Curioso

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Odasaku se encontraba vagando por el pueblo cuando choco sin querer con un hombre mas bajo que el. Cuando giro y diviso de quien se trataba tuvo que realizar una reverencia improvisada en forma de disculpas. Había chocado con el cura del pueblo — Discúlpeme, no me fije por donde iba — dedico el hombre menor. El otro hombre devolvió el saludo pero no sin antes barrerlo con la mirada, el hombre mayor extendió su mano en forma de saludo — ¿Eres de este pueblo, hijo? — Oda negó y correspondió al saludo —  Soy de la ciudad de Benjamín, estoy aquí acompañando a mi hermano — El hombre volvió a mirarlo de arriba hacia abajo, pero siempre teniendo énfasis en su cabello y luego dijo — ¿Quienes eran tus padres? Tu cara me resulta familiar, viví un tiempo en Benjamín.

—No conocí a mis padres —  Mintió. 

A Oda nunca le ha gustado criticar a las personas, no puede hacer eso. Pero este hombre al lado suyo le resultaba extraño. No porque fuera un cura o algo parecido, es solo la extraña aura que desprende, Oda se pregunta si eso pasa con todos los curas existentes.

Cuando se giro para preguntarle algo al hombre se dio cuenta que este ya se había ido. A lo lejos lo diviso limpiando su mano con un pañuelo. No hubiera sido malo de no ser porque aquella mano era con la que lo había saludado. 

Mientras su mirada estaba fija en el cura noto al guardia albino del otro día, Atsushi Nakajima. El lugar estaba lleno de gente así que no pudo divisar mas de lo que ya conocía. El hombre tenia un color curioso de cabello, pero la verdad es que el no estaba en la mejor posición como para siquiera dignarse a pensar un poco sobre ello.

Odasaku estaba por las tiendas de artesanía buscando contemplar los detalles de las creaciones del lugar, así que no esperaba que el caballero se acercara a el y mucho menos que lo saludara  — Buenas tardes  — Se digno a decir el menor.

 — Buenas tardes  —  Respondió el mayor. 

Odasaku observo mejor su entorno y se fijo que el hombre no andaba solo, una pequeña niña lo acompañaba. Era una niña de cabello largo, negro azabache y de ojos azules. Seguramente la hija del duque.

— ¿El joven Dazai no se encuentra con usted hoy?  — Pregunto el caballero. Oda suspiro y lo miro  — Seguramente esta en los campos, en verdad creí que estaba pasando tiempo con ustedes  —  aprovecho ver que la niña parecía enseñarle alguna bincha al albino y se susurro para si mismo  —  conociéndolo es mas que obvio que no estaría por aquí. 

— ¿Necesita que lo busque?  —  Oda lo miro algo sorprendido. 

—  ¿Por que harías algo como eso? 

— Bueno, la casa del duque Fitzgerald es quien esta encargada de su estadía aquí, así que debemos ver que ustedes estén pasándola bien, es nuestro deber.

El mayor debería haber previsto esa respuesta, termino por suspirar — Gracias, pero no necesito que hagas algo como eso — El albino sonrió. 

Ninguno se esperaba ver a ese mismo castaño correr por las calles a comprar pan y salir disparado de regreso una vez los obtuvo. Atsushi lo miro extrañado y se giro para hablarle al mayor — Señor Oda, me parece haber visto a su hermano correr por la calle de al frente — Indico el caballero.

Oda volvió a suspirar otra vez, ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho en el día.

—Lo vi, estará bien así que déjalo ser, en su lugar, ¿tienes algún lugar que recomendarme de artesanías? — El hombre menor sonrió y asintió. 

—Lo tengo, pero solo puedo ayudar con las indicaciones, no me puedo mover del lado de la señorita Kyouka.

Como si de trato de invocación se tratase la niña miro en su dirección y hablo — ¿Que pasa conmigo? ¡Oh, usted debe ser el hermano de el joven Dazai, es un gusto! — Hablo la niña y Oda devolvió el saludo.

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