La sangre no traiciona, eso dicen muchos

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Cuando al día siguiente Dazai apareció en el campo sintió todas las miradas pesadas caer en su persona, se pregunto a si mismo que pasaba. El día estaba fresco, de una brisa que al pelirrojo le encantaba, busco con la mirada esa mata de cabellos pero no la encontró; se pregunto si se había resfriado y no podría asistir, quizás, pero no lo sabe, o tal vez simplemente no lo cree, los cuidadores no permitirían eso. Se acerco a preguntarle a Sinhue, pero al hombre voltear, no espero ver el rostro de el hombre en ese estado. El hombre estaba con el labio y cejas partidos, tenia un ojo morado también — ¿¡Que te paso!? ¿¡Quien te hizo esto!? — El hombre lo miro y no pudo soltar palabra alguna cuando empezó a llorar.

Dazai se empezaba a asustar. 

Otro hombre se paro a su lado y con el animo decaído hablo — Anoche, cuando dormíamos, algunos guardias y el cura entraron y se llevaron a Chuuya, Sinhue y algunos hombres mas intentaron detenerlos, pero solo recibieron golpes —  Dazai escucho eso y sintió como su estomago se caía.  

Intento no pensar en lo peor.

—¿¡Donde se lo llevaron!?  — Dazai hablo, casi grito.

—No sabemos.

—¡¿Y nadie fue tras ellos!? — cuestiono, de manera desesperada — no es tan fácil — respondió otro de los hombres — nos matarían si lo hacíamos — respondió Sinhue.

En momentos de adrenalina las personas se cierran, las personas no escuchan, no ven. 

Dazai no espero nada mas y por mero instinto corrió a casa de Chuuya, rezaba a todos los dioses a alguien, a quien sea que Chuuya este bien. Tal vez una parte de el sabia que las cosas no estaban bien pero no espero toparse con este escenario.

Corría entre aquel camino fino de tierra, creando pequeños cortes en sus brazos debido a lo rápido y brusco que iba, las hierbas y montes del lugar cortaban si no tenias cuidado, pero Dazai no lo sentía, estaba lo suficientemente lleno de adrenalina para no sentirlo.

Mientras mas avanzaba mas sentía el cambio de temperatura, estaba cálido, no como al comienzo del día, se sentía asfixiante.

Cuando llego a la casa apenas y habían algunas columnas de pie, toda la casa había sido quemada. Aun había humo saliendo de los trozos de madera que sobrevivieron y el aire se sentía caliente y pesado.

A Dazai le faltaba el aire y su mente quedo en blanco. Rebuscando que hacer o como actuar empezó a buscar y gritar desesperadamente el nombre de Chuuya, movió los palos quemados provocando que sus propias manos empiecen a sangrar, tenia la esperanza de encontrar algo o alguien que le dijera que Chuuya estaba bien.

Y fue así, buscando cerca de donde solían estar las mecedoras donde solía sentarse con Chuuya; sin querer piso algo, era el hueso en forma de corazón del collar que le regalo. Lo tomo entre sus manos y no pudo evitar flaquear. 

Pero aun tenia esperanzas, así que volvió a gritar el nombre de Chuuya y mover escombros, lo que sea.

No puede estar pasando, no esta pasando. Se repetía mentalmente Dazai en su mente.

Su cerebro era estúpido, no quería escucharlo. Y Dazai ruega, si existe un Dios, entonces que haga algo, lo ruega.



Cuando regreso al campo lo hizo en silencio. La comisura de sus ojos estaban rojas por algunas lagrimas derramadas que no había podido contener, no podía hablar, no le salía hablar. ¿Que iba a decir? ¿Que encontró el corazón de hueso del collar de Chuuya y nada mas? Las esperanzas se estaban empezando a ir.

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