AXEL
Al tratar de hacer un almuerzo decente terminé con un simulacro de incendio forestal. Ya Elizabeth había insistido muchas veces que debíamos ordenar algo o salir, pero estaba más que decidido a hacerle algo especial.
Estaba con lo brazos cruzados mirando aquel desperdicio de comida. Elizabeth se acercó a mí, rodeó mi brazo derecho con los suyos y con una sonrisa me mira con un evidente “Te lo dije”. Antes de que sus labios pronunciaran una palabra, me adelanté.
—Sí. Tenías razón, debimos ordenar algo, pero no es demasiado tarde —enseguida tomo mi teléfono entre mis manos para ordenar la comida.
Bryan estaba tratando de contener una carcajada pero unos segundos no soportó y empezó a reír como nunca. Lo miré como si quisiera matarlo en ese instante.
—¿Y tú de qué te ríes imbécil?
—Es que... —inhala un poco de aire por la nariz y trata de recuperar su postura firme— ¿Desde cuándo te crees que eres un chef experto? Ni siquiera sabes hacer un panqueque.
—Jaja mira como me río —digo sarcástico con una cara de burla falsa.
—No seas amargado.
—Tú deja de molestar.
—Por favor no empiecen —suplica Elizabeth rodando sus ojos.
—Dile a tu novio que sonría de vez en cuando. No tiene ni treinta y ya se parece a mi papá —agrega apuntándome y levantando sus cejas.
Después de ordenar la comida, hablamos un momento con Bryan y Zoé, quienes tenían una actitud muy sospechosa. Ya sabía que a Bryan le gustaba Zoé, era más que evidente, pero aún no sabía si ella lo estaba, pero a mi parecer sí.
Luego de eso Elizabeth dijo que iría a darse una ducha, y en ese instante recordé lo que había pasado hace unas horas, una sonrisa pícara vino a mí al pensar es sus palabras cuando le dije que se quitara la ropa. Sus mejillas se tornaron de color carmesí y me dijo que era mejor ir hacia la cama. Me parecía tan tierno que quisiera ir a la cama, creo que le avergonzada tener algo justo en el baño. Con mis besos y mis toques suaves pude convencerla de quedarnos ahí, pero no dejó de estar nerviosa.
Luego de despedirme de Bryan fuí directo a la habitación, y ahí estaba ella, apoyando su pecho en la cama y tratando de escribir en su pequeño cuaderno. Al sentarme a su lado me miró y me acerqué más para mirar lo que escribía.
Ella me alejo con su mano y cerró enseguida el cuaderno.
—No puedes leer —negó mordiendo su labio inferior.
—¿Porqué? —esbocé una media sonrisa y ella volvió a negar me mientras se sentaba en posición de meditación.
—Aún no está listo.
—Bueno... tal vez pueda ayudarte a terminarlo —le sugerí encogiendo mis hombros y ella me miró entreabriendo sus ojos.
—¿Tú? —preguntó arqueando una de sus cejas, como si eso fuera algo extremadamente imposible.
—Sí — asentí.
—Si por supuesto —rodó sus ojos con una sonrisa burlona.
Fruncí mi entrecejo y la miré con mucha seriedad.
—¿Crees que no puedo hacerlo?
—¿Eh?
—Que no puedo hacer un poema —aclaré apuntando a su pequeño cuaderno.
—No quise decir eso —ya parecía arrepentirse por sus palabras.
Sí, ya veo que nunca quiso decirlo de esa manera.
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Try Again? © #1 [✓]
RomanceUna noche cambio sus vidas, su primera mirada, su primer intercambio de palabras, y el primer ponche frío derramado sobre la camiseta de Axel. A pesar de sentir un amor único uno por el otro, luego de una noche deciden tomar caminos separados. Luego...