Capitulo 3

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Sus ojos

Dyavol

Me sentí con mucha satisfacción cuando le volví a ganar la carrera a Jimmy, Que ingenuo, piensa porque practica todos los días me va a venir a ganar a mí. No por mi cara linda, ni mi cuerpo bien formado y ni por mi dinero estoy en el puesto de líder, todos saben que ese puesto me lo gane y se los demuestro. Para terminar de humillarlo quería revolcarme con su noviecita pero lo que no sabía que esa cría no era nada de él.

Conozco a Jimmy de años y se que él no permite que ninguna chica a menos que se su novia montara en su moto, y de la nada aparece esta niñata. He perdido mi tiempo al traer a mi casa a esta chica, bueno no del todo, tiene buen físico y es bonita, así que un polvo no estaría mal.

Camino hacia ella con mi mejor sonrisa seductora -Es muy sencillo de cumplir- Tomo su barbilla con mi mano y levanto su rostro -Ten sexo conmigo-

Sé el efecto que ocasiono en las chicas al verme, así que conseguir lo que quiero de ellas nunca es difícil. No hay una chica que no se ponga nerviosa cuando estoy cerca de ella, y nunca he tenido un NO como respuesta, más bien las tengo a todas suplicándome que las vuelva a tocar.

-¿Qué?- La escucho decir, tiene las mejillas rojas. Y juega con sus dedos. Esta nerviosa por mi acercamiento.

-¿Quieres que te lo repita?- Acaricio su mejilla -Ten sexo conmigo y ahora- La veo tragar grueso. Mientras yo muerdo mis labios y me saboreo.

Se queda estupefacta -¿Quién te crees?- Y sin más estampa su mano derecha contra mi mejilla.

¿Qué coño fue eso?, ¿Me acaba de abofetear?, en mi vida nadie se ha atrevido a tocarme la cara y aparece ella y me abofetea como si fuera lo más sencillo de la vida. Masajeo mi mejilla y la miro enojado y ella da un paso hacia atrás.

-Lo... lo siento- Dice dando otro paso hacia tras y mirándome con miedo.

Sé que intimido pero no para que me mire de esa manera. Que ingenua, seguro piensa que le sacare un órgano y venderlo en el mercado negro, aunque con lo que acaba de hacer ganas no me falta.

-Yo...no pensé bien...antes de hacerlo- tartamudea.

Las luces de la sala se encienden, si mi madre se entera que estoy metiendo chicas a la casa estaré en serios problemas. La tomo de la muñeca y camino por el jardín hasta llegar al patio de la casa y entrar por la puerta de la cocina.

-¿Qué me harás?- Ella se rehúsa a caminar.

-Si no quieres más problemas cierra la boca y camina- Se queda callada al instante y deja de forcejar.

Sigo caminando y paso por el comedor subiendo la escalera que hay en este hasta la segunda planta, camino por el pasillo hasta la puerta de mi habitación, entro con ella y cierro la puerta tras de mí.

-Siento lo de la cachetada, pero no es para que me traigas a tu habitación y me saques los ojos- Dice soltándose de mí.

Podía haberla escondido en el jardín y luego echarla, pero no sé porque demonios la traje a mi habitación, hay algo en ella que me atrae demasiado y me inspira a muchas cosas.

-¿No puedes mantenerte con la boca callada aunque sea dos minutos?- Le digo pasándome la mano por la cara frustrado por no entender que me pasa con ella.

La verdad es una chica muy atractiva, tiene los ojos verdes con manchas café en el centro, unos labios carnosos que cualquiera que los vieran quisiera comérselo, el cabello negro, tiene un buen físico de hecho, una cintura fina y abdomen plano, tiene pechos medianos y un culo para morirse.

-De hecho no- Se cruza de brazos.

-¿Tienes que responderlo todo?- la miro indignado.

-Entonces cállame si tienes las pelotas suficiente para....- La interrumpo besando sus labios.

Ya no me podía contener mas, quería comerme esos labios rosas, sentir su boca contra la mía, ya no quería escuchar su irritante voz y tenerla a mi merced. La pego a la puerta y le aguanto las muñecas por encima de su cabeza con una mano y con la otra, la tomo de la cintura. No se quita, no me empuja, no hace nada para alejarme, solo se prende de mis labios y me sigue el ritmo del beso fugaz, hambriento, deseoso y agresivo.

Me separo por falta de aire y suelto sus muñecas manteniéndola sujeta de la cintura, veo como su pecho sube y baja por la agitación y me mira con un brillo en los ojos que no había visto en nadie, una mirada que un no se descifrar si es maligna, deseosa o suplicante. Pasa su lengua por sus labios incitándome a besarla pero no lo hago y me trato de alejar, creo que estoy haciendo algo incorrecto, es una cría hija de papi que seguro tiene 17 años, ya estoy muy grandecito para estar metiéndome con niñas, no quiero estar preso antes de cumplir los 23.

Pero algo me deja impactado cuando trato de alejarme, ella me toma del cuello y clava sus uñas en este, se empina para llegar a mis labios y se prende de este de manera explosiva y ardiente. Le sigo el beso, pero necesito más así profundizo el beso y mi lengua hace contacto con la suya, joder se siente tan malditamente bien. La alzo en mis brazos y ella enrollas sus piernas en mi cintura pero no me deja de besar. Acaricio su culo pegándola a puerta y me separo del beso perdiéndome en la profundidad de sus ojos.

-¿Qué te sucede?- La pregunta se me escapa de la boca sin poder hacer nada.

-¿Eh?- Me responde confundida.

Reacciono cuando me doy cuenta de la estupidez que hice, odio pensar en voz alta. La bajo y me separo de ella sentándome en la cama. Al alejarme de su piel sentí un frio que me abrazaba. Ella me mira confundida y la entiendo.

-Es mejor que te vayas- Digo para romper la tensión.

-¿Me estas echando?- Me dice sin poderlo creer. La verdad es mejor que lo haga, no quiero hacer algo que luego me arrepienta.

-¿No te puedes ir y ya?, tienes que contestar a cada palabra que te diga- Ya me estaba empezando a enojar sin razón.

-El que me trajo aquí fuiste tú, ¿Y me hechas como si fuese una puta?- Creo que está enojada.

-No eras lo que yo pensé, solo eres una estúpida hija de papi y de mami, contestona, aburrida y tu voz me irrita- No quería decirle eso pero quería que se fuera. Veo como me mira con decepción.

-Eres un maldito cabron- Abre la puerta para irse pero se para y respira profundo, se voltea y camina hasta mi, ¿Qué cree que hace? -Imbécil- Me da una bofetada y se va sin más.

Miro por la ventana cuando pasa por el jardín y sale por el portón. Me ha abofeteado dos veces, nadie en su sano juicio se atreve a mirarme mal y menos a tocarme. Me acuesto en la cama y miro al techo. Soy un idiota, tenía que follarmela y ya, pero no, algo me decía que no, cuando me perdí en su mirada vi algo más que el deseo y la lujuria, también transmitían dolor, tristeza, soledad y abandono. Soy muy bueno leyendo a las personas y al parecer ella viene acumulando una tristeza inmensa.

-Joder- Me paso las manos por la cara de la frustración -Parezco un maldito crio de 15 años pensando en ella- Me levanto de la cama, me quito la chaqueta y me miro al espejo.

Quiero volver a ver esa mirada verdosa y peligrosa que me gritaba a todo pulmón "Destrúyeme".

Aqui les voy a dejar una cuenta de Facebook para que le escriban a Abigail y le cuenten que les pareció el capitulo y que quieren que pase para los siguientes:

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Un beso de Dyavol🖤

Mi peligrosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora