Mi novia es una saiyajin

Capítulo 23

Mientras la cena era preparada por las chicas, Yuul estaba en su habitación, sentado en la cama mientras en sus manos tenía el folder con los exámenes que le habían entregado en la escuela.

Después de examinarlos y ver las preguntas, no pudo evitar sentirse un poco agobiado, más que nada por el simple hecho de que tenía que contestar un montón de ejercicios, por lo dejo los exámenes a un lado y se dejó caer en la cama, suspirando de cansancio.

—Ah~ No puede ser, creí que con entregar los trabajos salvaría los exámenes, pero veo que no... Ah~ ¿Porque el profesor decidió hacerlo así?

Yuul pensó y suspiro profundamente, reflexionando sobre el duro trabajo que tenía que hacer, no solo de sus exámenes pendientes, sino también de los trabajos y tareas que iba a tener que hacer ahora que había retomado sus estudios.

—¡Ah esto va a ser un fastidió! Con tantas cosas por hacer dudo mucho que un mes baste para acabar de contestar todos esos exámenes...

El chico se giró, tomando una nueva postura en su cama, en ese momento había cerrado los ojos, sumiendose brevemente en la oscuridad la cual lo ayudo a despejar su mente de tantos pensamientos y lo que hizo que se sintiera un poco relajado.

En ese momento solo estaba el silencio de la noche, además de la lluvia que se estaba generando en el exterior. Lo cual hacia que el ambiente del momento se hiciera aún más relajante y agradable.

Después de estar acostado en la cama, el chico se levantó y fue directo a la ventana, desde la cual podía ver hacia la calle, estando está oscura y apenas iluminada por la luz de las farolas de la iluminación pública.

—Mmm~ Sigue lloviendo fuerte, seguramente sea algún tipo de huracán aunque no se dijo nada en las noticias sobre algo como esto...

Yuul estuvo observando por la ventana algo pensativo. Y mientras veía la lluvia caer, se imagino por un breve momento el estar en la habitación de su casa, donde tenía una ventana y en la que acostumbraba mirar cada que llovía, o cuando nevaba en invierno.

Este pensamiento hizo que de pronto su estado de ánimo cambiará de uno tranquilo a algo que le causaba nostalgia. Un recuerdo fugaz había pasado por su mente, el cual lo había transportado a recordar cierta noche de invierno, donde una fuerte tormenta de nieve ocurría.

En ese entonces las cosas en la vida de Yuul se habían vuelto algo sombrías, por lo que varios tipos de sentimientos habían aparecido en el interior del actual chico que miraba por la ventana.

—¡Ghg! —un gruñido salió de su boca, al tiempo que fruncia las facciones de su rostro y apretaba ambos puños.

Aquel repentino comportamiento reflejaba lo molesto que se sentía, pues aquellos recuerdos agrios y la sensación del ambiente a su alrededor volvían a recordarle las cosas que habían ocurrido meses atrás.

No había duda de que el chico estaba enojado, pero dicho enojo no se debía al problema original que lo había obligado a hundirse en la depresión, su enojo estaba más que nada dirigido hacia el mismo y hacia las malas acciones que tomo en ese momento.

El simple recuerdo de aquella noche en la que salió de casa, los gritos suplicantes de su madre para que dejara de huir y la forma tan grosera en la que hablo con sus padres sin siquiera pensar en las cosas buenas que ellos hicieron por él, aún si le ocultaron la verdad el chico pensaba que esa no había sido la forma correcta de actuar, tal vez ellos tenían sus motivos para no decirle nada.

Si tan solo él no hubiera encontrado esos papeles y hubiera escuchado las palabras de sus padres, las cosas tal vez hubieran sido diferentes y a lo mejor su vida hubiera sido distinta a la que estaba llevando ahora mismo.