Resonancia 06

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Silencio abrumador, una sensación que nadie en su sano juicio deciaria tener que pasabar y una cuya admosfera se podía reflejar con cada sólido paso que se hacía en el brillante piso brillante y pulido por donde pasaban. Al volverse por encima de su hombro su madre observaba con asombro y curiosidad los relucientes como caras pinturas. Todo mientras la jovial mujer de largos cabellos ondulados y rubios parecía relatar una historia con cada pintura que pasaban y dejaban atrás.

Y aún así el silencio abrumador que parecía recorrer en el joven de cabellos canos y el elegante hombre parecía abrumar más la admosfera, una cuya sensación cambiaba cada que escuchaba a la hija de la familia Pingrey cuestionar cualquier cosa.

Un intento en vano para desaserse de la incomodidad que volaba en el ambiente.

- Por aquí.

El ambiente parecía cambiar con la profunda voz del hombre que daba vuelta sobre sus pies para entrar a una sala diferente al largo pasillo que parecía no tener un fin cuando realmente habían caminado un mísero minuto. Al observar dentro era bien evidente el pulcro y elegante salón de visitas, uno cuya riqueza dejaba pronunciada un nerviosismo evidente en Rita, quien a su pesar se movía cuidadosamente por la sala evitado al máximo tocar los enormes jarrones decorativos con flores que en su vida había visto.

"bueno~...Los Pingrey son una de las familiar más ricas de Royal Wood, pero es extraño que tengan un jarrón de la dinastía Chaulee" y como tal el chico se quedó parado unos segundos, meditado lo que la peculiar voz en su cabeza había dicho.

Una cuya voz hizo que sus ojos dieran un vuelo entre el pulcro hombre de traje negro y el Jarrón de tan vieja dinastía China, acciones que para mal o para bien captaron el interés del hombre. Al volverse para ver lo que el niño parecía estar observado sus ojos rojizos oscuros se relajaron del fruncido seño que había mantenido tanto tiempo.

Soltado una pequeña pero hueca risa.

- Porfavor tomen asiento. ¿Gustan algo de tomar?.

Patrick suavizó su voz, no siendo tan difícil ver qué la profundidad de la misma solo asustaba de manera rara y curiosa a la joven mujer, cosa contraria al hijo de cabellera blanca que parecía tan tranquilo y indiferente con su presencia.

Después de ver cómo muchos parecían caer ante ella de manera tanto intencional como sin dicha intención.

El pulcro hombre solo permaneció ahí, observando como el niño de entre los 11 años de edad se acomodaba en el largo sillón al lado de su madre y gruñía, por una desimoquinta ves desde su llegada. A un lado de el su hija se había acomodado, posado sus manos de manera delicada sobre su regazo.

Que si no fuera por el asesorio en su cabeza la hubiera confundido con otra chica desconocía, una cuya timidez era vista plana mente por el pulcro hombre y su mujer con una mueca burlona y sería.

- Yo, creo que un té estaría bien. - Rita bajo su rostro suavemente al bolso de mano que tenía entre sus manos, una vista que solo dejaba en visto el nerviosismo que la mujer podía llegar a tener por momentos.

Con su voz perdiendo fuerza por momentos, que par su suerte había sido escuchado fuerte y claro por la rubia y elegante mujer frente a ella que no tardó en llamar a la sirvienta. Al volverse, Lincoln pudo ver con curisidad el rostro de la mucama que había entrado tras recibir el llemado de la mujer, por unos segundos había parecido ver una imitación de una sirvienta macabra y asesina de un viejo programa.

".....¿Que estos sacaron a la perra de caza de Black Lagoon?" El chico gruñó, dejado de ver a la sirvienta la cuel su piel morena, cabellera negra azulado atada en una larga tresa de cola de caballo y cristalinos lentes que deslumbraban en blanco por el brillo de la luz entrante de la ventanas solo le desconcertaba.

Resonancia //The Loud House\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora