Capítulo 17

354 30 22
                                    

Cierto día estaban Yuul en la sala, con un libro en sus manos, una historieta para ser exactos. Era un sábado cualquiera y el clima allá afuera era fresco, pues el sol aun no llegaba a su punto mas alto en el cielo.

El chico se encontraba tranquilamente sentado, disfrutando de su lectura, cuando noto la presencia de alguien que lo observaba, entonces volteo hacia la dirección donde estaba la entrada y entonces vio a la persona que estaba ahí de pie.

Jazmín: Hey...

—¿Jazmín? Hola.

Jazmín: Hola, no quería molestar tu lectura.

—Oh no lo hiciste, no te preocupes.

Jazmín: Genial... Oye, voy a salir un rato, tengo que ir a unas prácticas así que estaré fuera de casa por un buen rato... ¿No quieres venir?

—...

El chico se quedo en silencio mientras pensaba en si ir o quedarse en la casa. Había pasado ya un mes desde que él estaba viviendo con ella, y en ese tiempo, desde el momento en el que se mudó, el chico había sido participe de las actividades diarias de la chica.

Ambos salían de paseo por las tardes los fines de semana. Iban de compras, asistían a eventos divertidos en su ciudad, se desvelaban viendo películas y podría decirse que también compartían los malos momentos.

En este periodo de tiempo ambos se habían hecho realmente muy buenos amigos, ella vio que el chico que alojo en su casa era una buena persona, de hecho nunca dudo de él por eso fue que lo ayudo. Y él estaba mas que agradecido por todo lo que ella había hecho por él. No paso mucho tiempo para que ambos se tuvieran mucha confianza, por eso Jazmín lo invitaba muchas veces a salir de paseo.

Como ___ no asistía a la escuela desde que tuvo ese accidente, sumando después la desaparición de sus padres la escuela tuvo algo de compasión por el chico y decidió darle tiempo para su recuperación mental. Así que había dejado de ir, y Jazmín había sido generosa con él trayéndole los apuntes los cuales el chico realizaba en casa y los enviaba para no quedarse atrás.

Fuera de eso, su vida diaria la pasaba en casa, si no era por las invitaciones que Jazmín le hacia al chico, este seguiría metido en casa, y eso era algo malo, pues de vez en cuando el cuerpo debía experimentar las cosas diarias de la vida.

—¿Quieres que te acompañe a tus practicas? No se, que tal si solo te distraigo, no quiero ser una molestia.

Dijo el chico algo dudoso, pues intentaba rechazar de la mejor forma la invitación que le hacia la chica sin ofenderla. Él ya sabia exactamente a donde iba su compañera, y realmente no quería ir porque era verdad que no quería ser una distracción mientras ella estaba en lo suyo.

Jazmín: Yo no creo que vayas a ser una molestia, puedes estar tranquilo viendo lo que hago, así aprendes algunas cosas ¿no crees?

La chica seguía insistente en que el chico la acompañara, aunque esta no era la primera vez, pues ya le había hecho la misma propuesta en otras ocasiones. Pero todo era igual. El chico se rehusaba a ir.

Jazmín: Ya veo... Entonces, nos vemos al rato.

Al ver que el chico no había dicho palabra, tomo su silencio como una respuesta de que no iría. Así que ella se retiró sin más. Tomo una mochila que había dejado al lado de la puerta y se fue, dejando al chico nuevamente solo.

Cuando se quedo solo, el chico se quedó quieto, pensando sobre lo que había pasado, y aunque había tratado de negarse a la invitación de la forma menos grosera, de alguna manera el chico no se sentía del todo seguro de haber hecho las cosas bien.

Mi novia es una saiyajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora