Desde el día en que Dazai conoció a Chuuya estuvo pensando constantemente en como acercarse a el y a sus, supone Dazai, amigos. La verdad es que si era sincero había estado yendo unos días por algunos ratos pero el pelirrojo parecía en aferrarse a no hablarle sin importar lo que haga el castaño.
Al principio pensó que seria un plan casi imposible por los guardias, pero estos no estaban desde la primera vez que piso esas tierras. Fue fácil deducir donde estaban y es que para nadie es secreto en Belanova que muchos estaban viajando a los pueblos vecinos en busca de las mejores y ultimas telas a la moda. Las y los que tenían menos suerte tenían que comprar un traje ya hecho, pero los que gozaban de riquezas entonces tenían la suerte de poder comprar sus propias telas y mandarse a hacer algún atuendo moldeado a su completo gusto.
Tonterías
La primera vez que Dazai obtuvo la atención del pelirrojo fue cuando Dazai estaba comiendo dulces de una pequeña bolsa y uno de los niños lo estaba mirando. Dazai decidió acercarse y regalarle lo que quedaba en la bolsa, que aun contenía bastante porque Dazai no era tan fanático de los dulces, comía unos de vez en cuando, sin excederse. Recuerda haber sentido una mirada pesada en su nuca y cuando había girado para ver de quien se trataba se fijo que era el pelirrojo quien lo observaba a lo lejos.
Recuerda haber sentido algo de escalofríos por la pesada mirada del pelirrojo quien se aferraba a amenazarlo. Parecía una gata defendiendo a sus crías y por un momento Dazai se sintió mal, pero ese sentimiento se alejo tan rápido como llego cuando el niño, al que le había dado la bolsa de dulces, se sentó a su lado — Gracias por la bolsa de dulces...¿eh? — Dazai pareció percatarse de esto y, en voz alta como para que todos escuchen, dijo: — Dazai, Osamu Dazai.
Los niños son bastante inocentes y esto Dazai lo sabe, lo sabe mas que nadie. Es por eso que cuando el niño habla no hace nada por callarlo y simplemente asiente para seguir entablando una conversación, quien piensa Dazai, tal vez sea la primera persona que no lo ha mirado mal desde que llego.
El niño señalo a uno de los hombres que trabajaba a lo lejos — El es mi papa, dice que debería alejarme de usted porque dice que puede ser peligroso, pero yo no lo creo así, no me hubiera dado una bolsa de dulces en ese caso, ¿no? — Los niños en serio son inocentes.
Es por eso que en este momento Dazai se encontraba sentado en el suelo tierroso con el pequeño a su lado junto a un viento un poco salvaje — Bueno, yo creo que el solo te esta protegiendo — El niño lo miro un rato algo confundido y con algo de miedo reluciendo de esos ojos negros y redondos — Entonces...¿si es malo? — El bien y el mal son cosas en las que Dazai no cree, simplemente tiene ese pensamiento que todos realizan acciones sin pensar mucho en las consecuencias. Pero, un niño no lo percibe así, así que Dazai piensa la mejor manera de explicarle algo tan complejo a un niño que, por lo que ve Dazai, parece como mucho tener 13.
—Bueno, tal vez no me considere una buena persona, pero eso no me hace ser malo, solo soy una persona que vive, supongo — Dazai se encoge de hombros y el niño lo ve aun sin entender y Dazai suspira — Me estoy esforzando por tratar de ser la mejor versión de mi — Así que al final Dazai sonríe diciendo eso.
El niño después de escuchar eso sonrió. Dazai lo miro y el niño parecía dispuesto a irse a seguir haciendo el trabajo, pero antes de que eso pase — Oye, ¿como te llamas? — El niño empezó a reír — ¡Eres un señor grande y te olvidas de eso, mi nombre es Hasan! — Y con la mano haciendo un "adiós" se fue. Dazai le devolvió la despedida.
Después de que el niño se fue Dazai volvió a sentir las pesadas miradas sobre el, pero siempre había una que destacaba del resto y no porque fuera de un color diferente o algo, no. Era porque era mas pesada que la de todo el resto y esto hacia estremecer a Dazai.
Dazai sabia que si ese caso se llegaba a dar entonces el no podría defenderse. Dazai siempre fue pésimo en los entrenamientos que su hermano y amigos solían darle, la espada siempre se caía de sus manos antes de si quiera lograr tomarla bien, así que era inútil en eso. Es por eso que cada que sucedía algo conflictivo quien siempre iba a su rescate era su hermano, pero ahora el no estaba aquí.
Dazai trago duro y, como su hermano siempre dice, "comienza de raíz". Dazai a paso algo lento se fue acercando a Chuuya y otra vez, termino siendo ignorado.
Así los días se volvieron a repetir. Dazai seguía acostado en el suelo tarareando y memorizando melodías de su piano para llegar a casa y tocarlo. Solo que ahora las personas parecían ignorarlo, aunque eso no significaba que las miradas pesadas hacia el se acabaran.
Al día siguiente Dazai volvió algo decaído. Estaba pensando en que si hoy nada interesante pasaba, entonces se marcharía y no volvería, porque en verdad parecía que no lo querían y es cuando Dazai deja entrar ese pensamiento que ha estado tratando de ignorar. Por supuesto no van a querer juntarse con un blanco privilegiado que únicamente les trae algún mal recuerdo. Y Dazai lo sabia desde el principio, pero se aferraba a ignorarlo y tratar de alejar ese pensamiento. Dazai suspira y pasa una de sus manos por su rostro algo estresado. La vida no es como en los libros. No, ese era real.
Una lucha interna por tratar de mantener firme sus valores, que difícil, piensa Dazai.
Pero entonces decide realizar su ultimo intento de entablar una pequeña conversación, con quien siempre piensa Dazai burlonamente, la mama gallina. Dazai piensa que si logra hablar con el entonces todos se irán soltando ante su presencia y dejaran de temerle. Que lograra hablar con ellos sin que lo miren como un bicho raro y que le hablaran de sus vidas y Dazai desea tanto escuchar eso.
Pero como se esperaba, el pelirrojo no respondió. Dazai pensó que lo haría porque en un momento pareció divagar pensando en respuesta. Dazai había preguntado algo tan aleatorio que siendo otra ocasión el se hubiera reído, le había dicho: — ¿Calor o frio? — Y vaya que Dazai pensó que le respondería.
Entonces Dazai no recibió respuesta y en silencio se giro dispuesto a irse y estaba seguro de que ya no volvería. Había avanzado un espacio considerable cuando escucho a uno de los hombres decirle a su compañero — ¿Ya viste? Parece que por fin se va, ya me estaba cansando ver a un hombre blanco por aquí — Ellos rieron y para Dazai no era la primera vez que escuchaba esos comentarios, pero si era la primera vez que oía a Chuuya decir una oración completa después de días — ¿Que tiene que sea blanco? Déjenlo tranquilo y vuelvan a hacer su trabajo — Dazai se giro para observar el intercambio de palabras y pudo ver como Chuuya continuaba con su trabajo mientras los hombres se disculpaban con el.
Dazai devolvió su camino hacia donde se encontraba Chuuya para quedar frente a el — Gracias — Agradeció.
—No fue solo por ti, a veces ellos también olvidan que estoy a su lado.
Y Dazai lo sabia, intento hablar mas pero no resulto, pero eso no quito su sonrisa de su rostro.
Dazai caminaba de regreso por el camino de tierra hacia el pueblo, se estaba haciendo oscuro y seguramente su hermano vuelva a regañarlo, pero nada quitaba esa sonrisa boba en su rostro. Habían personas que iban y venían por esos caminos así que no fue tan llamativo cuando unos guardias iban caminando del lado contrario al de Dazai.
Fue después de un momento que Dazai se percato y pensó que era alguno de los guardias de las tierras vecinas.
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Pueblo de Leyendas
FanfictionEl duque realizara una de las mas grandes fiestas que el reino haya podido contemplar. La fiesta, en honor a su adorada hija menor, quien pronto será presentada ante la sociedad, es por eso que necesitan al pianista genio del reino, Dazai Osamu. El...