01. Primer Encuentro

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Elizabeth Harrison es una chica de 19 años, cabello rubio, ojos color verde aceituna, no es muy alta pero eso no le molesta, con un cuerpo que toda chica podría desear, estudia en la universidad de Sunbeach junto a su mejor amiga Hannah. Su vida parecía perfecta, aunque en una etapa de su vida no había sido así.

Axel Lennox es un chico de 23 años, cabello castaño, ojos color café, y muy adinerado, todas las chicas que lo conocen quieren estar con él aunque sea por un momento. Por fuera parecía que era fuerte, pero por dentro llevaba un corazón roto por una relación que no había funcionado.

Hace algunos años ellos dos fueron  novios.

Al principio todo iba bien pero luego todo se complicó, mentiras y sorpresas salieron aquella noche de la ruptura. Y todo quedó en n cenizas de lo que alguna vez fue amor.

Pero, como la mayoría de historias trágicas, tiene un principio feliz.

La primera vista fue en Northland, el pueblo donde Elizabeth se crío. Fue justo el día en el que decidió ir a su primera fiesta.

Cuatro años antes

Northland

—Esto es tan aburrido —toma un trago de su ponche.

Un chico se acerca a ella y la mira con una sonrisa pícara.

—¿Oye hermosa quieres bailar?

—No gracias... —negó sonriendo.

—Anda ¿sí?

—Por ahora no quiero bailar —repite arrugando su nariz.

—Ok... —encoge los hombros y se va.

—Mejor iré a casa.

Justo al darse la vuelta le derramó todo el ponche a un chico, ambos se quedaron paralizados pero por motivos casi diferentes, él porque el ponche estaba frío y ella por haberle derramado todo ese ponche encima de él.

—¡Oh Dios!... Cómo lo siento— avergonzada trata de limpiar el desastre que hizo.

—Descuida —sonriendo—, fue mi error —tratando de que Elizabeth pare.

—No, fue mi culpa —sin dejar de limpiarlo.

—Creo que lo estás empeorando —ríe

—Lo siento, lo siento, lo siento —repite rápidamente con sus mejillas totalmente coloradas.

—Está bien... —toma ambas manos de Elizabeth como señal de que se detuviera, haciendo que Elizabeth levantará su rostro para mirarlo directo a los ojos apenada por lo que pasó.

Ese pequeño intercambio de miradas hizo que aquel chico notará la belleza que poseía aquella chica. Aunque si aparentaba tener menos de diecisiete. Sus ojos eran de un color atrayente, tanto que por unos segundos lo único que hizo fue admirar la belleza de los mismos. La dulce y suave voz de Elizabeth fue lo único que hizo volviera a la realidad.

—Lo lamento... Siempre soy despistada —sonríe nerviosa y se aleja un poco.

—Pues no se nota.

—¿Te gustaba esa camiseta? —su rostro hace una mueca de preocupación.

—Un poco, sí.

—Lo siento —lo mira a los ojos.

—Ya deja de disculparte, solo es una camiseta —ríe.

—Bien, por esa razón quería irme a casa... Presentí que dentro de poco iba a meter la pata, y me dije: ¿Sabes qué Elizabeth? Mejor ve a casa.

—¿Elizabeth?... Te llamas Elizabeth —ladea un poco su cabeza con algo de curiosidad. Pensaba que hasta su nombre era hermoso.

Try Again? © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora