My Beloved Weasley (Draco malfoy)

Capítulo 15

Mini maratón 2/2

Isabella

Me senté, todos me saludaron felices de verme especialmente Hermione, Harry, ron, los gemelos y ginny aunque con esta última no había entablado muchas conversaciones pero de igual forma nos llevábamos muy bien.

-Sii chicos ya me encuentro mucho mejor-dije por enésima vez, solo me estaban llenando de preguntas.

Al cabo de unos minutos ellos dejaron de llenarme con preguntas y se pusieron a hablar entre ellos.

Me aparte a mi y a Hermione de los demás, debía preguntarle si sabía algo del libro, ella me miró confusa.

–¿Tu agarraste el libro de la jaula de Atenea?–pregunte en un susurro a la castaña.

-no, ¿por qué preguntas?

-es que cuando fui a buscarlo no estaba y tengo la sospecha de que alguien lo agarro-murmuré muy bajo.

-bueno, no te preocupes seguro lo pusiste en otro lugar, ya después lo buscaremos mejor-declaro porque ya sabía perfectamente que me iba desesperar.

Asentí estando de acuerdo con ella y volví a concentrarme en comer aunque no comí mucho el hambre se me había quitado.

10 minutos habían pasado y ya todos se estaban yendo, yo por mi parte seguía en mi propia mundo imaginando cualquier cosa que pudo haber pasado con el libro.

¿Cómo alguien pudo haberlo agarrado? si nadie sabía nada y ¿Por qué lo habría de agarrar? ¿Sabría lo que oculta ese libro?

No podía entender quién pudo haberlo agarrado si solo Hermione y yo sabíamos de el libro o....... también ¿Jack?

No, no podía ser así, el no había escuchado nada o ¿si? No, no debía sacar conclusiones así, como había dicho Hermione sería mejor buscarlo bien antes de sacar alguna conclusión.

-¿vas a venir?-cuestiono la castaña ya de pie para ir a los dormitorios.

-tomare un poco de aire y después iré-conteste y era verdad necesitaba despejar mi mente un poco.

-esta bien pero no tardes mucho-dijo antes de empezar a caminar con los demás.

Me puse de pie y camine hacia la salida del comedor, pero alguien obstruyó mi paso era la profesora McGonagall que me miraba con un pequeña sonrisa muy pequeña de hecho.

-me alegra que haya mejorado-hablo esta, le dedique una sonrisa afable, podía ser muy agradable cuando quería.

Ella asintió como despedida y se encamino a la salida, en poco segundo hice lo mismo y me encamine a la salida 

Empecé a deambular por los pasillos metida en mis pensamientos, solo quería que todo se aclarara y ya no hubiera más dudas.

Pero era imposible, cuando pensaba que había descubierto algo pierdo el libro, las cosa no podrían ponerse peores.

Me detuve cuando me di cuenta que estaba casi afuera del castillo, lo mejor sería volver pero no quería hacerlo el aire fresco me ayudaría a despejar la mente.

Era casi media noche y el toque de queda se acercaba pero no me importaba, me sentía agobiada ahí dentro, necesitaba respirar aire libre aunque sea un poco.

Mire hacia todo lado, no había un solo rastro de alguien ahí, me acerque a pasos lentos hacia el lago negro.

Esa noche se veía hermoso, la luna se reflejaba a través de el y lo iluminaba volviendo sus aguas cristalinas.