Try Again? © #1 [✓]

10. Poemas

ELIZABETH

Creo que nunca en mi vida me había odiado tanto, todo por mi cuaderno. Me encontraba frente al edificio de la empresa donde se supone que estaba Axel, me repetí muchas veces que solo tenía que entrar, pedirle mi cuaderno e irme lo más rápido posible. O al menos ese era el plan.

Suspiré profundamente y decidí entrar de una buena vez. Dentro habían algunas personas, se escuchaban muchas conversaciones a la vez, decidí preguntarle a una señora dónde estaba la oficina de Axel Lennox, ella me dijo que estaba en el último piso. Al ir en el ascensor recordé que tenía que ver a Andrew, le prometí que iría a desayunar con él. Desesperada le dí muchas veces al botón del primer piso, pero note que éste se había detenido, tal vez porque alguien estaba apunto de entrar.

Al abrirse las puertas, mi corazón quería explotar, definitivamente la vida me despreciaba. Ahí estaba él, algo sorprendido de verme, mis ojos regresaron a la normalidad, ya que antes los tenía abiertos como platos. Pude ver qué su mandíbula se tenso, era una expresión muy común en él cuando estaba nervioso, al parecer no era la única que tenía nerviosismo.

Hubo unos segundos muy incómodos de parte de los dos, no fue hasta que el ascensor estaba apunto de volver a cerrarse que Axel decidió entrar y rompió el silencio que había.

—¿A qué piso quieres ir? — Estiró su brazo hasta el tablero de números y me miró si voltear totalmente, esperando mi respuesta

—E-el primero — Meneo mi cabeza hacia ambos lados para entrar en razón ya que de verdad el me ponía tan nerviosa que mis manos estaban heladas

—Claro —Asienta y vuelve su mirada al tablero y se coloca en la otra esquina del ascensor si decir una palabra

¿Momentos más incómodos de mi vida? Pues sip... éste era uno de ellos, osea, se supone que solo quería pedirle mi cuaderno y yá, pero resulta que ahora estamos en el mismo ascensor, sin poder dirigirnos la palabra. Aunque me parecía un poco extraño que él no estuviera insistiendo igual que cuando fue a la cafetería, pero solo estaba callado, tratando de no mirarme a la cara, y mi estúpida preocupación no pudo soportar más.

—Y... ¿Sucede algo? —Mi curiosidad se asoma y mi compasión también, verlo triste era algo que no podía describir, no me gustaba. Él me mira y yo le doy una sonrisa cálida

—No sé a qué te refieres —Me mira algo extrañado por mi pregunta

—Estás algo extraño —Me coloco frente a él y ladeé mi cabeza con curiosidad esperando sacarle algo

—¿Te refieres a que porqué no te molesto? —Yo asiento con la cabeza y él mira al suelo —¡Por el amor al cielo Elizabeth! ¿Quién diablos te entiende?

—¿Perdón? —Coloco ambas manos en mi cintura y frunzo el entrecejo

—Me refiero a que... Estarías muy molesta si te estuviera molestando en éste instante. Pero estoy callado, y prácticamente me preguntas porqué no te molesto —Me mira a los ojos dejándome ver sus ojos color café — ¿Te gusta verme suplicar?

—Para nada, sabes que soy muy curiosa, no puedo quedarme callada y necesito decir aunque sea “pio” —Él sonríe junto a un suspiro

—Lo había olvidado, he pasado tanto tiempo lejos de ti que estoy olvidando algunas cosas —Sonrío levemente— ¿Y puedo saber qué haces aquí?—Dice con un tono suave, sabía que intentaba ser amable

—Pues.... Yo —Inmediatamente recuerdo mi cuaderno que es la razón principal o al menos así era ¿no? —En realidad venía a verte a ti

—¿Qué? — Ríe con el entrecejo fruncido