nineteen. rejection

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𝖓𝖎𝖓𝖊𝖙𝖊𝖊𝖓 | 𝖗𝖊𝖏𝖊𝖈𝖙𝖎𝖔𝖓
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✶ ׅ ࣪ ᧔♡᧓




















Neteyam acarició el cabello de Tatyanne con delicadeza. Ella suspiró con la mirada perdida, encantada con las caricias.

—¿Te sientes mejor? —preguntó él, descansando la cabeza en el hombro de la chica.

Tatyanne volteo a verlo, dejando su rostro a escasos centímetros del de él. Neteyam sonrió y dejó un corto beso en los labios de la chica. Ella se alejó enseguida apartando el rostro.

—Neteyam. —le dijo en un tono de voz de advertencia. El chico alzo las manos en son de paz mientras sonreía inocentemente.

—No lo puedo evitar, estoy hechizado contigo. —la tomó de las caderas y la acercó a sí, apegando su pecho a la espalda de la chica—. ¿Por qué tan nerviosa, preciosa? —susurró en su oído y este se removió al sentir el aire caliente. El cuerpo de Tatyanne se removió un poco y los cabellos de su cuerpo se alzaron.

Tatyanne río nerviosa y empujó lejos el pecho del chico para separarlo de sí. Neteyam negó levemente y se volvió apegar a ella. Abrazando su cuerpo por detrás.

—Dame una oportunidad, por favor. Déjame demostrarte que soy mejor que él. —insistió en un susurro.

Tatyanne suspiró y se dio vuelta quedando cara a cara con Neteyam. Tomó las manos de este y les dio un apretón.

—No necesitas demostrarme nada, Teyam, porque sé que lo eres. —se acercó a él, dejando un beso en la comisura de sus labios. Neteyam sonrió breve—. Y te juro que si pudiera devolver el tiempo para escogerte a ti, lo haría. —acarició su mejilla. Neteyam recostó su cabeza en la palma de la mano de la chica, mientras cerraba sus ojos y disfrutaba de sus caricias—. Lo lamento.

Neteyam suspiró y asintió. Tomó la muñeca de Tatyanne y dejó caricias con su pulgar. —Está bien. —aceptó en un suspiro pesado.

Tatyanne sonrió nostálgica. —Tú tienes mi corazón, y nada podrá cambiar eso. Tal vez en otra vida pudimos estar juntos. —él volvió a asentir.

Pegó su frente junto con la de ella mientras observaba su rostro de cerca. —Una última vez, deja que sea yo quien te lleve a casa, necesito ser el que te lleve a casa, una vez más, y te prometo que después de eso, te dejaré ir. Pero una última vez, necesito ser quien te lleve a casa.

Tatyanne sonrió y asintió, tomando la mano de Neteyam y entrelazando sus dedos con los de él.

Caminaron hacia la aldea con las manos juntas. Pero antes de salir del bosque, Neteyam jalo a Tatyanne y la pegó a un árbol. Tatyanne soltó un jadeo ahogado de sorpresa en cuanto sintió los labios de Neteyam pegados a los suyos.

Sus ojos estaban entrecerrados, más dieron con los del trenzado.

Era la perfecta representación de estar drogada, adormecida e hipersensible a la vez. Podía sentir todo mejor, aunque su visión y su audición estuviesen dañadas, concentradas en una sola cosa:

Los labios de Neteyam. Los tenía en su mira, pero no pudo actuar.

Imponiéndole un ritmo y presión, Neteyam dejó que Tatyanne le siguiera el juego y juntos disfrutaran.Los labios de la morada le sabían a dulce, volviéndolo rápidamente loco, y obligándolo, cual drogadicto de ella, a buscar más.Separándose de Tatyanne, llevó su pulgar a su labio inferior, acariciándolo un poco para abrirse paso. La chica abrió sus ojos y le vio. Encontrándose con los amarillos ojos del chico que la había vuelvo loca, le sonrió suavemente.

Entonces, Neteyam volvió a acercársele, e incitándola a abrir un poco más su boca, su lengua se aventuró en la morena. Convirtiendo de un beso un vaivén de sensaciones, los adolescentes dejaron que se conocieran mejor.

Buscaba atesorar dentro de sus selectas memorias aquel dulce sabor que la chica poseía, volviéndolo adicto en tan sólo un beso, necesitado de ella.

—Hay que volver. —jadeo contra su boca. Gimió en cuanto sintió las manos de Neteyam pasearse por todo su cuerpo—. Neteyam. —se abrazó a su cuello dejándose llevar por las caricias que el chico le proporcionaba—. Por favor...

Neteyam gruño en medio del beso y poco a poco se separó de ella, sintiéndose vacío en cuanto se despegó de ella.

—Vamos. —la tomó de la mano y juntos caminaron hacia la aldea de nuevo.

Tatyanne se abrazó al brazo fornido de Neteyam.

Caminaron en el terreno vacío, ya casi salía el sol, el pueblo estaría dormido o apenas despertando.

En cuanto llegaron a la choza de la chica, él se despidió dejando un casto beso en los labios de la chica. Ella tuvo que empujarlo para que se fuera antes de que alguien los viera. Neteyam se fue a regañadientes, miraba de reojo a Tatyanne con una dulce sonrisa.

—Aquí estás, me preocupe. —se giró al oír la voz de su padre—. Ao'nung dijo que lo dejaste solo en la isla. —Tatyanne mordió sus labios con inquietud—. Entra, Tatyanne. —la nombrada obedeció y entró a la choza.

En cuanto llegó al centro de la choza, se encontró con el Metkayina con una mueca preocupada.

—Oh, gracias Gran Madre, pensé que te había pasado algo. —se abalanzó a ella en un abrazo—. Lamento si hice o dije algo que te incomodó. —tomó su rostro entre sus manos para dejar un húmedo beso en sus labios.

Tatyanne simuló una mueca.

—Estoy bien. No pasó nada. —aseguró alejándose del agarre de Ao'nung—. Los veré más tarde. Estoy cansada. —se fue antes de que su padre o Ao'nung dijeran algo más.

Se acosto en su cama soltando un suspiro. Una sonrisa se formó en sus labios al recordar lo que había pasado minutos antes.

Dios, literalmente, Neteyam sería su perdición.

electric love   𖦹   neteyam sully ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora