ANTI-HEROES | libro II: año 5-7

VEINTISÉIS | Un Paseo

Tw: Alcohol, borracheras, escenas "sexuales" (no demasiado explícito, pero si un manoseo más allá de lo que he escrito)

Me van a odiar un poquito con este capitulo, pero bueno que decirles 🤠 yo los sigo queriendo.

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Leia debía de sentirse agradecida con Regulus. Por más que el dijera que no era bueno siendo el "Tío Regulus" realmente ayudaba. Si, seguía algo triste y algo apagada pero al menos ahora salía de su habitación.

No podía hacer demasiado para ser honestos. Desde que había recordado el guardapelo en el compartimiento realmente no tenía demasiado que hacer. Se lo habían mostrado a los demás, por lo que Regulus y Pandora habían empezado con el asunto de descubrir cómo destruirlo y se la pasaban en la biblioteca. Después de eso, en realidad no había vuelto a hablar demasiado con Regulus. Es decir no de la forma en que lo habían hecho en el techo. Leia lo entendía, estaba concentrado. Sin embargo, ahora se sentía inútil.

Había llenado diez bandejas de galletas y postres, ya no tenían huevos ni harina por lo que cocinar ya no estaba en sus opciones. Draco y Harry ahora irradiaban un aura extraña que Leia podía atribuir a los silenciadores que Harry estaba empezando a poner en las noches. Básicamente su hermano y Draco habían sido atacados por las horribles hormonas, lo cual hacía incómodo cualquier intento de pasar el rato con ellos. Ron aveces venía y las cosas eran mejores, pero no era para siempre. Por lo que además de inútil, Leia se estaba aburrida.

Un día en el que Londres se digno a tener un día nublado y fresco, Leia se decidió salir por su cuenta. Realmente no le costó convencer a sus padres, estaban felices de que hiciera algo más que lamentarse. Así que simplemente salió y tuvo una tarde para sí misma.

Se fue en metro hacia el antiguo distrito donde vivía con su padre. Al ser verano estaba bastante concurrido pero no fue difícil ubicarse y recorrer las mismas calles que solía usar cuando estaba más pequeña. No pudo evitar pasar por su antiguo piso. El mismo viejo árbol frente a la ventana de su padre seguía ahí y la pintura desgastada. Tuvo el impulso de entrar, después de todo no creía que hubiera alguien viviendo ahí, y podía usar un alohomora. Pero eso sería una mala idea, estaban en un lugar Muggle y no era menor de edad, el detector la delataría de inmediato. Simplemente se quedó admirando la estructura unos minutos, simplemente recordando cuando las cosas eran más fácil.

—¿Leia?—una voz femenina la llamo. Leia abrió los ojos que había cerrado hace unos segundos y vio como en la puerta había una mujer mayor de edad, rubia y canosa. Llevaba una bolsa de basura en la mano. Leia sonrió

—Señora Delish—dijo. La señora delish era su antigua vecina, una mujer que prácticamente fue como una especie de abuela para ella, regalándole libros y juegues que antes eran de sus hijos y trayendo comida cuando su padre estaba "trabajando".

Sin la señora Delish probablemente Leia no habría aprendido a hacer sus postres.

—¡Oh, Leia querida!—la señora Delish bajo las escaleras de la entrada y se acercó a ella—¡Estas tan grande! ¿Quien lo diría? Debes de tener unos...

—Dieciséis—asintió Leia con cariño—cumpliré diecisiete en noviembre.

—Estas muy alta y hermosa—dijo entonces—¿Como está tu padre? ¿Te haz alimentado bien? Nunca más supe que fue de ustedes.

—Ahm...si, mi padre y yo nos mudamos con ahm—Leia sonrio y sacudió la cabeza—mi otro papá en realidad. Debes recordarlo ¿quizás? Sirius.

—Oh si, creí que estaba en prisión—dijo con un poco de duda.