era el momento perfecto para hacerlo, no había quien los moleste.

—¿No preguntaras por mi cabello? — Fue directo al punto.

—¿Eh, no? Me interesa saber en que trabajan mi hermano y tu, no eres el único que he visto de cabello rojo después de todo.

—¿En serio?

Oda miro como el niño lo veía, esperando a que suelte algo de información, le recordó un poco a su hermano, así que solo suspiro y revolvió los cabellos rojos — No se lo digas a Osamu, pero mi madre era una mujer de cabellos rojos también — Chuuya sintio la necesidad de preguntar por mas, pero uniendo los cables que había soltado Dazai, fue facil darse cuenta que esa mujer ya no se encontraba entre los vivos.

—Lo siento mucho — Oda suspiro y volvió a revolver sus cabellos — No digas eso, después de todo ella tenia el cabello mas hermoso.

Chuuya regreso por el camino del pueblo, estaba oscuro y no se molestó en ponerse el sombrero o siquiera taparse el collarín. Mientras iba caminando pensó, que tal vez y solo tal vez, sentía a Dazai un poco distante.

Le ponía algo triste, ¿pero, de que se sorprendia? Sabía que esto eventualmente llegaría, el es un hombre de alto estatus y el es, solo un esclavo...

No puede compararse con las bellas mujeres de la ciudad donde vive Dazai. Ni siquiera necesitaba verlas para saber que eran mejores que el. El ni siquiera tenía buena ropa y a veces se sentía asfixiado.

Dazai volverá a tocar el piano en otras fiestas y conocerá a una bella y noble mujer con la que se casarán y lo más seguro es que tengan hijos, tal vez dos o tres y tal y como dijo Dazai, el volverá al pueblo y hablara de nuevo con todos, solo que esta vez será diferente, el será un hombre de familia.

Un sonido lo saco de su trance, lo hizo pisar tierra. ¿En que estoy pensando? ¿Desde cuándo me siento así?

Ese día Dazai estaba soñando con Chuuya, ambos andando en bicicleta sin necesidad de esconderse de nada ni de nadie, solo ellos.

Dazai lloro entre sueños y Chuuya sollozo en la realidad.

Chuuya descubrió que el no podría seguir a Dazai.

Y Dazai descubrió que Chuuya no lo dejaría quedarse a su lado.

Pero ambos eran egoístas, ninguno quería separarse, tal vez esa noche simplemente sirvió para marcar aquel hecho.

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