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ACT 11 ‧₊˚ ୨ ★ ୧ ˚₊‧
Pov's Mindy
— Nunca más me iré de tu lado... Desde ya soy completamente tuyo, en cuerpo y alma te pertenezco sólo a ti — dejó ambas manos en mis mejillas, nuestras frentes quedaron juntas.
Sonreímos escuchando aún nuestras respiraciones rápidas y profundas por la corrida que nos habíamos dado hace tan poco. Solo quería volver a besarlo... Besarlo tantas veces sean posibles.
— Serás tan mío cómo yo seré tan tuya — susurré a centímetros de sus labios conectando nuestras miradas.
Podía notar como en sus lindos luceros veía las mismas estrellas... Él era mi propia estrella.
— Tus labios son míos, Mindy... — sonrió levemente mostrando el leve sonrojo de sus mejillas.
— Tus labios son míos, Bill... — en un pequeño acercamiento nuestros labios se unieron con sutileza.
Todo se sentía como una maldita película romántica... Pero sin los fuegos artificiales.
O en realidad me estaba adelantando mucho para pensar eso ya que probablemente viendo que todo lo que digo que nunca pasaría pasa, ¿Por qué no un beso con fuegos artificiales no ocurriría?
Me alteré un poco cuando las tibias manos de mi amado se escabulleron debajo de mi camisa deteniendo ese recorrido hasta que llegó a mi espalda baja, acaricio con su dedo pulgar esa zona causando un largo electro que recorrió todo mi cuerpo. Una risilla tonta salió de mis labios al sentirlo, y una risita media divertida también salió de los suyos.
Me sostenía con posesividad acercándome más y más a su cuerpo. Mis brazos se enrollaron en su cuello dejando todo menos lejanía entre nosotros.
Cómo una escena romántica, con cliché de película finalmente esos ruidos de explosivos hicieron alejarnos del gustoso beso.
Tomó de mi mano con preocupación hasta que nos dimos cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo. Fuegos artificiales se veían desde aquí y todo se sintió tan vivo.
— Woah... — fueron las únicas "palabras" que salieron de mi boca al mirar con emoción esos destellos de muchos colores.
— Siempre he querido tener un beso bajo unos fuegos artificiales... — movió un poco su cabeza mirándome con una sonrisa tímida— Cómo en esas tontas películas románticas...
Éramos tan iguales.
— Ven aquí.
De nuestro agarre de manos tire de él para volver a besarnos, algo que lo tomó por sorpresa y su sonrisa tímida se fue cambiando por una más pícara, se incorporó bien en el beso y volvió a tomarme como antes, solo que está vez sus dos manos tomaban con un leve de fuerza mi cintura.
