Rastros

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La cueva era enorme, por suerte Spreen encontró un rastro muy fuerte.

-alguien sabía que intentaría buscarlo, pero creo que ignoro el aroma de Luzu-nos explicó- no están muy lejos, parece que llegaron hace poco, preparen sus armas-

Todos sacamos nuestras espadas, y Spreen comenzó a guiarnos mientras golpeaba los rastros de slime con una pala.

No habíamos encontrado rastro de quackity, pero no podía estar muy lejos, el slime no se había movido, mas haya del camino que nosotros habíamos hecho.

Pero había algo mas que me preocupaba, este lugar poco a poco dejaba de ser una cueva, y poco a poco nos encontramos con muebles abandonados, mesas, sillas, lámparas y muchos papeles, los pisos de piedra lentamente fueron sustituidos por mármol blanco, hasta que también las paredes y el techo estaban hechas de ese material.

Y lo mas aterrador fue la enorme sala con el logo de la federación en ella.

*

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La culpa me carcomía.

Amo a mi osito, algo en el me hace sentir una atracción imposible de ignorar, lo he amado desde hace tanto tiempo, y pensé que viniendo aquí olvidaría lo que ocurrió aquel día.

Quackity me prometió que estaríamos a salvo, que podría olvidarlo y comenzar de cero.

Me lo prometió...

Y luego apareció aquí.

Pensé que había perdido la cabeza, él no podía estar ahí, no después de lo que sucedió.

Merlón había confirmado su muerte, quizás solo era un ser que se le parecía.

Pero decía cosas que solo mi osito podría saber.

Y mi corazón latía tan fuerte al estar juntos.

Trate con todas mis fuerzas de amar a Foolish, él es todo lo que siempre desee y que siempre pensé que merecía.

Pero solo terminaba volviendo a los brazos de mi osito.

-deberías estar ayudando a tus amigos-

- ¿sapo Peta? -

-ha pasado mucho tiempo Vegetta-

No pude evitar abrazarlo, ni siquiera pude despedirme de el cuándo nos fuimos.

- ¿Qué haces aquí? -

-ciertos huevitos me pidieron que ayudara a sus padres-

Detrás de el Leonarda y Juanaflippa aparecieron, oh por...

Me había olvidado de mi propia hija.

Ella corrió hacia mí, y me dejo abrazarla.

Fue entonces que supe lo que tenía que hacer, tomé mis cosas y con ayuda de Sapo Peta supe a donde tenía que ir.

Debo dejar de ser un idiota, por mucho que eso pueda doler.

*

*

*

Nunca he deseado algo tanto como ahora.

Mariana es un hombre divertido, cariñoso, es amable y puedo notar lo mucho que sus amigos lo quieren.

El y Roier me aceptaron como parte de su grupo, bromearon conmigo como si nos conociéramos de toda la vida, incluso me preguntaron si tenía hecha la circuncisión.

FoolsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora