Supongo que este es un adiós

98 11 7
                                    

Dazai vuelve a la sala llena de aristocracia. Empieza a buscar un lugar para posicionarse intentando desviar los pensamientos de su cerebro, fallando en el intento, esta enojado, tiene rabia, como nunca en su vida. Por que Dios permite estas cosas se pregunta a si mismo pero no recibe respuesta, por supuesto. Mientras avanza sin querer choca con algo, o mas bien con alguien.

Un hombre de baja estatura lo observa y le sonríe y Dazai estuvo a punto de regresar la sonrisa hasta que vio sus vestimentas, aquel hombre llevaba una túnica color café y Dazai se aleja lo mas rápido que puede, como si su toque lo hubiera quemado.

Que asco.

Dazai ni siquiera se molesta en pedir perdón por el descuido y eso el hombre lo nota, sin embargo sonríe y habla-Joven, ¿como usted ha estado? - pregunta el hombre y Dazai lo mira con evidente enojo, no responde. Esta contando en su mente para no tirarse encima de el y darle golpes hasta que se desmaye, en su lugar evita todo contacto con el e intenta retomar su camino.

-¿No ha funcionado? - pregunta. Dazai no lo entiende y lo observa, el hombre parece darse cuenta de su confusión y habla - correcto, el exorcismo no pareció funcionar - el hombre dice y luego murmura - así que la maldición si era real.

Dazai en su cabeza conecta alguno de sus puntos, pero aun se mantiene firme en no responder.

El hombre se gira por completo hacia el más joven y proporciona - Sabe, necesito que de ahora en adelante usted vaya por lo menos 2 horas a mi iglesia, seria muy desafortunado que usted tenga que irse y propagar la maldición, es por eso que tendrá que alargar su estadía en este lugar.

Y Dazai no sabe como el hombre sabe tantas cosas de él, esta desconcertado - solicitare un testimonio de su salud para enviarlo a la Santa Casa de su ciudad para que siga los tratamientos una vez mejore aquí, por supuesto - Aquel hombre sonaba tan confiado ¿Quien se creía el para decidir sobre el? A veces piensa que en este pueblo todo el mundo lo hace, siempre con los mas vulnerables, como si supieran que no están en su mejor momento. Pero luego se fija en el lugar, todos los miraban de manera disimulada, y cuando el voltea para encararlos, ellos simplemente se voltean y simulan hablar; ahora los ojos pesan y siente todo. Todos en este pueblo creían que tenían derecho a decidir sobre su destino sin si quiera conocerlo y eso le enojaba, todos lo sabían, todo estaba planeado desde el inicio.

Bola de ingratos hipócritas.

Todos lo saben, todos saben lo mal que la esta pasando y a nadie le importa. En su lugar ríen con gracia falsa por la gran fiesta que están pisando, se supone que las fiestas son lugares a los que las personas vienen a reír y a disfrutar, a ser felices, pero ahora parece todo lo contrario.

Dazai se ve alterado.

-Aquel demonio ya no esta, usted debería estar tranquilo - dice el hombre, con gentileza como si en verdad le importara, pero Dazai olvida todo lo que estuvo evitando antes y se acerca de manera arriesgada - usted debería cuidar como habla, muchas veces los demonios se disfrazan de ángeles, debería saberlo mas que nadie.

-Pequeño, debería agradecer por el acto de bondad que le otorgue - Dazai se frustra mas con aquellas palabras y esta listo para tirarse encima del hombre hasta que alguien agarra su mano. Es tonto por pensar que tal vez seria el pelirrojo de sus suspiros, pero en su lugar ve a su hermano quien lo mira con pena, el hombre mas bajo se refiere con Oda - el chico aun es muy joven, fue hechizado, debería llevarlo mas seguido a la iglesia si no quiere que también se le meta el demonio - escupe aquellas palabras con desprecio, — caso contrario, será llevado a la fuerza — pero aun así tiene esa sonrisa en su rostro que Dazai desea tanto golpear, el hombre se retira del lugar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 25, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pueblo de LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora