Capitulo 21

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                                 El museo

Abigail

-¿Este morado?- Me pregunto a mi misma mirándome al espejo con el vestido por encima de mi cuerpo.

Puedes escoger un vestido más lindo.

-Este es lindo- Arrugo la ceja.

Uno lindo y sexy, acuérdate que Don ojos azules te va a mirar.

Suelto un suspiro –Es mejor ducharme y luego escoger que me pondré-

¿Para tardar otra hora?

-Te voy a ignorar- Camino al baño.

Sabes, no puedes ignorar la voz de tu cabeza.

-Desgraciadamente no- Entro al baño.

Me tomo una ducha de treinta minutos, salgo, me maquillo y me peino dejándome el cabello suelto para que esté de acuerdo con cualquier vestido que me coloque, mi ropa interior es negra, neutra para la ocasión.

Mi closet es un desastre, no sé que me pondré, paso otra media hora escogiendo el vestido, odio tener tanta ropa.

-El amarillo- Escucho una voz ronca y se me eriza todos los vellos.

Me volteo a verlo -¿Cuál?- Levanto una ceja.

Es Dyavol, lleva puesto un traje negro que le queda a la talla, no lleva corbata pero aun así se le ve muy bien, tiene el cabello bien peinado.

Entra al closet, de un momento a otro ciento el lugar muy pequeño con su presencia y se me empieza a dificultar la respiración.

-Este- Lo toma y me lo enseña.

-No estoy segura- Hago una mueca.

-Póntelo- Lo tomo –Ya te imaginé con el puesto y te ves bien-

Ruedo los ojos –Una cosa es imaginar y otra es la realidad-

-Solo póntelo- Dice medio irritado.

-Ya voy- Ruedo los ojos -¿Puedes darme privacidad para cambiarme?

-¿Privacidad?- Veo como levanta una ceja.

-Si- Digo obvia -¿No sabes qué es?, porque puedo explicártelo- Ironizo.

-No sé que es- Dice con sarcasmo.

-Espérame afuera- Me volteo para quitarme la bata de baño pero todavía siento su presencia –Quiero cambiarme Dyavol-

-Ya te he visto desnuda- Dice obvio –De hecho en ropa interior, con vestidos, con pantalones, y sin nada-

Me pongo roja como un tomate cuando los flashback pasan por mi cabeza –Solo déjame vestirme-

-Está bien- Se da la vuelta y sale del closet.

Me quedo mirándome en el espejo, miro el vestido y me causa algo de inseguridad, la verdad nunca me lo he puesto porque me lo compré muy animada y cuando se lo enseñé a Jackson me dijo que se me notaban mucho las curvas y que estaba enseñando demasiado.

Pero Dyavol no es Jackson.

Lo sé, y si él lo escogió es porque le gustará como me quedará, ya se lo imaginó antes de ponérmelo.

Me coloco el vestido y me miro al espejo, la parte de arriba es un top que en el medio se recoge de acuerdo al tamaño de tus pechos, me quité el sostén porque no había necesidad de llevarlo, del medio de este sale dos tiras que se enredan en mi abdomen hasta a la parte inferior que es como una falda suelta que cae hasta mis tobillos y abierto a los lados.

Mi peligrosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora