Era tu tercer año en la universidad, ha llegado un nuevo profesor de bioquímica. Aunque la mayoria lo odiara, y las demás chicas lo amaran, tu eras su única excepción, eras la única chica que logró llamar su atención. La atracción siempre se hacia p...
Abrí poco a poco mis ojos observando el amanecer por el reflejo de aquella ventana aún cubierta por la persiana. Miré mi celular con los ojos aún entrecerrados por el sueño y logré ver la hora, era temprano aún y aunque cerré los ojos pesadamente intentando seguir durmiendo, no logré conseguirlo. Giré mi cuerpo mirando a mi compañera dormida aún, me senté a la orilla de la cama y me frote los ojos con los nudillos de mis dedos. Me levanté de la cama perezosamente y caminé por la habitación buscando mi ropa, tratando de ser lo mas silenciosa posible.
Al fin encontré el vestido ideal, me bañé, me maquille un poco y me vestí adecuadamente. Tomé mi mochila y lo alcé a mi espalda, miré por última vez la habitación y en silencio, salí por la puerta.
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Caminé por los pasillos, comprando un café a mi paso, mientras bostezaba una vez más por el cansancio. La primera clase era de Bioquímica, asi que tenía un poco de suerte al llegar temprano.
Me acerqué al salón observando al profesor O'hara sentado enfrente de su escritorio, revisando unos papeles con un par de lentes puestos. No había nadie dentro del salón más que solo su figura concentrada en aquellos documentos. Suspiré y decidí entrar.
— Profesor O'hara, ¿Qué hace tan temprano aqui? -dije entrando con unos cuadernos entre los brazos.
Levantó la mirada al escuchar mi voz y me miró con una ceja arqueada, soltando un suspiro pesado.
— Oh, señorita Smith, ¿no se supone que todos debemos estar aquí temprano para comenzar nuestras clases? -habló con tono sarcástico, mirando su reloj de pulsera -Además, tengo algunos asuntos pendientes que necesito resolver antes de que comiencen las clases. ¿Y usted? ¿A qué debo su temprana llegada?
Me observó con los ojos entrecerrados, esperando una respuesta mientras me acercaba al escritorio y ponía mis cuadernos sobre él.
Reí un poco nerviosa— Pues, me desperté demasiado temprano y decidí venir antes de la hora —alcé los hombros un poco mientras hablaba. El profesor O'hara me miró con cierta curiosidad, sus ojos claros escudriñando mi rostro.
— Vaya, alguien madrugadora, interesante —una sonrisa de lado se hizo presente en su rostro, quitándose los lentes— Admirable, deseaba tener más estudiantes como usted, que se preocupen por su educación.
— Si, supongo —se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio, y su mirada se volvió más intensa.
— Cambiando de tema, dígame, señorita Smith, ¿hay algo en particular que le interese en mi clase? Tal vez pueda ayudarla a profundizar en algún tema específico —su voz ahora era más ronca de lo normal, no pude evitar sentir un escalofrío en mi.
Reí un poco burlona y las pupilas de mis ojos rodaron un poco— Déjeme decirle profesor, que no logro comprender nada de su clase, todo es muy confuso para mi —reí en tono bajo.
