Te extrañé

2.7K 178 28
                                    

Advertencia: esta capitulo contiene escenas y lenguaje demasiado explicito y obsceno, contenido +18 !!!



Posteriormente de un día trágico en la universidad, estaba haciendo mi tarea en el escritorio de la habitación con música de fondo junto a mi compañera de habitación, mientras intentaba hacer aquel trabajo de historia que no lograba entender.

— Oye, ____, voy a salir con Miles un rato. ¿Vienes? —preguntó mientras se ponía una chaqueta.

— Estoy en una tarea de historia —hablé y giré la silla para observarla mejor— Tal vez en la noche los acompañe —sonreí levemente.

— Okey, llámame por cualquier cosa.

Se despidió de mi y salió de la habitación, dejándome a mi, concentrada en aquel trabajo de investigación, subiéndole un poco de volumen a la música que tenia en el ordenador. Al cabo de unas horas, había terminado mi trabajo, cerré mi libreta y miré mi telefono, eran las 6:38 pm. Asi que decidí ir a caminar un rato al parque de la ciudad, el cual estaba cerca de la universidad. Tomé una sudadera junto a las llaves de la habitación y salí de aquel edificio, caminando por las calles transitadas por los alrededores. Una vez llegado al parque, me senté en una de las bancas y tomé mi teléfono, busqué entre los contactos el numero de Miguel y al encontrarlo, mi pulgar temblaba pensando en si era una buena idea llamarlo. Suspiré y presioné aquel botón de llamada, recosté mi espalda en el asiento de la banca mientras el sonido de la llamada resonaba en mis oídos.

La ansiedad se apoderó de mi mientras esperaba que Miguel cogiera el teléfono. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, pero finalmente escuche la voz profunda y seductora del otro lado de la línea.

—¿Sí? —respondió su voz, llena de intriga y curiosidad.

— Profesor O'hara... quiero decir, Miguel... —corregí de forma irónica, pronunciando su nombre con cierto temblor en mi voz.

En el otro extremo de la línea, hubo un silencio momentáneo antes de que la voz del profesor se hiciera oír nuevamente, ahora con un tono de complicidad. 

— Me gusta cómo suena mi nombre en tus labios, preciosa... —murmuró con una suave satisfacción— Dime, ¿Qué puedo hacer por ti?

— Pues, no he dejado de pensar en usted... —murmuré en mi celular y comencé a jugar con el ruedo de la falda que llevaba llena de nerviosismo.

Miguel guardó silencio por un momento, dejando espacio para que mis palabras se asentaran entre nosotros. Podía imaginarme su expresión intrigada en ese instante, mientras elaboraba una respuesta adecuada a mi confesión.

— Mmm... interesante —respondió finalmente con una voz seductora— No puedo negar que tú también has ocupado mis pensamientos desde nuestra última... interacción.

Sus palabras resonaron en mi oído, despertando sensaciones de deseo, ocasionándome cerrar mis piernas de golpe. Ese juego de coqueteo que habíamos establecido se volvía más intenso en cada intercambio y cada vez más difícil de resistir. Mi respiración se aceleró escuchando aquellas palabras.

— ¿Podemos vernos? —mi pulso se aceleró mientras escuchaba la sugerencia, deseando desesperadamente encontrarme nuevamente con Miguel. La anticipación de lo que podría suceder entre nosotros se apoderaba de mi, haciendo que cada latido de mi corazón fuera más fuerte y más intenso.

— Podemos hacerlo —respondió él con un tono cargado de deseo.

— Estoy en el parque de la ciudad. ¿Vienes por mi? —cuestioné con palabras entrecortadas.

𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐎𝐑 // 𝐌𝐈𝐆𝐔𝐄𝐋 𝐎'𝐇𝐀𝐑𝐀 +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora