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ACT 13 ‧₊˚ ୨ ★ ୧ ˚₊‧
— ¿Entonces te llamas Mindy?... — preguntó el chico castaño que anteriormente habíamos encontrado en el lago.
— Si, exacto ¿Y ustedes son?... — dije con amabilidad mirando hacia atrás a los cuatro chicos que iban socializando con los demás, solo el castaño me tomó en cuenta.
— Yo soy Mich. La que esta al final con tu amigo de rastas se llama Leo, este que va durmiendo a mi lado se llama Jackson. La de cabello rosado se llama Marie... y bueno, esos son todos — se acomodó mejor ganándose en medio para poder hablar desde más cerca.
Cómo iba de copiloto tenía que darme vuelta para poder hablar sin dar tanto la espalda.
— Oh, lindos nombres — al decir eso escuche como el piloto de pelo negro gruñó.
— Se ve que son simpáticos todos ustedes, pero el de rastas se nota que necesita un motel con mi amiga — soltó una leve risa contagiandome también.
— Estás hablando de mi hermano — dijo entredientes Bill sin quitar la mirada de enfrente. Podía ver como su mandíbula estaba tensa, acerqué mi mano hasta la suya que estaba en la palanca de cambio y la acaricié con suavidad. Me miró por unos segundos y su rostro se relajó por completo, sonrió un poco avergonzado.
— Oh, perdona bro — le dio una leve palmada en el hombro mientras sonreía felizmente.
— No soy tu bro — pude notar nuevamente como sus palabras eran secas.
— Mejor hablemos de otra cosa — me metí tratando de calmar las cosas— ¿Desde cuándo se estaba quedando en el campamento?
— Oh, bueno nos estamos quedando desde hace dos días. Somos nuevos por esta ciudad, creo que podrías enseñarmela — mostró una sonrisa divertida, nuevamente Bill soltó un gruñido con molestia— Disculpa, enseñarnos al grupo, ya sabes y puedes ir con tu novio.
— Podría ser una buena idea, cuando gusten podemos mostrarles la ciudad —hable con incomodidad.
— ¿Podrías darme tu númer...
— Llegamos, ya pueden irse — se detuvo en seco sujetándome con una de sus manos para no irme hacia el frente. Pero hizo que el castaño y los demás se dieran un leve golpe contra los asientos que tenían en delante.
— ¡HERMANO TEN MAS PRECAUCIÓN! — gritó desde atrás el de rastas con molestia— Casi le dañas la hermosa carita a este ángel que tengo a mi lado.
