Pov.Darian
Había asustado a Xan, su porte era tenso y me miraba con algo de miedo. De verdad yo solo podía cagarla, suspire estacionando con cuidado y diciéndole que se adelante. Mire el restaurante por un segundo para notar algo extraño en él, todas las camionetas estacionadas aparte del auto de mi padre eran negras y son lunas visiblemente blindadas.
—¿De parte?—Xan parecía un cabra luego de ser asustada.
—Mi padre debe estar esperándonos.
—¿Tengo cara de saber quien es tu padre?—Sentí una mano en el hombro, iba a reaccionar fuerte cuando note que era delgada, hasta podría decir que delicada.
—John deja a los niños. Perdón, se toma enserio su papel de cuidarme.—La mujer nos sonrió, era guapísima, muy parecida a Lily solo que con un aura completamente distinta. Esta mujer gritaba peligro por todos lados.
—¿No piensan pasar?—La mujer me miró con algo de duda y asentí rápido tomando de la mano a Xan para sentarnos junto a nuestros padres.
—¿Conocen a la señorita Griffin de algún lado?—Mire a mi padre con duda y señaló a la rubia.
—No, la vimos en la entrada. Esto parece una merienda un poco...
—Xan deja la frase allí.—Xan solo asintió a lo que dijo su madre, no podía evitar ver de rato en rato a la chica, la sentía tan familiar.
Comimos el mayor tiempo posible en silencio, hasta que opte por ir al baño. Ni bien puse un pie en el baño fui empujado contra la pared. Mire al mismo hombre de la entrada y suspiró soltandome.
—Maldición niño me asustas.
—¿Con solo entrar al baño?
—Con el hecho de que caminas como fantasma, no suenan nada tus pasos. ¿Algún entrenamiento para eso?
—Un hogar disfuncional.—Lo note sonreír y se peino un poco. —¿Sabes si la chica que te acompaña conoce a alguna Lily?
—No tengo ni idea la verdad. ¿Porque preguntas?
—Simplemente se parecen.—Me encerré en un cubículo y escuche la puerta abrirse.
—Niño dos. Lindo collar. ¿Sabes donde puedo conseguir uno así?
—Ni idea, me lo regalaron. Gracias por el halago.
—A ti no al collar.—Xan soltó una risa y podía imaginarme hasta en la pose en la que hablaba.
—No es la pieza, es el modelo.—Salí riéndome del baño a lavarme las manos, Xan sonrió al verme y me señaló.—Él me la regalo. Pregúntale donde.
—Se la compre hace años, en una tienda departamental. Aprovecho encontrando una parecida, pero siempre que haya dinero y ganas se puede mandar a hacer otra.
—Tomaré tu consejo en cuenta. —Luego de eso salió, me sentía ansioso y culpable por estar a solas con Xan, antes no había pensado las cosas a este punto. Pero ahora sí, joder yo...
—¿Estás bien?
—Sí...
—¿Seguro? Estas algo rojo...—Se acercó a poner su mano en mi frente y me le tire encima.
Podía sentir la tensión por un momento, pero tomó el control de la situación rápido. Sus manos fueron a mi cintura y se encargó de pegarme bastante a él. Lo ayudé a subirse al caño y sus manos subieron a mi cabello, solté un suspiro cuando jalo un poco mi cabello y soltó una risita alejándose.
—¿Pasó algo?
—Deje de apuntarme caballero.
—¿Ah?—Me analice por un segundo y escape a un cubículo, escuche el caño abrirse junto a un golpe suave en la puerta.

ESTÁS LEYENDO
Mi manera de odiarte
Подростковая литератураDarian podía ser confundido con una familia de la realeza, bonita cara, pero situación complicada, cuando ya no sabe ni cómo manejar su relación y llega alguien poco esperado a su vida. Para bien o para mal de él. ¿Podía él ser capaz de amar a algu...