El sol comenzó a salir, y los rayos de sol también. Alumbrando toda la isla.
Extrañamente, hubo temblor. Leve, pero fue como para que todos se despertaran y se alarmaran. Tatyanne no fue la excepción. Se preguntó qué había sido.
Pero no quiso darle importancia.
Se percató más bien de que unos fornidos y azules brazos la retenían. No morados, ni turquesas. Azules. Una sonrisita le adornó el rostro y giró sobre su hombro para ver al omaticaya durmiendo plácidamente cerca de sí.
Sus mejillas se coloraron al recordar lo que había pasado la noche anterior. Fue sumamente... increíble. Más que increíble. No había palabra que describiera lo que sucedió anoche.
Se remojó los labios inconscientemente y se inclinó para besar sus labios. Fue breve, pero fue correspondido de inmediato.
Tatyanne se rio cuando la mano de Neteyam dio un apretón a su cuerpo.
—Que bonita forma de despertar. —dijo con la voz ronca, coqueta, divertida.
Tatyanne mordió su labio y asintió, estando de acuerdo. Y aunque no le gustara la idea, hablo finalmente.
—Debemos volver. Seguro nos están buscando. —Neteyam puso una mueca.
—No quiero volver. —aviso con fastidio.
—Yo tampoco. —asintió frunciendo los labios—. Pero... debemos dar el anuncio que estamos juntos. ¿No quieres hacerlo oficial? —pestañeó una par de veces con una expresión inocente, acariciando con sus dedos la marcada mandíbula de él.
Neteyam entrecerró sabiendo muy bien lo que ella estaba haciendo. —La boda será en la tarde. —recordó suspirando. Se acomodó en el suelo, con ella encima de él, colgando ambas piernas a sus costados—. Hay chance.
—¿Chance... para que?
Neteyam le sonrió coquetamente y la atrajo de la nuca en un beso ardiente. Tatyanne supo perfectamente a qué se refería cuando sintió su lengua adentrarse a su cavidad bucal, enredando su lengua con la suya.
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La luna no estaba lejos de estar sobre el sol. Todos estaban en sus lugares, aguardando porque la función comenzará. Que la novia se entregara.
Todos aguardaban a que apareciera pero ella nunca lo hizo. Todos se preguntaban preocupados donde estaba su Tsahìk.
Hasta que ella apareció, pero no sola. Algo que sorprendió bastante a los presentes fue ver a su líder tomada de la mano con alguien quien no era su prometido, sino con Sully. El hijo mayor de Toruk Makto.
¿Que hacía ella con él?
Tse'tam frunció el ceño al igual que Jake. Ambas mandíbulas se apretaron con fuerza al ver aquello.
—Tatyanne... —Tse'tam se levantó y miró a su hija, buscando una explicación—. ¿Que está pasando aquí?
—Padre. —la voz de Tatyanne tembló, pero Neteyam dio un apretón a su mano como apoyo y ella suspiró, y habló con valentía—; H–hay algo que debo decirte.
—¿A sí? —su expresión era de furia pero de vergüenza a la vez. No podía creer que su hija estaba haciendo esto.
—No puedo casarme con Ao'nung. Porque no lo amo. —todo el mundo empezó a murmurar y a susurrar con asombro y sorpresa—. Amo a alguien más. —miró a Neteyam, quien le regaló una divina sonrisa.
Ao'nung que presenciaba todo desde su lugar dejó caer sus hombros debido a la noticia. Su cuerpo comenzó a temblar y apretó sus puños de la furia al oír a la que era su prometida.
—Tatyanne... —Tse'tam caminó a ellos con los pasos pesados y rápidos—. ¡Tu no puedes..!
—Nos unimos frente a Eywa y... —todo estalló en desastre; se formó un bullicio, Tse'tam paró en seco al oír eso, Ao'nung se moría del enojo.
Ao'nung corrió y golpeó a Neteyam separándolo de Tatyanne, provocando que cayera al suelo.
—¡¿Te apareaste con esta mujer?! —exclamó con rabia.
—¿Es cierto? —Tse'tam miró a Tatyanne con los ojos abiertos. Ella siempre mantuvo la cabeza en alto.
—Sí. —respondió finalmente—. Padre, yo lo amo, como no te imaginas.
—No.
—Yo... yo lo veo. —Tatyanne tomó a su padre del brazo pero este al oír lo que Tatyanne dijo alejó su brazo de un manotazo.
—No. No. ¡No!
—¡Sí! Tienes que entend- —no termino la oración. Su mejilla ardía. La palma de Tse'tam también. Todos soltaron un jadeo al el fuerte golpe que resonó.
El cuerpo de Tatyanne cayó al suelo debido al impacto que tuvo la palma de Tse'tam contra la mejilla de Tatyanne.
—¡Tatyanne! —Neteyam corrió a ella para ayudar a levantarla del suelo. Pero Jake se atravesó en su camino y lo empujó lejos de la chica—. Padre, señor. ¡No! Suéltame, debo ir con ella. ¡Por favor, papá! —Jake lo arrastró lejos de la multitud para llevarlo a su choza.
Tatyanne aún en el suelo con lágrimas en los ojos miró a su padre con incredulidad por lo que había hecho. Intento levantarse para correr hacia Neteyam pero Tse'tam no se lo permitió cargándola en su hombro para sacarla de ahí.
—¡Neteyam!
—¡Tatyanne!
Ambos se gritaron tratando de ir con el otro, pero sus padres no los dejaron. Manteniéndolos con fuerza en su lugar mientras caminaban hacia las chozas.
—Encárgate de la gente. —Tse'tam murmuró hacia su hijo, Tsaek que aún en estado de shock asintió.
El cielo se nubló y se coloro en un gris de tristeza. Algo malo estaba apunto de pasar.
