Hoy Dazai estaba en el pueblo, viendo un poco las tiendas antes de ir al campo. Vio un collar de un hilo negro con un hueso que formaba un corazón, sin pensarlo demasiado visualizo a Chuuya en el, lo compro.
—Toma, es para ti — Dazai se encontraba abrochando el collar para Chuuya, quiere besarlo, pero no sabe por que o como, ¿reaccionara mal?, es seguro que los demás los verían raro.
Chuuya se giro y tomo la mandíbula de Dazai y le propino un pequeño beso en la mejilla — Gracias por el regalo — Tan rápido como paso fue que se acabo. No bastaba, para Dazai no bastaba, quería mas.
¿Es normal que él haga esto? Pensó.
No cree que seria algo malo también regresarle el beso en la mejilla, así lo hizo.
Mas rápido que nunca se fueron haciendo mas constantes ese tipo de cariño. En las noches se escapaban mas tiempo e iban a mas lugares; como a aquel rio donde Chuuya empujo a Dazai y ambos terminaron empapados, luego temblando y luego riendo por lo bobos que habían sido.
Aquella noche fue la segunda donde Chuuya le propino un beso en sus mejillas y Dazai se encontraba debatiendo mentalmente si ceder o poner un alto. Pero Dazai era egoísta, tal vez desde su nacimiento. Acepto todo, acepto todo lo que Chuuya tenia para darle, esta loco.
Siente que a su mas mínimo toque puede deshacerse en sus manos. Y se siente bien.
Y aunque Chuuya era quien había iniciado los besos en las mejillas, ahora Dazai no podía parar de darlos, es como si hubiera desbloqueado algo o como si hubiera permitido algo. Se siente como haber sido privado de los manjares mas dulces del mundo, y cuando los pruebas por primera vez, entonces ya no puedes parar.
Irónico, porque a Dazai no le gustaba lo dulce.
Era de noche, se encontraban caminando entre los campos de camelias, no había nadie allí, así que podían vagar tranquilamente. Ambos se les había hecho costumbre ponerse sus capas negras y sus respectivas bufandas, pero esta vez ya era tarde, debían regresar.
—Así que...¿te has olvidado de la letra de la música? — Dijo Chuuya.
—¡Perdón, tus besos me han acaparado toda la cabeza! — Bromeo Dazai.
— ¿Entonces no te gustan?
— Oh, cielo, me encantan, ¿que haces para que me gusten tanto? — Tal vez Dazai estaba siendo descarado hoy, pero se sentía bien, se sentía completo, se sentía feliz, dios, tal vez es lo mas feliz que se ha sentido en su vida.
No quiere dejar de hacer esto nunca.
Chuuya rio y fue tomado por los brazos de Dazai, quedando frente a el abrazados.
Sonrojos y risas bajas, muy intimo, dos amantes solos entre un campo de flores, cualquiera tendría envidia.
— ¿Entonces? — Pregunto Dazai.
— Solo vienen de mis labios, ¿sabes? — Contrarresto Chuuya.
— Cariño, ¿entonces cuando besaras los míos? — Aquel tal vez que Dazai repetía en su mente sobre su descaro con Chuuya simplemente se desvaneció. El descaro estaba allí, el deseo estaba allí.
Por primera vez paso. Chuuya alzo su rostro y le dio a Dazai un rápido y corto en los labios para luego esconderse en el pecho del mas alto. Fue rápido pero eso no evito el sentimiento de explosiones en el estomago de Dazai, quien sabe, tal vez ahora también se haría adicto a ese tipo de besos. Tomo a Chuuya del mentón y alzo su rostro para que lo mirara, quería que esos ojos lo vieran, devolvió el beso.
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Pueblo de Leyendas
FanfictionEl duque realizara una de las mas grandes fiestas que el reino haya podido contemplar. La fiesta, en honor a su adorada hija menor, quien pronto será presentada ante la sociedad, es por eso que necesitan al pianista genio del reino, Dazai Osamu. El...