Hate to Admit (TaBarcode)

Capítulo Dieciocho

Al haber sido suspendido de la escuela, tal como los demás involucrados en la pelea, Ta disponía de otros horarios para poder visitar a su mejor amigo, sin que la familia de Tutor estuviera presente. Por este motivo regresó a su casa algo tarde, mucho después del horario de salida de clases. No esperaba encontrarse con nadie, excepto por su tía que solía estar en la casa a esa hora.

—Oh Ta, ya llegaste —mencionó su tía, observándolo desde la sala de estar—. Tu amigo Barcode vino a verte.

Ta se asomó a la sala, confundido porque el chico fue hasta su casa a visitarlo, después de que por mensajes le dejó en claro que estaba bien, y que en una semana regresaría a clases, porque Kreitz no estaba tan gravemente herido como pretendió estarlo el día de la pelea.

Su tía les dió algo de privacidad, aprovechando que aún había luz de día para seguir haciendo unos arreglos en el jardín trasero de la casa. Code se incorporó del sillón donde había estado sentado esperándolo, para poder acercarse hasta Ta.

—Eso no se ve nada bien —mencionó, observando la tonalidad amoratada en el pómulo por el golpe que le habían dado.

El mayor lo seguía observando con desconfianza hasta que habló y reconoció su voz, ignoró por completo lo que estaba diciendo pues había algo más que le afectaba.

—¿Por qué cambiaste tu perfume? —le reclamó.

—¿Qué? —cuestionó Code, confundido.

—No es el mismo que usas siempre, ¿por qué lo cambiaste? Un pequeño cambio puede traer otros mayores —Ta parecía algo molesto, pero debido a que fue un cambio tan repentino que lo confundió.

Code se quedó en silencio por unos segundos.

—No tiene nada de malo cambiar de perfume de vez en cuando. —dijo tratando de sonar tranquilo, aunque a él también le molestaba un poco que le reclamara por algo tan tonto.

Ta comprendió que no podía reclamarle por algo tan superficial, sobre todo porque no había sido sincero con Code sobre cómo los cambios de ese tipo podrían repercutir en su condición.

—Está bien, solo deberé acostumbrarme al nuevo, si es que vas a quedarte con ese a partir de ahora —supuso el chico, reparando en los libros que había traído Code—. No te ofendas, pero no tengo ganas de estudiar hoy, iba a aprovechar mi día libre para hacer algo más divertido.

A modo de broma le llamaba día libre a sus días de suspensión del colegio.

Code se quedó callado por unos segundos, después le dijo con una sonrisa:

—¿Y si te dijera que tengo algo más divertido en mente?

Ta se quedó mirándolo, pero se percató de la risita que hizo Code y el misterio que puso en el tono de su voz, por lo que no pudo evitar interesarse por su respuesta.

—Algo me decía que ibas a vengarte porque te caíste de la patineta cuando te estaba enseñando skate, así que... —respondió con gracia, aunque sentía curiosidad por lo que tendría en mente Code—. Pero, te escucho, voy a someterme a lo que tú elijas hoy.

Ta había adivinado la palabra vengarse correctamente, ya que Code sí que tenía ganas de hacerlo, pero también quería hacer algo un poco diferente con él.

—Bueno, es que quería invitarte a salir. Podríamos ir al cine —propuso el chico con una ligera sonrisa mientras observaba su reacción.

—¿Al cine? —cuestionó el mayor, pensativo, hacía tanto tiempo que no veía una película—. Está bien, ¿qué película tienes en mente?

Solo había aceptado porque le agradaba pasar tiempo con Code.

Se incorporó del sillón, y extendió su mano para ayudar al menor a levantarse también. Un ligero contacto del que empezaba a disfrutar. Code le tomó la mano sin pensarlo, aunque luego de unos segundos, la soltó y sus mejillas se pusieron de un color rojo intenso.